lunes, 18 de enero de 2010

Acoger a los niños migrantes con amor pide el Papa

Miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración exhortó a vivir según el auténtico espíritu evangélico, con sensibilidad educativa y cultural frente a los niños migrantes y refugiados.

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En el día en que se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado el Santo Padre afirmó que “la presencia de la Iglesia al lado de estas personas ha sido constante en el tiempo, alcanzando importantes metas a los inicios del siglo pasado: basta pensar a las figuras del Obispo Juan Bautista Scalibrini y a Santa Francisca Cabrini”.“Jesucristo –dijo el Papa- quien de recién nacido vivió la dramática experiencia del refugiado a causa de las amenazas de Erodes, enseña a sus discípulos a acoger a los niños con gran respeto y amor”.

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Continuando su referencia a los niños, el Pontífice resaltó que “el niño, cualquiera que sea su nacionalidad y el color de su piel, debe ser considerado antes que nada y siempre como persona, imagen de Dios, que debe ser promovida y tutelada contra todo tipo de marginación y explotación”.“Es necesario cuidar los detalles para que los menores que se encuentran en un país extranjero estén garantizados en el plano legislativo y sobre todo acompañados en sus innumerables problemas a ser afrontados”, agregó.

El Papa alentó a las comunidades cristianas y organismos comprometidos en el servicio a los menores migrantes y refugiados y exhortó a todos “tener viva sensibilidad educativa y cultural frente a ellos, según el auténtico espíritu evangélico”.

Así mismo pidió por el diálogo interreligioso con los judíos y por la unidad de los Cristianos, encomendándose a la intercesión de la Virgen María.

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“Esta tarde –dijo el Papa- a casi 24 años de la histórica visita del venerable Juan Pablo II, iré a la gran Sinagoga de Roma para reunirme con la comunidad judía de la ciudad y poner una ulterior etapa en el camino de concordia y de amista entre los católicos y los judíos”.
El Papa afirmó que entre católicos y judíos “no obstante las dificultades, se respira un clima de gran respeto y dialogo, testimoniando así cuanto han madurado las relaciones y el empeño común por valorar aquello que nos une: la fe en el único Dios, antes que todo, pero también la tutela de la vida y de la familia, la aspiración a la justicia social y a la paz”.

“Recuerdo –continuó- que mañana se abrirá la tradicional Semana de oración por la Unidad de los Cristianos. Cada año esta es un tiempo propicio para revivir el espíritu ecuménico, para reunirse, conocerse, orar y reflexionar juntos. Nuestro anuncio del Evangelio será cada vez más creíble y eficaz en la medida en que estemos más unidos en el amor de Cristo, como verdaderos hermanos”.

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