miércoles, 28 de mayo de 2008

IGLESIA JOVEN EN MEXICO

Si Iglesia Joven esta también en México, específicamente en El Saltillo, donde el Buen Padre Coro dejo la semilla.

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Ahora el Padre Walter Guillen ha retomado el proyecto y lo lleva adelante, el fue Director del Ricaldone durante 3 años y conoce muy bien a Iglesia Joven.

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Iglesia Joven en México, junto al Padre Walter.

LA SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua.

SAGRADO CORAZON DE JESUS

De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.

La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios.

Pero fue Jesús mismo quien, en el siglo diecisiete, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón.

El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María de Alacoque.

Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz.

Santa Margarita  escuchó a Nuestro Señor decir: "He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor."

Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón.

La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón.

Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama.

Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.


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Las Doce Promesas del Sagrado Corazón

En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:

* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.

* Les daré paz a sus familias.

* Las consolaré en todas sus penas.

* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.

* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.

* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.

* Las almas tibias se volverán fervorosas.

* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.

* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.

* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.

* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.

* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Plaza de San Pedro acogerá con "los brazos abiertos" cierre del mes mariano

El Arcipreste de la Basílica de San Pedro, Cardenal Angelo Comastri, señaló que este año la Plaza de San Pedro acogerá con "los brazos abiertos" a todos los fieles que quieran rezar el Rosario durante la clausura del mes mariano el próximo 31 de mayo.

 

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"La Plaza de San Pedro tiene los brazos abiertos, seguramente puede acoger a todos aquellos que quieren rezar el Rosario y escuchar la palabra del Papa" Benedicto XVI y recibir su bendición, declaró el Purpurado a Radio Vaticano.

 

El Cardenal Comastri recordó que hasta el año pasado, "la conclusión del mes de mayo se celebraba ante la Gruta de Lourdes, en los Jardines Vaticanos, que culminaba con las palabras del Santo Padre".

Señaló que si bien el discurso del Pontífice "era una bella lámpara que se encendía para continuar el camino siguiendo a María", cada "año se planteaba el problema de las muchas personas que deseaban participar y no todos podían entrar".

El Arcipreste de la Basílica de San Pedro indicó ante ello, nació espontáneamente la idea de trasladar a todos a la Plaza de San Pedro.

"El mismo Papa ha acogido con felicidad esa idea y ha dado su bendición y el Vicariato de Roma y el Vicario del Estado de la Ciudad del Vaticano, juntos han promovido esta iniciativa", señaló.

La clausura del mes mariano se celebrará con una procesión del clero desde la plaza de los Protomártires Romanos hasta el atrio superior de la Basílica de San Pedro. Durante la procesión se rezará el Rosario. Luego, tendrá lugar una Celebración de la Palabra, que culminará con la Bendición Apostólica que impartirá el Pontífice.