lunes, 16 de febrero de 2009

Asamblea de Identificación en el Ricaldone

14 jóvenes se Identificaron el pasado fin de semana y fue un retiro muy, muy intimo, un encuentro con el señor Jesús.

HPIM7563

La Eucaristía por la noche fue presidida por el Padre René Santos

HPIM7567

HPIM7569

La Bendición de las Plaquitas

HPIM7585

La entrega de las mismas a los Nuevos Identificados

HPIM7594

HPIM7596

Una comunidad muy unida

HPIM7597

Al finalizar el retiro la bienvenida con los padres de familia.

HPIM7634

HPIM7641

HPIM7646

HPIM7651

HPIM7652

A Herbert Castillo (Primer Animador y Pastor General de Corinto) nos lo encontramos de casualidad, no cambia para nada.

HPIM7540

También a Alex Ortiz (Roma) y su familia

HPIM7542

NUEVO ARZOBISPO METROPOLITANO

MONS ALAS Desde el sábado 14 de febrero El Salvador tiene un nuevo Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Luis Escobar Alas, hasta entonces Obispo de San Vicente. Contrario a su predecesor, Mons. Fernando Saenz Lacalle (1995-2008) que es español naturalizado salvadoreño, Mons. Escobar Alas es salvadoreño de nacimiento.

En nuevo arzobispo, que el próximo mes cumplirá 50 años, nació en Suchitoto el 10 de marzo de 1959. Su hoja de vida es sencilla, pero su personalidad, como lo hemos observado en las entrevistas televisadas, es atractiva y refleja una cuidadosa inteligencia, como corresponde al nuevo jefe de la Iglesia Católica salvadoreña.

Monseñor Escobar Alas realizó los estudios eclesiásticos en le Seminario Central San José de la Montaña, en San Salvador y en el Seminario Mayor de Morelia, en México. Obtuvo su Licenciatura en Filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, universidad que data de 1551, confiada a la Compañía de Jesús, y por ello basada en el espíritu ignaciano.

El 15 de agosto de 1982, en medio de la guerra civil, fue ordenado sacerdote. Desde entonces ha sido rector del Seminario Menor diocesano de San Vicente, profesor (no se dice en su biografía de qué) del Seminario Central San José de la Montaña en San Salvador, encargado de la parroquia Nuestra Señora del Pilar en San Vicente y Vicario General de la Diócesis de San Vicente.

alas

Juan Pablo II lo nombró Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Vicente, el 19 de enero de 2002, el 23 de marzo del mismo año fue ordenado como Obispo Auxiliar y ascendió a Obispo titular de la misma diócesis el 4 de junio de 2005. Un mes después, el 9 de julio, sería ordenado en el cargo.

El 14 de febrero de 2009 es ordenado Arzobispo Metropolitano de San Salvador. Su diócesis, además de San Salvador, incluye los departamentos de La Libertad y Cuscatlán. La diócesis fue creada como por el papa Gregorio XVI, en 1842. En 1913, el papa Pío X la elevó a la dignidad de arquidiócesis metropolitana. Desde su creación nueve prelados han ocupado la silla episcopal, Monseñor Escobar Alas es el décimo.

Se dice que la arquidiócesis puede perder el Departamento de La Libertad, pues el Vaticano está considerando separarlo y convertirlo en una nueva diócesis.

No hay que hacer lectura alguna, aunque su declaración sorprendió a muchos, que recién nombrado arzobispo metropolitano, monseñor José Luis Escobar Alas, pidió a los salvadoreños en el sábado en su alocución inaugural, no exaltar la figura del asesinado monseñor Oscar Arnulfo Romero para no afectar su proceso de canonización en el Vaticano. El Vaticano inició a mediados de la década de 1990 el proceso en favor de monseñor Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980.

El arzobispo, no solamente Mons. Escobar Alas, sino que en general, goza de un estatus superior al de los “simples” obispos; generalmente está al frente de una diócesis particularmente importante, ya sea por su tamaño, su relevancia histórica o por ambas, llamada arquidiócesis. Cuando un obispo se convierte en arzobispo no está siendo, de ningún modo, ordenado ni está recibiendo ningún sacramento; en contraste (en los ritos anglicano, católico romano y ortodoxo) alguien que es ordenado obispo está siendo consagrado.

Ofrecemos a Mons. Escobar Alas nuestra más calurosa bienvenida y le deseamos todo lo mejor en el desempeño de su cargo. La Iglesia Católica sigue siendo la más grande e importante de El Salvador y aunque el Estado sea laico, los salvadoreños en su gran mayoría somos católicos. Todos nosotros, unidos, pediremos al Creador que bendiga al nuevo arzobispo y que ilumine el camino que tiene por delante.

El pecado es la verdadera impureza del corazón que nos aleja de Dios, dice el Papa

Una soleada mañana de invierno recibió a los miles de fieles y peregrinos que desde todas partes del mundo se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien en sus palabras introductorias resaltó la importancia del don del Sacramento de la Penitencia para restituir la comunión con Dios y con el prójimo recordando que el pecado puede causar "la muerte del alma".

349

“En el Sacramento de la Penitencia, Cristo nos purifica con su misericordia infinita, nos restituye a la comunión con el Padre celeste y con los hermanos, nos dona su amor, su alegría y su paz”, dijo el Papa al comentar el Evangelio del día de hoy.

Asimismo, el Pontífice enfatizó que “los pecados que cometemos nos alejan de Dios, y si no son confesados humildemente, confiando en la misericordia divina, pueden llegar a provocar la muerte del alma”

Explicando la curación del leproso, Benedicto XVI hizo notar que “la lepra no era solamente una enfermedad, sino también la más grave forma de ‘impureza’. Por ello era una suerte de muerte religiosa y civil, y su curación una suerte de resurrección”. “En la lepra –continuó– es posible encontrar un símbolo del pecado, que es la verdadera impureza del corazón, capaz de alejarnos de Dios. En efecto, no es la enfermedad física, como afirmaban las viejas usanzas, la que nos separa de Él, sino la culpa, el mal espiritual y moral”.

350

El Santo Padre también resaltó el valor simbólico del milagro: “Jesús como profetizó Isaías, es el Siervo del Señor que ‘ha cargado nuestro sufrimientos, ha llevado nuestros dolores’. En su pasión, será como un leproso, hecho impuro a causa de nuestros pecados, separado de Dios: hará todo esto por amor, por obtenernos la reconciliación, el perdón y la salvación”.

“Invoquemos a la Virgen María, que Dios preservó de toda mancha de pecado, para que nos ayude a evitar el pecado y haga en nosotros frecuente el recurso al Sacramento de la Confesión, el Sacramento del Perdón, que hoy debe ser redescubierto en su auténtico valor y en su importancia para nuestra vida cristiana”, concluyó el Pontífice. Seguidamente rezó el Ángelus en latín, saludó a los diferentes grupos presentes, e impartió su Bendición.