16 de mayo: Por los Sacerdotes.
Sean guías del pueblo de Dios con el ejemplo de una vida evangélica y el testimonio de su adhesión a la Sede Apostólica.
Pido a su vez por un AMIGO MUY CERCANO que en estos días sufre y esta convaleciente, que Dios le de fuerzas para recuperarse y que María Santísima le de la Salud que necesita, gran amigo de Iglesia Joven desde sus inicios y hoy necesita de nuestra Oración.
En este segundo dia pidamos interceda María Santísima por los SACERDOTES, en especial:
P. Guisseppe Coro sdb, P. Salvador Caffarelli sdb, P. Sixto Flores sdb
P. Mariano sdb, P. España sdb, P. Victor Bermudez sdb
P. Walter Guillen sdb, Mons. Elías Bolaños sdb, P. Fito Guzman sdb
P. Oswaldo Escobar Carmelita descalzo, P. Porta sdb
P. Luis Fernando Dubon sdb.
P. Rene Santos sdb, P. Rene Torres sdb, P. Ricardo Hernandez sdb
P. Jesús Menjivar sdb, P. Alex Figueroa sdb, P. Manuel Gomez sdb
P. Heriberto Herrera sdb, Card. Maradiaga sdb, Don Pascual Chavez
Por todos los Sacerdotes de nuestra Congregación para que les acompañe en su ministerio.
Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio; concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Tres Avemarías, Gloria y la jaculatoria:
María Auxilio de los Cristianos, Ruega por nosotros.
¡Oh, María Santísima, Madre de bondad y de misericordia! tú que siempre libraste al pueblo cristiano, con tu poderoso patrocinio, de los asaltos e insidias del enemigo, protege nuestras almas, te lo suplicamos, de las acometidas del demonio, del mundo y de la carne, para que alcancemos completa victoria sobre los enemigos de nuestra salvación.
Tres Avemarías y Gloria.
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia... Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla... Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo. ¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso. Amén.
Súplica a María Auxiliadora. Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos. Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad... (pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad. Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.