lunes, 18 de enero de 2010

Primera Profesión Religiosa de Efren Artiga

Compartimos la grata noticia de nuestro hermano Efren artiga, quien como miembro de Iglesia Joven Ciudadela Don Bosco encontró su vocación y hoy ha hecho sus primera profesión. Felicidades Efren.

000IMG_0886 - copia

Efren nos escribe: Qué tal amigos, quiero desearles un muy próspero año 2010.

El motivo de este correo es para enviarles algunas fotografías de lo que fue mi primera profesión religiosa como salesiano de Don Bosco, el pasado 18 de diciembre en la ciudad de Guatemala.

000IMG_0940 - copia

000IMG_0980 - copia

Aprovecho para pedirles sus oraciones y de antemano sepan que cuentan con las mías. Dios les bendiga.

00003 - copia

--
Atentamente,
Efrén Artiga
Instituto Filosófico Manuel Enrique Piñol,
10ª Ave. 36-73, Zona 11, Colonia Las Charcas.
Tel 00(502) 24762419

Decálogo constituye norma de vida en la justicia y en el amor, dice el Papa en Sinagoga

Ayer domingo 17 de enero por la tarde el Papa Benedicto XVI visitó a la comunidad judía de Roma en la sinagoga de la ciudad y en su discurso resaltó la importancia de que ambas comunidades trabajen juntas por testimoniar la centralidad de Dios en la vida del hombre, la sacralidad de la vida humana y la importancia de la familia.

115
El Santo Padre fue recibido por Riccardo Pacifici, Presidente de la comunidad judía de Roma y por Renzo Gattegna, Presidente de las comunidades judías italianas. A la puerta de la Sinagoga lo recibió Riccardo Di Segni, Rabino de Roma, con quien ingresó en el templo.

Al iniciar su discurso el Papa recordó la primera visita del Venerable Juan Pablo II y afirmó que la visita actual se “inserta en el camino trazado para confirmarlo y reforzarlo.

117

Con sentimientos de viva cordialidad me encuentro en medio de vosotros para manifestaros la estima y el afecto que el Obispo y la Iglesia de Roma, como la totalidad de la Iglesia Católica, nutren por esta comunidad y las comunidades judías en todo el mundo”.
Seguidamente el Santo Padre hizo un recorrido histórica de la relación entre católicos y judíos, partiendo desde el Concilio Vaticano II hasta sus recientes viajes a Tierra Santa y los tantos encuentros que ha realizado con comunidades y organizaciones judías.

Especialmente enfatizó la oración ante el Muro del templo de Jerusalén de Juan Pablo II en marzo del 2000.
A continuación el Pontífice hizo un breve análisis sobre nuestros tiempos: “época verdaderamente trágica para la humanidad: guerras sangrientas que han sembrado destrucción, muerte y dolor como nunca antes se había dado; terribles ideologías que han tenido en su origen la idolatría del hombre, de la raza, del estado y que han llevado, una vez más, a que un hermano asesine a su hermano”.

116

Hizo así mismo una referencia a cuanto sucedió en Auschwitz condenando la indiferencia por parte de muchos.
“Lamentablemente muchos permanecieron indiferentes, pero muchos, también entre Católicos italianos, sostenidos por la fe y por la enseñanza cristiana, reaccionaron con valor, abriendo los brazos para socorrer a los judíos que escapaban, corriendo así mismo el riesgo de perder la propia vida y meritando gracias perennes. También la Sede Apostólica realizó una acción de socorro, sobre todo escondida y discreta”.

113
“Nuestra cercanía y fraternidad espiritual –prosiguió- encuentran en la Sagrada Biblia el fundamento más sólido y perenne, en base al cual somos puestos frente a nuestras raíces comunes, a la historia y al rico patrimonio espiritual que compartimos”.

110
A continuación el Papa resaltó algunas realidad que derivan de la común herencia de la Ley y de los Profetas por parte de católicos y judíos: “la solidaridad que vincula la Iglesia y el pueblo judío; la centralidad del decálogo como común mensaje ético de valor perenne para Israel, la Iglesia, los no creyentes y toda la humanidad; el compromiso para preparar o realizar el Reino del Altísimo en el cuidado de la creación”.

111
“En particular –continuó- el Decálogo constituye la antorcha de la ética de la esperanza y del diálogo, estrella polar de la fe y de la moral del pueblo de Dios que ilumina y guía también el camino de los cristianos. Este es un faro y una norma de vida en la justicia y en el amor”.
El Santo Padre profundizó sobre algunos de los mandamientos.

Concretamente recordó como el Decálogo nos pide “reconocer al único Señor contra la tentación de construirse otros ídolos. Muchos en nuestro mundo no conocen a Dios o lo consideran algo superficial, sin relevancia para la vida”.

112
“Las ‘Diez palabras’ –agregó- piden el respeto, la protección de la vida, contra toda injusticia y abuso, reconociendo el valor de cada persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. … Piden conservar y promover la santidad de la familia, en la que el ‘sí’ personal y recíproco, fiel y definitivo del hombre y de la mujer, abre el espacio hacia el futuro, para la auténtica humanidad de cada uno y se abre al mismo tiempo al don de una vida nueva”.

97
También hizo notar que en el fondo todos los mandamientos se resumen en el amor de Dios y en la misericordia hacia el prójimo: “Tal regla empeña a judíos y cristianos a ejercitar, en nuestro tiempo, una especial generosidad hacia los pobres, las mujeres, los niños, los extranjeros, los enfermos, los débiles, los necesitados.

107

Con el ejercicio de la justicia y de la misericordia, judíos y cristianos están llamados a anunciar y a dar testimonio del Reino del Altísimo que viene y por el cual oramos y trabajamos cada día en la esperanza”.

99
“Toca a nosotros –concluyó el Papa- respondiendo al llamado de Dios, trabajar para que permanezca siempre abierto el espacio del diálogo, del recíproco respeto, del crecimiento en la amistad, del común testimonio frente a los desafíos de nuestro tiempo que nos invitan a cooperar por el bien de la humanidad en este mundo creado por Dios”.

Acoger a los niños migrantes con amor pide el Papa

Miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración exhortó a vivir según el auténtico espíritu evangélico, con sensibilidad educativa y cultural frente a los niños migrantes y refugiados.

92

En el día en que se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el Santo Padre afirmó que “la presencia de la Iglesia al lado de estas personas ha sido constante en el tiempo, alcanzando importantes metas a los inicios del siglo pasado: basta pensar a las figuras del Obispo Juan Bautista Scalibrini y a Santa Francisca Cabrini”.“Jesucristo –dijo el Papa- quien de recién nacido vivió la dramática experiencia del refugiado a causa de las amenazas de Erodes, enseña a sus discípulos a acoger a los niños con gran respeto y amor”.

95

Continuando su referencia a los niños, el Pontífice resaltó que “el niño, cualquiera que sea su nacionalidad y el color de su piel, debe ser considerado antes que nada y siempre como persona, imagen de Dios, que debe ser promovida y tutelada contra todo tipo de marginación y explotación”.“Es necesario cuidar los detalles para que los menores que se encuentran en un país extranjero estén garantizados en el plano legislativo y sobre todo acompañados en sus innumerables problemas a ser afrontados”, agregó.

El Papa alentó a las comunidades cristianas y organismos comprometidos en el servicio a los menores migrantes y refugiados y exhortó a todos “tener viva sensibilidad educativa y cultural frente a ellos, según el auténtico espíritu evangélico”.

Así mismo pidió por el diálogo interreligioso con los judíos y por la unidad de los Cristianos, encomendándose a la intercesión de la Virgen María.

90

“Esta tarde –dijo el Papa- a casi 24 años de la histórica visita del venerable Juan Pablo II, iré a la gran Sinagoga de Roma para reunirme con la comunidad judía de la ciudad y poner una ulterior etapa en el camino de concordia y de amista entre los católicos y los judíos”.
El Papa afirmó que entre católicos y judíos “no obstante las dificultades, se respira un clima de gran respeto y dialogo, testimoniando así cuanto han madurado las relaciones y el empeño común por valorar aquello que nos une: la fe en el único Dios, antes que todo, pero también la tutela de la vida y de la familia, la aspiración a la justicia social y a la paz”.

“Recuerdo –continuó- que mañana se abrirá la tradicional Semana de oración por la Unidad de los Cristianos. Cada año esta es un tiempo propicio para revivir el espíritu ecuménico, para reunirse, conocerse, orar y reflexionar juntos. Nuestro anuncio del Evangelio será cada vez más creíble y eficaz en la medida en que estemos más unidos en el amor de Cristo, como verdaderos hermanos”.