miércoles, 5 de marzo de 2008

Intervención del Coordinador General ASC al CG26

Queridísimos hermanos en la misión salesiana:

Os traigo el saludo sincero y afectuoso de cerca de 30.000 salesianas cooperadoras y salesianos cooperadores de todo el mundo, que recientemente, como sabéis, han concluido una primera etapa importante del camino de su renovación, con la aprobación ad experimentum del nuevo Proyecto de Vida Apostólica.

Una etapa, no una meta, porque proseguirá el proceso de renovación en los próximos años, visto que va adelante el compromiso de toda la Asociación de discernir para aportar ulteriores modificaciones e integraciones a un Proyecto que, de todos modos, es ampliamente compartido.

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Pero la reflexión en torno a la “comunidad de intenciones” y a la “identidad de carisma” existentes dentro de la Familia Salesiana y sobre todo entre Salesianos Cooperadores y Salesianos de Don Bosco, que quisiera someter también a vuestra atención, ya había comenzado hace varios años, es decir, cuando, tal vez gracias sobre todo al impulso propulsor dado por la renovación post-conciliar a toda la Iglesia, se había comprendido la necesidad de practicar concretamente la Comunión con los diversos componentes de la Familia Salesiana, intentando y reivindicando también una mayor autonomía.

Comunión: como nuestra específica dimensión carismático-existencial, comunión con y entre todos nosotros salesianos laicos o seglares, pero también comunión con toda la Familia de Don Bosco, en virtud de un carisma común, pero que, respecto de vosotros, tiene sus propias especificidades en términos de vocación, misión, formación, vida cotidiana.

Autonomía: precisamente para crecer en nuestra especificidad carismática que debe plenamente reflejar la dimensión ferial de nuestro ser verdaderos salesianos. La Autonomía creo debe ser valorizada y preservada como patrimonio común a todos, porque en la diversidad de sus diversos componentes reside gran parte de la riqueza de la Familia Salesiana.

Con mayor razón la Autonomía debe buscarse y practicarse dentro de la Asociación y creo que encontrará espacio adecuado también en el nuevo Proyecto de Vida Apostólico, en su Estatuto, en el Reglamento, en las posibilidades ofrecidas a las realidades nacionales y locales con la adopción de Directorios propios y con nuevas propuestas para la rearticulación sobre el territorio de las Regiones y de las Provincias.

En estos años de trabajo hemos podido contar siempre con el pleno apoyo del Rector Mayor don Pascual Chávez, nuestro Superior General, de su Vicario don Adriano Bregolin, y la continua y constante animación de la Madre General Antonia Colombo. Con ellos hemos tenido numerosos encuentros tanto a nivel de Secretaría Ejecutiva como a nivel personal. Y si las mayores resistencias al cambio provenían precisamente de dentro de la Asociación, de los vértices de la Familia Salesiana llegaban, más fuertes y cálidas, palabras de animación y aliento.

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No quiero recordar ahora, porque lo hemos hecho otras veces y existen documentos públicos sobre dicho aspecto que os invito a consultar en nuestro sitio, los motivos que nos han llevado bajo el impulso de don Vecchi a escoger el camino de la renovación, un camino que ciertamente no nos ha desviado nunca de la ruta trazada por nuestro fundador, querría sólo detenerme brevemente en la importancia de adquirir mayor conciencia de nuestro carisma secular y sobre todo de nuestra promesa (“ofrecer la vida por el bien de la juventud”), deseando que todos nuestros asociados hayamos advertido en estos años la necesidad de tal reflexión, precisamente participando en el proceso de renovación.

Promesa: sustancialmente común a todos los salesianos y las salesianas, la promesa es una cosa terriblemente seria, que debe comprometernos a dar respuesta concreta a las necesidades juveniles más urgentes, y prolongar, con la experiencia de servicio en favor de los jóvenes, la acción y la presencia educativa de Don Bosco entre los muchachos de nuestro tiempo. Nosotros no debemos olvidar que hemos recibido del Señor un don grande, tal vez la más hermosa recompensa por el servicio indigno que prestamos en Su Iglesia, saber reconocer al Señor en los jóvenes, especialmente si son los últimos, pobres y abandonados.

Es un carisma extraordinario, porque te enriquece, pero, al mismo tiempo, sabe también tenerte sólidamente clavado al leño de la Cruz, porque hace del sufrimiento de los demás tu sufrimiento. Un carisma en virtud del cual se comprende cómo los espacios místicos de Su presencia no son sólo el pan y el vino consagrados (que también son nuestro alimento espiritual fundamental) o donde dos o más de nosotros están reunidos en Su nombre, ¡sino también el dolor de la carne!

Pero hay más. Puesto que la experiencia del dolor es un componente que no se puede eliminar de la naturaleza humana, es un paso de nuestra existencia terrena donde todos estamos llamados a permanecer un tiempo más o menos largo, he aquí entonces que en cada persona hay un Cristo escondido, no manifiesto, pero sí vivo, que debemos saber reconocer y estar dispuestos a ayudar. También en una sociedad hedonista como la nuestra, sofocada por el egoísmo y el bienestar, ¡cada persona que pasa a nuestro lado es Cristo mismo que pasa!

“…era pobre, tuve hambre, estaba en la cárcel, fui forastero, estaba enfermo…”. Pero ¿sabemos nosotros hoy reconocer al Señor (como nos invita a hacer Don Bosco) cada vez que nos manifiesta Su rostro? ¿Y estamos ciertos de saberlo reconocer cuando pasa a nuestro lado? No pretendo dar una respuesta, pero temo que podríamos tener una serie de dificultades para identificarlos claramente, sea porque Él cuando quiere sabe esconderse bien, sea porque hay demasiados prejuicios, tal vez, que nos impiden reconocerlo claramente. Hoy, tal vez, Él nos diría: “era extracomunitario y no me has acogido, era musulmán y no me has reconocido como hermano, era un joven tóxico-dependiente o enfermo de SIDA y no te has preocupado por mí, era homosexual y me has marginado, estaba divorciado o separado y me has alejado de la mesa del Padre…”.

De estos interrogativos, creo que aparece claramente a todos cómo resulta para nosotros salesianos laicos y seculares comprometernos indispensablemente a renovarnos constantemente, a practicar con más vigor la pobreza y la “sencillez” evangélica, a evangelizar nuevos ámbitos y sectores de la vida social, a abrirnos con valor el terreno hacia nuevas fronteras de nuestro obrar y actuar salesianamente en el mundo.

Esta renovación debe, ante todo, traducirse en nuevas modalidades de aproximación al mundo juvenil y a sus complejas problemáticas, partiendo de un análisis atento del contexto social y cultural en el que están insertos hoy los jóvenes (y añadiría los muchos “jóvenes adultos” que cada vez más tarde entran en el mundo del trabajo y en las posibilidades de crearse una propia familia); un contexto muchas veces caracterizado por procesos de profunda disgregación y degradación material y moral, que golpean, de forma indiferenciada, por sexo, condición social, edad, a vastos estratos de la población juvenil en todo el mundo, que generan nuevas formas de pobreza: pobreza afectiva, espiritual, cultural, humana, además de material.

¡Somos llamados, creo más que todos, a superar la crisis de las grandes agencias educativas (escuelas, familia, partidos políticos) y a contrastar el poderío inmenso de los media (sobre todo televisión e internet) que son muchas veces los únicos protagonistas de un proceso antieducativo monodireccional y sin valores que arrastra a millones de jóvenes en todo el mundo!

Y a los jóvenes que sufren directamente las consecuencias del gran proceso de transformación en acto en la sociedad “globalizada”, y estaría tentado de referirme a todos los jóvenes de hoy, es necesario ir a su encuentro precisamente con la riqueza educativa de la experiencia y del carisma de la Familia Salesiana, con todas sus facetas, con todos sus componentes, siempre inspirándose en las enseñanzas y en el ejemplo de Don Bosco.

Pero para actualizar nuestro modo de ser verdaderos salesianos en el mundo, debemos también comprometernos, los primeros, a practicar la unidad y la comunión con los demás miembros de la Familia Salesiana, casi compitiendo entre nosotros para ver quién sabe querer más a los otros componentes de la Familia, para ayudarla a crecer toda y arraigarse en la Iglesia y en el Mundo con sus especificidades carismáticas y misioneras.

Para ponernos juntos y valientemente al servicio de los jóvenes, sabiendo que servirlos significa servir verdaderamente a Jesús, debemos también tener el valor de liberarnos de los vestidos del hombre viejo y revestirnos de los del hombre nuevo, estimulándonos “más allá” en el camino de la renovación, incluso “hasta la temeridad” como ciertamente nos invitaría hoy a hacer el mismo Don Bosco.

No es un proceso fácil. Pero invito a todos a no tener miedo de navegar hacia el mar abierto, a no tener miedo de las novedades, a no tener siquiera miedo de llorar el pasado, de descubrirse como “conservadores” porque también los Israelitas ante las dificultades del éxodo, y ante el hambre del desierto, añoraban las comidas sabrosas que servían en la mesa del faraón, ¡pero esto no les impidió proseguir y llegar a la tierra prometida!

En conclusión, al repetir con fuerza la importancia que tiene para nosotros vuestra presencia a nuestro lado en esta indispensable acción de acompañamiento y dirección espiritual en nuestro crecimiento, quiero que os llegue el augurio verdaderamente sincero que en vuestros pechos, como en los de todos los salesianos y las salesianas del mundo, palpite un único corazón, el de Don Bosco con “Da mihi animas, cetera tolle” y que podamos ya experimentar en esta dimensión terrena la “comunión de los santos” que estamos llamados a vivir en la Patria celestial.

¡Los mejores deseos! Sentidnos a vuestro lado.

Rosario Maiorano

Coordinador Mundial Salesianos Cooperadores

Iniciados los trabajos

Una vez concluidos los preliminares, la peregrinación, los ejercicios espirituales y la solemne apertura, han tenido comienzo los trabajos del Capítulo.

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Como punto de partida se han cumplido las formalidades y la presentación del Reglamento del CG26 a cargo de don Marian Stempel y don Franesco Maraccani.

El Regulador, don Francesco Cereda, ha ilustrado a su vez la metodología de estudio de la relación del Rector Mayor presentada ayer por la tarde. Los capitulares, divididos en grupos de regiones, están dedicando la jornada al estudio y profundización de la relación y a elaborar preguntas a Don Pascual Chávez.

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Con estos actos el CG26 se apresura a entrar en el corazón de su tema, “Da mihi animas”, y de los núcleos que lo caracterizan: “La evangelización, principalmente asumida en el campo de la educación”, ”La propuesta de la vida consagrada salesiana”, “La pobreza evangélica, cifra de una donación total”, “Nuevas fronteras para la misión salesiana allí donde se encuentran los jóvenes de hoy”.

La atención de los salesianos de todo el mundo está concentrada ahora en el Capítulo. El evento, gracias al trabajo y a la coordinación de ANS, ha recibido también una adecuada atención por parte de los medios católicos y laicos.

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Son diversas las agencias y títulos periodísticos, italianos y no italianos, que han acogido el comunicado de prensa enviado el 31 de enero y se han interesado de esta cita importante de la Congregación salesiana. No han sido pocas las entrevistas al mismo Rector Mayor.

El Osservatore Romano ha dedicado, el domingo 2 de marzo una página completa al evento del Capítulo con una entrevista a don Pascual Chávez en la que el IX sucesor de Don Bosco, respondiendo a las preguntas del entrevistador, ilustra la portada del evento y el sentido del tema.

Refiriéndose a los jóvenes el Rector Mayor especifica: “Los jóvenes son nuestra misión, nuestra razón de ser, nuestra patria. Sin embargo es urgente volver a los jóvenes con mayor calidad”.

El diario pontificio ha dedicado espacio al capítulo también en la edición del 3-4 de marzo, publicando el mensaje del Pontífice a los capitulares y un interesante artículo de don Francesco Motto.

El “Avvenire”, diario católico de la Conferencia Episcopal Italiana, ha dedicado un buen espacio en la edición del 2 y del 4 de marzo con una serie de artículos y cuadros sobre la realidad salesiana en el mundo. También el semanario católico italiano “Familia Cristiana” ha publicado esta semana una entrevista a Don Pascual Chávez.

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El estudio de la Relación del Rector Mayor

Los capitulares están dedicando, también esta jornada, a la aprobación del Reglamento y al estudio de la Relación del Rector Mayor.

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A media mañana, después de una breve sesión por regiones para terminar el trabajo de la jornada de ayer, los capitulares han vuelto al aula magna para ulteriores aclaraciones sobre el Reglamento del Capítulo y su aprobación.

Más tarde fueron elegidos los moderadores de la asamblea:

Don Guillermo Basañes (ANG)

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Don Alberto Lorenzelli (ILT)

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Don Ivo Coelho (INB).

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Se ha aprobado también la institución de una comisión jurídica para asesorar las temáticas, y que tendrá el papel de tomar en consideración los otros roles descritos en la Carta de convocación del Rector Mayor y los aportes llegados al Regulador por parte de del Consejo general, de los Capítulos y sectoriales, de los grupos o de los hermanos.

Por la tarde, siempre en el aula magna, se tiene prevista la presentación de preguntas y observaciones sobre la Relación del Rector Mayor elaboradas por los diversos grupos regionales, a las que responderá el mismo don Pascual Chávez.

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El estudio de la Relación tiene como objetivo hacer una evaluación de la situación de la Congregación y trazar las líneas fundamentales de acción en el próximo sexenio, especialmente a través de lo que será él “Proyecto de animación y del gobierno del Rector Mayor y de su Consejo”.

Visión global y mirada profética sobre la Congregación Salesiana

La segunda parte de la jornada de apertura del Capítulo General, acaecida el día 3 de marzo, ha estado caracterizada por la presentación de la relación del Rector Mayor sobre el estado de la Congregación.

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Por la tarde don Pascual Chávez ha presentado a los capitulares su relación en la que ha reportado los datos de la evaluación sobre el sexenio 2002-2008 indicando las metas alcanzadas, los objetivos no realizados plenamente, los problemas y, sobretodo, las prospectivas a las que la Congregación está llamada.

La Visión global y mirada profética” sobre la Congregación ha sido acompañada por un documento adjunto con los datos estadísticos sobre el personal salesiano, las obras y las actividades de los años 2002-2007.

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Refiriéndose al compromiso de fidelidad a Don Bosco, el Rector Mayor ha recordado que “Las nuevas fronteras de la misión representan, por una parte, los nuevos lugares geográficos, sociales, culturales, religiosos, donde somos llamados a hacernos presentes con estructuras más ágiles y más adecuadas: son la expresión de lo que llamamos nuevas presencias, como han sido en el pasado las obras para los muchachos de la calle, y como son hoy las casas de recuperación para los muchachos explotados por el turismo sexual y de prevención contra el SIDA/VIH, las obras para los tóxicodependientes y para los gitanos, las estructuras al servicio del despertar del sentido religioso, los proyectos en los campos de refugiados y evacuados de guerra, los programas en favor de los inmigrados marginados, las páginas web, el teléfono 24 horas sobre 24 para muchachos deprimidos.

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Nuevas fronteras, por otra parte, son también aquellas estructuras clásicas donde ya nos encontramos, pero con un tipo  nuevo de presencia que hace honor a la nueva educación y evangelización.

Son las “‘presencias nuevas’”.

“La atención por los últimos –ha precisado Don Chávez- debe estar siempre presente en el horizonte de nuestros proyectos y de nuestras acciones en todos los ambientes, entendiendo por últimos a los jóvenes en situación de peligro psicosocial, causado por la pobreza económica, cultural y religiosa; pobres en el plano afectivo, moral y espiritual; sufriendo a causa de las difíciles situaciones familiares; jóvenes que viven al margen de la sociedad y de la Iglesia”. “la educación debe decir su palabra crítica como instrumento de análisis de la realidad y de propuesta para apartar todo lo que no parece justo y que deseamos cambiar”.

En relación a la dimensión mundial de la Sociedad Salesiana, presente en 129 naciones, el Rector Mayor ha precisado que “El carisma es algo dinámico, una realidad viva, no un mero documento de historia o un objeto precioso que conservar en un museo o de exhibir en una vitrina, sino un espíritu que da vitalidad, unidad e identidad a personas e instituciones; como un diamante, el carisma hace descubrir poco a poco sus múltiples tallados. Por tanto, la diversidad de la Congregación alcanza su unidad más perfecta a través de la identidad carismática, el proyecto de vida de los Salesianos de Don Bosco, su historia y las grandes opciones que va haciendo en los Capítulos Generales”.

Entre las líneas indicadas por Don Chávez a los Salesianos para el futuro destacan el compromiso por una nueva evangelización, una más convencida opción por la santidad, la comunidad religiosa objeto y contenido de la misión salesiana y la educación realizada a partir del Sistema Preventivo. Estos compromisos tendrán un “tiempo de gracia” ritmado por algunas celebraciones: el 150° aniversario de la fundación de la Congregación en el 2009, el centenario de la muerte de Don Rua en el 2010 y el bicentenario del nacimiento de Don Bosco en el 2015.

Posteriormente don Donato Lacedonio, director responsable de ANS, ha presentado un vídeo –“Con el corazón de Don Bosco”– producido por Missioni Don Bosco– Media Centre de Turín en colaboración con el Dicasterio para la Comunicación Social. El vídeo, en fase de doblaje, estará pronto disponible en DVD.

La jornada de apertura del Capítulo General se concluyó con un concierto ejecutado por el Coro Interuniversitario de Roma dirigido por el maestro Massimo Palombella.

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Los salesianos capitulares han podido escuchar piezas del repertorio musical de las Celebraciones Pontificias con música de Giovanni Pierluigi Palestrina, Tommaso Ludovico da Vittoria, Gregorio Allegri y Domenico Bartolucci.

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El maestro Palombella ha involucrado los presentes en la ejecución del “Veni, creator Spiritus” de Bartolucci y, a la conclusión del concierto, con el tradicional himno salesiano “Sapientiam dedit illi” de don Luigi Lasagna.

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