martes, 8 de diciembre de 2015

DIA DE LA INMACULADA, FIESTA DEL ORATORIO


8 de Diciembre de 1841:

En sus “Memorias del Oratorio”(1873) Don Bosco narra la siguiente anécdota que le pasó:

Tenía entonces unos 30 años. Fue el encuentro que tuvo con un muchacho de nombre Bartolomé Garelli el 8 de diciembre de 1841:

“En dia de la Inmaculada Concepción de Maria estuve a punto de vestirme los Sagrados Ornamentos para celebrar la Santa Misa.

El sacristán, José Comotti, viendo a un joven en el lugar lo invitó para que viniera a ayudar a Misa.

No sé – le respondió el joven avergonzado

Ven! – le contestó el otro- quiero que ayudes a misa

No sé – repitió el jovencito- nunca lo he hecho.

Qué animal eres! – dijo el sacristán furioso – Si no sabes ayudar a misa ¿para qué vienes a la sacristía? Y diciendo esto tomó un plumero y le golpeó el hombro y la cabeza del muchachito

Mientras Don Bosco replicó:

¿Qué haces? – grité yo en alta voz- ¿Por qué lo golpeas?

Porque viene a la sacristía y no sabe ayudar a misa

Ha hecho mal...

Y a usted. ¿qué le importa?

Es mi amigo. Llámalo inmediatamente. Tengo que hablar con él.

El muchacho llegó mortificado. Tiene la cabeza rapada, la chaqueta con manchas de cal. Es un joven inmigrante. Entonces le pregunté con amabilidad:

¿Has escuchado Misa?

No – le dijo

Ven a escucharla, luego te hablaré de algo que te va a gustar.

Terminada la misa y la acción de gracias lo llevé al Corito y yo con la cara bien alegre le hablé y le dije:

- Buen amigo, ¿cómo te llamas?

- Bartolomé Garelli

- ¿De dónde eres?

- Del pueblo de Asti

- ¿Qué oficios tienes?

- Soy albañil

- ¿Está vivo tu padre?

- No, ya murió

- ¿Vive tu mamá?

- También ella murió

- ¿Cuántos años tienes’

- Dieciséis

- ¿Sabes leer y escribir?

- No ...

- ¿Sabes cantar?

- No ...

- ¿Sabes silbar?

- Aquí Bartolomé se rió. Era lo que yo quería. Comenzábamos a ser amigos.

- ¿Hiciste la primera Comunión?

- Todavía no

- ¿Te has confesado?

- Si, cuando era más chico

- Y, ¿te vas al catecismo?

- No me atrevo. Los chicos se ríen de mi.

- Y si yo te enseñara el Catecismo ¿vendrías?

- Si, con mucho gusto

- También ¿en este lugar?

- Si, pero con tal que no me peguen

- Quédate tranquilo. Ahora que eres mi amigo nadie te tocará.

- Y cuando quieres que empecemos?

- Cuando usted. quiera

- ¿Ahora mismo?

- Si, con mucho gusto”.

¡Bien! Y ahora comencemos. Don Bosco se arrodilló y rezó el Ave María.

Con aquella Ave María, comentó después el Santo, comenzó la Obra Salesiana

Terminado el Avemaría Don Bosco le hizo a Bartolomé una primera catequesis y lo invitó a volver el siguiente domingo a otras catequesis pero trayendo algunos amigos más.

El chico cumple lo prometido y vuelve con una decena de jóvenes de unos quince años, casi todos albañiles como él.

En 1885 Don Bosco decía en una conferencia:

“Todas las bendiciones que nos han llovido del cielo son el fruto del Ave María rezada con fervor y recta intención junto al jovencito Bartolomé Garelli en la Iglesia de San Francisco de Asís” (MB 17,510).

IGLESIA JOVEN ES PARTE DE ESE ORATORIO, ES FRUTO DE ESA OBRA, DE ESA INSPIRACIÓN

Conozcamos un poco más de esta Fiesta:



La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia singular de Dios, María fue preservada de todo pecado, desde su concepción.

Esta doctrina es de origen apostólico, aunque el dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.

"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..."

(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)

La Concepción:

Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.

Cuando hablamos del dogma de la Inmaculada Concepción no nos referimos a la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado. El dogma declara que María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción.

La Encíclica "Fulgens corona", publicada por el Papa Pío XII en 1953 para conmemorar el centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, argumenta así: «Si en un momento determinado la Santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no habría ya -al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que fuera- la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino más bien cierta servidumbre»

Fundamento Bíblico

La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica.

El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Genesis 3:15) menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor. Junto a El se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.

En Lucas 1:28 el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María ciertamente lo sugiere.

El Apocalipsis narra sobre la «mujer vestida de sol» (Ap 12,1). Ella representa la santidad de la Iglesia, que se realiza plenamente en la Santísima Virgen, en virtud de una gracia singular. Ella es toda esplendor porque no hay en ella mancha alguna de pecado. Lleva el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo.

En el siglo IX se introdujo en Occidente la fiesta de la Concepción de María, primero en Nápoles y luego en Inglaterra.

Hacia el año 1128, un monje de Canterbury llamado Eadmero escribe el primer tratado sobre la Inmaculada Concepción donde rechaza la objeción de San Agustín contra el privilegio de la Inmaculada Concepción, fundada en la doctrina de la transmisión del pecado original en la generación humana.

La castaña, escribe Eadmero, «es concebida, alimentada y formada bajo las espinas, pero que a pesar de eso queda al resguardo de sus pinchazos». Incluso bajo las espinas de una generación que de por sí debería transmitir el pecado original, María permaneció libre de toda mancha, por voluntad explícita de Dios que «lo pudo, evidentemente, y lo quiso. Así pues, si lo quiso, lo hizo».

Los grandes teólogos del siglo XIII presentaban las mismas dificultades de San Agustín: la redención obrada por Cristo no sería universal si la condición de pecado no fuese común a todos los seres humanos. Si María no hubiera contraído la culpa original, no hubiera podido ser rescatada. En efecto, la redención consiste en librar a quien se encuentra en estado de pecado.

El franciscano Juan Duns Escoto, al principio del siglo XIV, inspirado en algunos teólogos del siglo XII y por el mismo San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada), brindó la clave para superar las objeciones contra la doctrina de la Inmaculada Concepción de María. El sostuvo que Cristo, el mediador perfecto, realizó precisamente en María el acto de mediación más excelso: Cristo la redimió preservándola del pecado original. Se trata una redención aún más admirable: No por liberación del pecado, sino por preservación del pecado.

Escoto preparó el camino para la definición dogmática. Dicen que su inspiración le vino al pasar por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata" (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? - Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.

2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original? -
Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.

3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.

Entonces Scotto exclamó: Luego

1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha
3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace.

Méritos:

María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.

Razón:

La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.

Frutos:

1-María fue inmune de los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares del apetito sensitivo que se dirigen al mal.

2-María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida. Esta es la grandeza de María, que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido.

El dogma de la Inmaculada Concepción de María no ofusca, sino que más bien pone mejor de relieve los efectos de la gracia redentora de Cristo en la naturaleza humana. Todas las virtudes y las gracias de María Santísima las recibe de Su Hijo. La Madre de Cristo debía ser perfectamente santa desde su concepción. Ella desde el principio recibió la gracia y la fuerza para evitar el influjo del pecado y responder con todo su ser a la voluntad de Dios. A María, primera redimida por Cristo, que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la imagen de la santidad que están llamados a alcanzar, con la ayuda de la gracia del Señor, en su vida.

En torno a las ideas de Escoto se suscitó una gran controversia. Después de que el Papa Sixto IV aprobara, en 1477, la misa de la Concepción, esa doctrina fue cada vez más aceptada en las escuelas teológicas.

El Papa Sixto IV, en 1483, casi 4 siglos antes del dogma, había extendido la fiesta de la Concepción Inmaculada de María a toda la Iglesia de Occidente.

Juan Pablo II sobre La Inmaculada Concepción



1. En la reflexión doctrinal de la Iglesia de oriente, la expresión llena de gracia, como hemos visto en las anteriores catequesis, fue interpretada, ya desde el siglo VI, en el sentido de una santidad singular que reina en María durante toda su existencia. Ella inaugura así la nueva creación.

Además del relato lucano de la Anunciación, la Tradición y el Magisterio han considerado el así llamado Protoevangelio (Gn 3, 15) como una fuente escriturística de la verdad de la Inmaculada Concepción de María. Ese texto, a partir de la antigua versión latina: «Ella te aplastara la cabeza», ha inspirado muchas representaciones de la Inmaculada que aplasta la serpiente bajo sus pies.

Ya hemos recordado con anterioridad que esta traducción no corresponde al texto hebraico, en el que quien pisa la cabeza de la serpiente no es la mujer, sino su linaje, su descendiente. Ese texto por consiguiente, no atribuye a María sino a su Hijo la victoria sobre Satanás. Sin embargo, dado que la concepción bíblica establece una profunda solidaridad entre el progenitor y la descendencia, es coherente con el sentido original del pasaje la representación de la Inmaculada que aplasta a la serpiente, no por virtud propia sino de la gracia del Hijo.

2. En el mismo texto bíblico, además se proclama la enemistad entre la mujer y su linaje, por una parte, y la serpiente y su descendencia, por otra. Se trata de una hostilidad expresamente establecida por Dios, que cobra un relieve singular si consideramos la cuestión de la santidad personal de la Virgen. Para ser la enemiga irreconciliable de la serpiente y de su linaje, María debía estar exenta de todo dominio del pecado. Y esto desde el primer momento de su existencia.

A este respecto, la encíclica Fulgens corona, publicada por el Papa Pío XII en 1953 para conmemorar el centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, argumenta así: «Si en un momento determinado la santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no habría ya –al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que fuera– la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino más bien cierta servidumbre» (MS 45 [1953], 579).

La absoluta enemistad puesta por Dios entre la mujer y el demonio exige, por tanto, en María la Inmaculada Concepción, es decir, una ausencia total de pecado, ya desde el inicio de su vida. El Hijo de María obtuvo la victoria definitiva sobre Satanás e hizo beneficiaria anticipadamente a su Madre, preservándola del pecado. Como consecuencia, el Hijo le concedió el poder de resistir al demonio, realizando así en el misterio de la Inmaculada Concepción el más notable efecto de su obra redentora.

3. El apelativo llena de gracia y el Protoevangelio, al atraer nuestra atención hacia la santidad especial de María y hacia el hecho de que fue completamente librada del influjo de Satanás, nos hacen intuir en el privilegio único concedido a María por el Señor el inicio de un nuevo orden, que es fruto de la amistad con Dios y que implica, en consecuencia, una enemistad profunda entre la serpiente y los hombres.

Como testimonio bíblico en favor de la Inmaculada Concepción de María, se suele citar también el capitulo 12 del Apocalipsis, en el que se habla de la «mujer vestida de sol» (Ap 12, 1). La exégesis actual concuerda en ver en esa mujer a la comunidad del pueblo de Dios, que da a luz con dolor al Mesías resucitado. Pero, además de la interpretación colectiva, el texto sugiere también una individual cuando afirma: «La mujer dio a luz un hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro» (Ap 12, 5). Así, haciendo referencia al parto, se admite cierta identificación de la mujer vestida de sol con María, la mujer que dio a luz al Mesías. La mujer­comunidad está descrita con los rasgos de la mujer­Madre de Jesús.

Caracterizada por su maternidad, la mujer «está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz» (Ap 12, 2). Esta observación remite a la Madre de Jesús al pie de la cruz (cf. Jn 19, 25), donde participa, con el alma traspasada por la espada (cf. Lc 2, 35), en los dolores del parto de la comunidad de los discípulos. A pesar de sus sufrimientos, está vestida de sol, es decir, lleva el reflejo del esplendor divino, y aparece como signo grandioso de la relación esponsal de Dios con su pueblo.

Estas imágenes, aunque no indican directamente el privilegio de la Inmaculada Concepción, pueden interpretarse como expresión de la solicitud amorosa del Padre que llena a María con la gracia de Cristo y el esplendor del Espíritu.

Por ultimo, el Apocalipsis invita a reconocer mas particularmente la dimensión eclesial de la personalidad de María: la mujer vestida de sol representa la santidad de la Iglesia, que se realiza plenamente en la santísima Virgen, en virtud de una gracia singular.

4. A esas afirmaciones escriturísticas, en las que se basan la Tradición y el Magisterio para fundamentar la doctrina de la Inmaculada Concepción, parecerían oponerse los textos bíblicos que afirman la universalidad del pecado.

El Antiguo Testamento habla de un contagio del pecado que afecta a «todo nacido de mujer» (Sal 50, 7; Jb 14, 2). En el Nuevo Testamento, san Pablo declara que, como consecuencia de la culpa de Adán, «todos pecaron» y que «el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación» (Rm 5, 12. 18). Por consiguiente, como recuerda el Catecismo de la Iglesia católica, el pecado original «afecta a la naturaleza humana», que se encuentra así «en un estado caído». Por eso, el pecado se transmite «por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales» (n. 404). San Pablo admite una excepción de esa ley universal: Cristo, que «no conoció pecado» (2 Co 5, 21) y así pudo hacer que sobreabundara la gracia «donde abundo el pecado» (Rm 5, 20).

Estas afirmaciones no llevan necesariamente a concluir que María forma parte de la humanidad pecadora. El paralelismo que san Pablo establece entre Adán y Cristo se completa con el que establece entre Eva y María: el papel de la mujer, notable en el drama del pecado, lo es también en la redención de la humanidad.

San Ireneo presenta a María como la nueva Eva que, con su fe y su obediencia, contrapesa la incredulidad y la desobediencia de Eva. Ese papel en la economía de la salvación exige la ausencia de pecado. Era conveniente que, al igual que Cristo, nuevo Adán, también María, nueva Eva, no conociera el pecado y fuera así más apta para cooperar en la redención.

El pecado, que como torrente arrastra a la humanidad, se detiene ante el Redentor y su fiel colaboradora. Con una diferencia sustancial: Cristo es totalmente santo en virtud de la gracia que en su humanidad brota de la persona divina; y María es totalmente santa en virtud de la gracia recibida por los méritos del Salvador.

Llena de Gracia, el nombre mas bello de María.
Benedicto XVI, 2006




Queridos hermanos y hermanas:

Celebramos hoy una de las fiestas de la bienaventurada Virgen más bellas y populares: la Inmaculada Concepción. María no sólo no cometió pecado alguno, sino que quedó preservada incluso de esa común herencia del género humano que es la culpa original, a causa de la misión a la que Dios la había destinado desde siempre: ser la Madre del Redentor.

Todo esto queda contenido en la verdad de fe de la Inmaculada Concepción. El fundamento bíblico de este dogma se encuentra en las palabras que el Ángel dirigió a la muchacha de Nazaret: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo» (Lucas 1, 28). «Llena de gracia», en el original griego «kecharitoméne», es el nombre más bello de María, nombre que le dio el mismo Dios para indicar que desde siempre y para siempre es la amada, la elegida, la escogida para acoger el don más precioso, Jesús, «el amor encarnado de Dios» (encíclica «Deus caritas est», 12).

Podemos preguntarnos: ¿por qué entre todas las mujeres, Dios ha escogido precisamente a María de Nazaret? La respuesta se esconde en el misterio insondable de la divina voluntad. Sin embargo, hay un motivo que el Evangelio destaca: su humildad. Lo subraya Dante Alighieri en el último canto del «Paraíso»: «Virgen Madre, hija de tu hijo, humilde y alta más que otra criatura, término fijo del consejo eterno» (Paraíso XXXIII, 1-3). La Virgen misma en el «Magnificat», su cántico de alabanza, dice esto: «Engrandece mi alma al Señor… porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lucas 1, 46.48). Sí, Dios se sintió prendado por la humildad de María, que encontró gracia a sus ojos (Cf. Lucas 1, 30). Se convirtió, de este modo, en la Madre de Dios, imagen y modelo de la Iglesia, elegida entre los pueblos para recibir la bendición del Señor y difundirla entre toda la familia humana.

Esta «bendición» es el mismo Jesucristo. Él es la fuente de la «gracia», de la que María quedó llena desde el primer instante de su existencia. Acogió con fe a Jesús y con amor lo entregó al mundo. Ésta es también nuestra vocación y nuestra misión, la vocación y la misión de la Iglesia: acoger a Cristo en nuestra vida y entregarlo al mundo «para que el mundo se salve por él» (Juan 3, 17).

Queridos hermanos y hermanas: la fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el período de Adviento, que es un tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador. Mientras salimos al encuentro de Dios, que viene, miremos a María que «brilla como signo de esperanza segura y de consuelo para el pueblo de Dios en camino» («Lumen gentium», 68). Con esta conciencia os invito a uniros a mí cuando, en la tarde, renueve en la plaza de España el tradicional homenaje a esta dulce Madre por la gracia y de la gracia. A ella nos dirigimos ahora con la oración que recuerda el anuncio del ángel.

DIOS TE SALVE MARIA... ...LLENA ERES DE GRACIA

EL SEÑOR ES CONTIGO, BENDITA TU ERES, ENTRE TODAS LAS MUJERES,
Y BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE: JESÚS.

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS... ...RUEGA POR NOSOTROS LOS PECADORES, AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE.

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía!

miércoles, 13 de mayo de 2015

SANTA MARÍA DOMENICA MAZZARELLO (1837-1881)

sdg_SantaM_D_Mazzarello Beatificada el 20-11-38 / Canonizada el 24-6-51

“A Ti, Te las confío”

María Dominga nació en Mornese, provincia de Alessandria (Italia), el 9 de mayo de 1837, en una numerosa familia de campesinos. Dotada de fuerza física no común, desde muchacha trabajó en el campo con su padre José. “Para que Dios no deje que nos falte el pan es necesario rezar y trabajar”, decía ella.

Gracias a la educación profundamente cristiana recibida en su familia, María hacía grandes sacrificios para encontrarse diario con Jesús en la Eucaristía: “Sin él no podría vivir”. En 1860 llegó la tifoidea a Mornese. Su confesor, don Pestarino le pidió ayuda para atender a algunos enfermos de la familia Mazzarello. María aceptó, pero se enfermó. Aunque se curó inesperadamente, perdió el vigor físico de antes, pero no la fe. Mientras caminaba por la calle tuvo una visión misteriosa: vio un gran edificio con muchas muchachas que corrían en el patio, y una voz que le decía: “te las confío”.

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El Espíritu Santo formó en ella un corazón Materno

No pudiendo trabajar en el campo, de acuerdo con su amiga Petronila, decidió ser sastre, para enseñar la costura a las muchachas pobres. El Espíritu Santo formó en ella un corazón materno. Prudente y sabia, educó a las muchachas con amor preventivo. Habiendo abierto un pequeño taller – como le sucedió a  Don Bosco –, el Señor le envió a las primeras huérfanas que acogió. Luego llegaron las primeras colaboradoras, que Don Pestarino llamará Hijas de la Inmaculada. 

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Don Bosco llegó a Mornese con sus jóvenes en 1864 a abrir un colegio para los muchachos del pueblo. María lo miró y exclamó: “Don Bosco es un santo y yo lo siento”. Don Bosco visitó el pequeño taller de las Hijas de la Inmaculada y quedó muy impresionado.

Hijas de la Inmaculada… Hijas de María Auxiliadora

Pío IX le pidió a Don Bosco que fundara un Instituto femenino, y él, llamando a Don Pestarino, eligió a las Hijas de la Inmaculada, mandándolas al colegio apenas construido. María y sus compañeras sufrieron el hambre, también por la hostilidad inicial de sus paisanos, pero estaban siempre alegres y su fe jamás vaciló.

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En 1872 las primeras quince Hijas de la Inmaculada se convirtieron en Hijas de María Auxiliadora. María fue llamada al gobierno del Instituto; pero al comienzo pidió que la llamaran Vicaria porque, decía, “la verdadera superiora es la Virgen”.

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El Instituto creció, se multiplicó y se abrieron las primeras casas, las primeras misiones en América del Sur. María fue llamada “madre”. A pesar de todo era sencilla, se preocupaba por todas, daba siempre el ejemplo aún en los trabajos más humildes.

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Con su sabiduría, dirigió la espiritualidad del Instituto, encarnando en las Hijas de María Auxiliadora el carisma dado a Don Bosco.

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Murió en Nizza Monferrato el 13 de mayo de 1881, a la edad de 44 años. A su muerte el Instituto contaba ya con 165 Hermanas y 65 novicias esparcidas en 28 casas (19 en Italia, 3 en Francia y 6 en Sudamérica).

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Fue beatificada por Pío XI en 1938 y canonizada por Pío XII el 24 de junio de 1951.

sábado, 9 de mayo de 2015

FELIZ DÍA DE LAS MADRES

En un salón de clases de PARVULARIA, se les hicieron algunas sencillas
preguntas a los pequeños y pequeñas para medir la apreciación que tienen de ciertas situaciones de su entorno y su familia.


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ESTAS FUERON ALGUNAS DE LAS RESPUESTAS MÁS GRACIOSAS

A.- ¿Por qué hizo Dios a las Madres?

  1. Porque son las únicas que saben dónde están las cosas en la casa.
  2. Principalmente para limpiar la casa.
  3. Para ayudarnos cuando estábamos naciendo.
  4. Para que nos quisieran

B) ¿Cómo hizo Dios a las Madres?

  1. Usó tierra, como lo hizo para todos los demás.
  2. Con magia además de súper poderes y mezclar todo muy bien.
  3. Dios hizo a mi mamá así como me hizo a mí, solo que usó partes más grandes.
  4. Yo creo que tardó mucho en hacerlas, pues mi papá dice que a veces las mujeres son muy complicadas.

C) ¿Qué ingredientes usó?

  1. Dios hizo a las madres de nubes y pelo de ángel y todo lo bueno en este mundo y una pizca de malo.
  2. Tuvo que empezar con huesos de hombres y después creo que usó cuerda, principalmente.
  3. Yo creo que con muchas flores ...

D) ¿Por qué Dios te dio a tu mamá en vez de otra mamá?

  1. Porque somos parientes.
  2. Porque Dios sabía que ella me quería más a mí que otras mamás que me quisieran.
  3. Porque nos parecemos mucho.

E) ¿Qué clase de niña era tu mamá?

  1. Mi mamá siempre ha sido mi mamá y nada de esas cosas.
  2. No se porque no estaba yo allí, pero creo que ha de haber sido muy mandona.
  3. Dicen que antes era muy linda...

F) ¿Qué necesitaba saber tu mamá de tu papá antes de casarse con él?

  1. Su apellido.
  2. Si quería casarse con ella.
  3. Pues... si tiene trabajo y si le gusta ir de compras.

G) ¿Por qué se casó tu mamá con tu papá?

  1. Porque mi papá hace el mejor spaghetti en el mundo y mi mamá come mucho.
  2. Porque ya se estaba haciendo vieja...
  3. Mi abuela dice que porque no se puso su gorra para pensar.
  4. Para poder ser la mamá de la casa.

H) ¿Quién es el jefe en tu casa?

  1. Mi mamá no quiere ser jefe pero tiene que serlo porque mi papá es un chistoso.
  2. Mi mamá. Lo sabes por la inspección de mi cuarto. Ella ve hasta lo que hay debajo de mi cama.
  3. Creo que mi mamá, pero solo porque ella tiene más cosas que hacer que mi papá.

I) ¿Cuál es la diferencia entre las mamás y los papás?

  1. Las mamás trabajan en el trabajo y en la casa y los papás solo van al trabajo.
  2. Las mamás saben hablar con las maestras sin asustarlas.
  3. Las mamás tienen el verdadero poder porque a ellas les tienes que pedir permiso cuando quieres quedarte a dormir en casa de un amigo.
  4. Las mamás tienen magia porque ellas te hacen sentir bien sin medicina.

 J) ¿Qué hace tu mamá en su tiempo libre?

  1. Las mamás no tienen tiempo libre.
  2. Si lo oyes de ella, paga cuentas TODO el día...
  3. Creo que... trabajar.

K) ¿Qué haría a tu mamá perfecta?

  1. Por adentro ya es perfecta, pero afuera creo que un poco de cirugía plástica.
  2. Que no me regañara tanto y que me dejara ver más tele...
  3. Si supiera jugar fútbol...

 L) ¿Si podrías cambiar algo de tu mamá, que sería?

  1. Tiene esa cosa rara de pedirme que siempre limpie mi cuarto. Eso le quitaría.
  2. Haría a mi mamá más inteligente, así sabría que mi hermano me pegó primero y no yo.
  3. Me gustaría que desaparecieran esos ojos invisibles que tiene atrás de su cabeza.

Definitivamente FELIZ DIA A TODAS LAS MADRECITAS DEL MUNDO

miércoles, 6 de mayo de 2015

SANTO DOMINGO SAVIO - (1842-1857)

HOY 6 DE MAYO ES LA FIESTA DE SANTO DOMINGO SAVIO

Beatificado el 5-3-50 / Canonizado el 12-SA0101066-54

Promesa de santidad

Domingo nació el 2 de abril de 1842, en San Juan de Riva, cerca de Chieri (Turín).

En ocasión de su Primera Comunión, a la edad de siete años, expuso su programa de vida: “Iré a confesarme frecuentemente y tomaré la Comunión cuantas veces mi confesor lo permita. Quiero hacer santos los domingos y fiestas de guardar. Mis amigos serán Jesús y María. Muerte pero no pecado”.

A los 12 años, Don Bosco lo aceptó en el Oratorio de Turín y Domingo le pidió su ayuda para “convertirse en un santo”. Amable, sereno y feliz hizo gran esfuerzo para cumplir con sus deberes como estudiante y para ayudar a sus compañeros de todas las maneras que le fuera posible, enseñándoles el Catecismo, atendiendo a los enfermos y resolviendo peleas.

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Camino a la santidad

Un día le dijo a un compañero que recién había llegado al Oratorio: “Debes saber que aquí hacemos que la santidad consista en estar siempre alegres. Solamente tratamos de evitar el pecado, que es el gran enemigo que nos roba la gracia de Dios y la paz en el corazón, y tratamos de cumplir exactamente con nuestros deberes”. Era muy fiel a su programa de trabajo, sostenido por una intensa participación en la vida sacramental, por una devoción filial a María y por un alegre sacrificio. Dios lo enriqueció con muchos dones especiales.

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Amor por María

El 8 de diciembre de 1854, cuando Pío IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción, Domingo se consagró a María y empezó a avanzar rápidamente en santidad. En 1856, fundó entre sus amigos, la Compañía de la Inmaculada Concepción. Este era un grupo dedicado a la acción apostólica y al ministerio grupal.

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Amor por la Eucaristía

Mamá Margarita, que había ido a Turín para ayudar a su hijo sacerdote, le dijo un día: “Tú tienes muchos buenos chicos, pero ninguno sobrepasa la belleza de corazón y alma de Domingo Savio”. Y ella explicó: “ Lo veo siempre rezando, aún quedándose en la Iglesia después de los demás; todos los días deja el recreo para visitar el Santísimo Sacramento; cuando está en La Iglesia, él es como un ángel en el cielo”. Murió en Moriondo, el 9 de marzo de 1857. Sus restos están en la Basílica de María Auxiliadora en Turín.

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Su fiesta se celebra HOY 6 de mayo.

El Papa Pío XI lo definió como “Un pequeño, más bien gran, gigante del Espíritu”, Es el patrono de niños cantores.

SAVIO XSIA

 

martes, 24 de marzo de 2015

Cumpleaños del Padre Coro

TODAS LAS GENERACIONES, DE JÓVENES LE ESTAMOS AGRADECIDOS POR SU TRABAJO Y DEDICACIÓN.

HOY SOMOS LO QUE SOMOS GRACIAS A ESA MANO AMIGA QUE NOS SUPO GUIAR Y ORIENTAR.

Gracias por ser ese PADRE, MAESTRO Y AMIGO

IGLESIA JOVEN A SIDO EL PROYECTO DONDE VARIOS ENCONTRAMOS A JESUCRISTO A MARIA SANTISIMA, A DON BOSCO.

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GRACIAS PADRE Y AUNQUE NO ESTAMOS CERCA, SIEMPRE EN NUESTRO CORAZÓN ESTARÁ EL RECUERDO Y SUS PALABRAS, ASI ES QUE LE DESEAMOS QUE TENGA UN MUY FELIZ CUMPLEAÑOS.

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ESTE PASTELITO LO PARTIREMOS HOY EN CASA EN SU NOMBRE.

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HOY SE ENCUENTRA ENTRE LOS GRANDES, PERO SIEMPRE CON EL CARIÑO DE TODOS NOSOTROS.

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CORO MARIANO

Con el Padre Walter Guillen.