El último día de las Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana se ha centrado en dos momentos: la Eucaristía dominical, presidida por el Rector Mayor, y la conclusión de estos intensos días de trabajo vividos en el aula magna del Salesianum.
Don Chávez, al comentar las lecturas del III domingo del tiempo ordinario, ha hablado a los presentes sobre la necesidad de convertirse y de creer tal y como pide Jesús en el pasaje evangélico del día. Los 18 jóvenes que siguieron a Don Bosco en la fundación de la Congregación Salesiana son como los primeros cuatro apóstoles que respondieron al llamado de Jesús: “Esto es cuanto Don Bosco espera de su familia espiritual y apostólica: un gesto como el de aquel grupo de jóvenes que congregados en su habitación aquel 18 de diciembre de 1859, hace ya 150 años, decidieron dejar los propios sueños y proyectos para hacer propio el sueño y el proyecto de él: la salvación de los jóvenes. También ellos, dejando todo lo siguieron”.
Luego, reunidos en asamblea, los representantes de la Familia Salesiana compartieron las conclusiones y aportaciones surgidas en los grupos de trabajo. Fueron tres actitudes emanadas del “Spazio meeting”, realizado el 23 de enero, a los cuales cada individuo y grupo de la Familia Salesiana está llamado a vivir: amplitud de corazón, capacidad de acogida de la diversidad, y caminar juntos hacia un horizonte compartido. Ha sido solicitada una formación compartida que contemple la espiritualidad salesiana, temas éticos así como cuestiones sociales y de política. Han sido varias las iniciativas y los campos de acción señalados para hacer que esto pueda realizarse.
En cambio del trabajo realizado por los grupos el ayer, 24 de enero, han surgido propuestas concretas para los superiores y responsables de cada grupo con la finalidad de poner en acto las orientaciones señaladas por el Rector Mayor en la conclusión de su comentario al Aguinaldo 2009.
La intervención conclusiva del Rector Mayor ha sido precedido por una celebración rica en cantos, imágenes y gestos que ha ayudado a los participantes a sintetizar mejor los contenidos desarrollados en estas jornadas. Se recorrió, a la luz de la acción de Dios y de su Espíritu, el camino vivido en estos cuatro días de espiritualidad y en la historia del nacimiento y del desarrollo de la Familia Salesiana.
Francesco Muceo, Presidente Confederal de los Antiguos Alumnos de Don Bosco, que ha moderado esta última mañana, ha sido quien ha introducido la participación del Rector Mayor, recordando también el ya próximo centenario de la Confederación mundial por el encabezada.
Don Chávez al ofrecer a los grupos de la Familia Salesiana sus conclusiones y sugerencias a partir de lo presentado en la sala, ha expresado un sueño suyo: abrir en la obra de Cremisan, en Israel, un centro de formación internacional de la Familia Salesiana, dirigido en colaboración entre los diversos grupos.
Conmovedoras han sido las palabras que don Chávez ha dirigido a don Antonio Domenech, presente esta mañana entre los participantes. El que fuera Consejero para la Pastoral Juvenil de 1996 al 2008, se alistaba esta mañana para regresar a España. Señalándole como un ejemplo de dedicación, tenacidad y sacrificio por su lucha contra la enfermedad que lo ha marcado desde el verano del 2005, sin afectar sus compromisos. El Rector Mayor ha recordado en esta ocasión cuán necesario es que el “Bosque salesiano sea irrigado con la sangre de los mártires, el sudor del cansancio y las lágrimas del sufrimiento”.
Un segundo deseo, manifestado por el Rector Mayor, y por el cual ha expresado su compromiso para que se realice, es el de obtener el reconocimiento de la Familia Salesiana por parte de la Santa Sede. Para que esto suceda, ha precisado don Chávez, es necesario escribir una “Carta de la Familia Salesiana” que presente con claridad su identidad.
“Don Bosco es un ‘padre’ que ha generado hijos que continúan aún hoy su experiencia carismática y espiritual”, ha dicho el Rector Mayor sin dudar al comparar a Don Bosco con los patriarcas del Antiguo Testamento, en cuanto transmisores de la fe y de bendiciones. El santo turinés es un fundador no solo en sentido histórico, -a él se deben los Salesianos, las Hijas de María Auxiliadora, los Cooperadores y los Devotos de María Auxiliadora- sino también en sentido teológico: promotor de un carisma que se diversifica en los distintos grupos de la Familia Salesiana. Don Bosco es además el precursor de un camino de santidad que ha sido recorrida por hombres y mujeres, religiosos y laicos, adultos, jóvenes y obispos.
La asamblea se disolvió bajo las notas del canto “Somos Salesianos” que forma parte de la obra “Andiamo ragazzi” apreciado la noche anterior por los participantes a estas Jornadas de la Familia Salesiana.
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