jueves, 3 de diciembre de 2009

Diario español recoge presuntos milagros atribuidos a Juan Pablo II en vida

El diario español La Razón recogió en la edición del 2 de diciembre, una serie de curaciones milagrosas atribuidas a la intercesión del Papa Juan Pablo II cuando estaba vivo y que por pedido del recordado Pontífice, nunca fueron difundidas ni admitidas públicamente.

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Hace unos días, de visita en Argentina el ex secretario de Juan Pablo II y hoy Arzobispo de Cracovia, Cardenal Stanislaw Dziwisz, reconoció ante los periodistas que durante la vida de Juan Pablo II hubo hechos inexplicables que se mantuvieron bajo discreción porque él mismo lo había prohibido.

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Según La Razón, quizá el primer milagro del Papa Juan Pablo II fue el de la madre de familia inglesa Kay Kelly ocurrido en marzo de 1979. Había dedicado muchos años a recolectar dinero para los enfermos de cáncer y ella misma contrajo la enfermedad.

Viajó a Roma con unos billetes, regalo de los Caballeros de Colón por su trabajo solidario, ahí participó en una reunión semiprivada con el Papa y otros enfermos. "Hablaron, él le firmó una foto para su hijo, la abrazó y le dijo: «Estoy muy orgulloso de ti, eres una madre maravillosa». Cuando volvió a Liverpool, su cáncer había desaparecido", recuerda La Razón recogiendo testimonios de la causa de beatificación y libros de vaticanistas como "Santo subito" de Andrea Tornielli o "Milagros de Juan Pablo II" del polaco Pawel Zuchniewicz.

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Este último recoge también casos recientes como el un adolescente polaco de nombre Rafal, a quien recibió el 1 de julio de 2004. El joven, procedente de Lubaczow, padecía de un linfoma incurable que desapareció justo después de su audiencia privada con el Pontífice.

Además, sostiene que "en la Jornada Mundial de la Juventud de Toronto, en 2002, el Papa rezó por Angela Baronni, de 16 años, con cáncer de huesos; le impuso las manos y le hizo la señal de la cruz. Desapareció todo rastro del cáncer".

"En 1980, el australiano Emil Barbar, de 29 años, con una parálisis cerebral que le impedía caminar y le dificultaba el habla, llamó la atención de Juan Pablo II durante una audiencia con enfermos en la plaza de San Pedro. El Papa le besó en la cabeza. Su madre lloraba. «Llévale a Lourdes, verás que camina», le dijo el Pontífice, y les regaló una cruz y un rosario. Emil se bañó en la piscina del santuario de Lourdes y seis semanas después caminaba", agrega La Razón.

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Asimismo, afirma que "hay varios testimonios de mujeres que dicen que la oración del Papa les ayudó a concebir o dar a luz. Una católica china afincada en Vancouver, Canadá, la señora Lieu, acudió como peregrina a Roma después de haber sufrido tres abortos naturales. En una audiencia le contó al Papa su problema. Él le dijo que tendría un hijo y trazó la señal de la cruz en su cabeza. Al volver a Canadá, comprobó que estaba embarazada, el niño nació bien y se llamó Juan Pablo Lieu. En los testimonios de la causa hay otros similares".

El diario también recoge el caso del mexicano Heron Badillo, hijo del político izquierdista Felipe Badillo. "Tenía cinco años y estaba enfermo de leucemia cuando lo presentaron al Papa en Zacatecas, en el norte de México, el 12 de mayo de 1990. Él se apartó de su ruta para imponerle las manos y lo besó. El niño, después de 15 días de rechazar alimentos, empezó a comer, desaparecida su enfermedad".

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La Razón también recuerda al Cardenal italiano Francesco Marchisano, amigo personal del Papa. En el año 2000, el Purpurado apenas podía hablar por un error al operarse de la carótida. "El Papa le acarició en la zona operada. «El Señor le devolverá la voz. Yo rezaré por usted», le dijo. Poco después quedó curado".

"Otro caso documentado es el de la monja colombiana Ofelia Trespalacios. Sufría desde los 20 años una enfermedad que le producía desmayos y parálisis. En 1984, en una audiencia en Roma, el Papa puso las manos sobre la cara de la religiosa y oró por ella. La bendijo y sonrió. La enfermedad de la mujer desapareció por completo", concluye La Razón.

Obsequian al Papa Benedicto XVI mil "panetones" para los pobres

ppbxvipanetones021209 La Federación Italiana de Panificadores y Pasteleros donó al Papa Benedicto XVI una dotación de mil "panetones" –el clásico bizcocho navideño– para que sean repartidos entre los pobres de Roma. Como expresión de su afecto al Santo Padre, también le obsequiaron un panteón especial, "el más grande que hemos podido hacer".

Estos panteones serán distribuidos entre los pobres que son asistidos por la Casa Dono di María y Cáritas de Roma.

El Presidente de la Federación dijo además que los panificadores también expresaron su deseo de que "el domingo se respete como día para la familia, protegiéndola de los ataques de un mercado caótico que solo tiene en cuenta lo económico".