lunes, 11 de agosto de 2008

El Papa: Sacerdotes deben enfrentar tensiones de su ministerio y mejorar catequesis para sacramentos

La Sala de Prensa de la Santa Sede dio a conocer las respuestas completas a las preguntas que los sacerdotes de Bolzano-Bressanone le hicieran al Papa Benedicto XVI. Entre los temas tratados, el Santo Padre se refiere a la forma en la que estos deben afrontar las tensiones propias de su ministerio; así como al asunto de conferir los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación cuando no hay plena conciencia de lo solicitado.

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Al reunirse con el clero de la Diócesis de Bolzano-Bressanone en la Catedral local, el Papa Benedicto XVI aseguró que ante las tensiones que experimentan los sacerdotes en su ministerio, es necesario considerar "dos aspectos fundamentales" para responder a la cuestión: "de un lado, la insustituibilidad del sacerdote" que "está completamente dedicado al Señor y por lo mismo totalmente dedicado al hombre", su "significado y el modo del ministerio sacerdotal hoy; y de otro lado –y esto hoy resalta más– la multiplicidad de carismas y el hecho que todos juntos son Iglesia".

Luego de explicar que es necesario mostrarle a los jóvenes que como sacerdotes se puede "servir de modo importante a los hermanos", el Papa resaltó que el celibato solamente tiene sentido "si creemos verdaderamente en la vida eterna y si creemos que Dios nos ayuda".

Asimismo, precisó que ante la gran cantidad de actividades que debe realizar un sacerdote, "es importante tener el coraje de limitarse y la claridad al decidir las prioridades", porque la más importante de todas ellas en la "existencia sacerdotal es estar con el Señor y por ello tener tiempo para la oración".

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A partir de la oración, precisa el Papa, todo sacerdote debe "aprender a ver que cosa es verdaderamente esencial, donde se necesita mi presencia de sacerdote y no puedo delegar a nadie. Y al mismo tiempo debo aceptar humildemente cuando muchas cosas que tendría que hacer y donde se exigiría mi presencia no se pueden realizar porque reconozco mis límites. Creo que tal humildad será comprendida por la gente".

"Y con esto debo entender otro aspecto: saber delegar, llamar a las personas a la colaboración", indicó.

Al comentar luego la lejanía física que experimentan con frecuencia los sacerdotes, Benedicto XVI recordó que estos servidores de Dios son "una verdadera comunidad de hermanos que deben sostenerse y ayudarse" para evitar el peligro del "aislamiento, en la soledad, con sus tristezas por lo que es importante encontrarnos regularmente".

"Ningún sacerdote es un sacerdote solo, somos un presbiterio y solo en esta comunión con el Obispo cada uno puede realizar su servicio", añadió el Papa.

Catequesis para sacramentos

Al responder luego a otra pregunta sobre qué hacer con los niños y jóvenes que solicitan la Primera Comunión y la Confirmación cuando parece que no van a perseverar en la fe luego de recibido el sacramento, Benedicto XVI relató que "cuando era más joven era más severo. Decía: los sacramentos son los sacramentos de la fe, y por lo tanto donde no hay fe, no hay praxis de fe, entonces el sacramento no puede ser conferido. Y luego discutía eso cuando era Arzobispo de Munich con mis párrocos. (…) Con el transcurso del tiempo he entendido que debemos seguir siempre el ejemplo del Señor, que era muy abierto también con las personas al margen de Israel de aquel tiempo, era un Señor de la misericordia, bastante abierto –según muchas autoridades oficiales– con los pecadores, acogiéndolos o dejándose acoger en sus cenas, atrayéndoles a sí en su comunión".

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"Si podemos atisbar siquiera una pequeña flama de deseo de la comunión en la Iglesia, un deseo también de estos niños que quieren entrar en comunión con Jesús, me parece que es justo ser más amplio. Naturalmente, cierto, debe ser un aspectos de nuestra catequesis hacer entender que la Comunión, la Primera Comunión, no es un hecho 'puntual', sino que exige una continuidad de amistad con Jesús, un camino con Jesús", prosiguió.

"En este sentido debemos naturalmente hacer lo posible en el contexto de la preparación a los sacramentos, para llegar también a los padres y así abrirles también la sensibilidad a ellos en el camino que realizan los niños. Deberían ayudar a sus hijos a seguir el propio deseo de entrar en amistad con Jesús, que es forma de la vida, del futuro", alentó el Santo Padre.

"Si los padres tienen el deseo de que sus hijos hagan la Primera Comunión, este deseo suyo, con frecuencia social, debería extenderse a un deseo religioso, para hacer posible un camino hacia Jesús", dijo el Papa.

Tras recibir a fuerzas del orden, el Papa deja Bressanone y retorna a Castel Gandolfo

El Papa Benedicto XVI recibió hoy en el Seminario Mayor de Bressanone a las fuerzas del orden local. "Solo ahora me doy cuenta de lo grande que es el ejército de ángeles custodios que ha velado por mí durante las vacaciones", comentó.

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Así lo informa Radio Vaticano, que también explica que esta tarde el Papa vuelve a Castel Gandolfo y deja Bressanone en donde descansó dos semanas; para retomar sus actividades.

El miércoles presidirá la Audiencia General en el Palacio Apostólico mientras que el viernes 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, presidirá la Misa a las 08:00 a.m. en la iglesia parroquial de San Tommaso da Villanova, seguida del Ángelus a mediodía.

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Al comentar la visita del Pontífice a la región del Alto Adigio, el Obispo de Bolzano-Bressanone, Mons. Wilhelm Egger, recordó que en el Seminario de esta diócesis, el Papa "escribió algunas páginas del volumen sobre Jesucristo. Entonces Bressanone es una estación importante de su magisterio y de su esfuerzo teológico y pastoral".

El Prelado expresó también que lo que más le ha llamado la atención de esta visita del Pontífice ha sido "la alegría de la población. Ha sido verdaderamente una fiesta del pueblo creyente. Pienso que esto también ha tocado al Santo Padre. Tantas personas que me decían 'qué hermoso es que el Santo Padre venga a nosotros'".

El Papa llama a encontrarse con Dios en el silencio interior

Este medio día miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Piazza del Duomo de Bressanone para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien introduciendo la oración mariana recordó que la verdadera renovación de todo ser humano se da plenamente en la relación con Dios.

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Tras anunciar que hoy lunes dejará la pequeña ciudad de Bressanone para dirigirse a Castelgandolfo, el Santo Padre manifestó su “gratitud al Señor que me ha concedido este descanso, renovador tanto para el físico como para el espíritu” y agradeció también a todos aquellos que “se han hecho instrumentos laboriosos de la Providencia divina”.

El Pontífice describió su descanso como “lo mejor que corresponde a un ministro de Dios” y citó algunas características: “dedicándome a la oración, a la lectura y a la meditación, sin la premura de las cotidianas urgencias pastorales… que ciertamente no he olvidado sino, por así decir, he filtrado mediante un sano desapego que ayuda a restablecer las justas proporciones: reconocer que el Señor es Dios y nosotros somos solamente sus humildes colaboradores por el servicio de la Iglesia y por el bien de la humanidad”.

Benedicto XVI compartió con los presentes una reflexión en torno a su experiencia en la reciente Jornada Mundial de la Juventud: “…los jóvenes fueron un signo de alegría auténtica, a veces ruidosa sin embargo siempre pacífica y positiva. Si bien eran muchísimos, nunca causaron desórdenes ni hicieron daño a nadie.

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Para estar alegres no tuvieron la necesidad de recurrir a modos groseros y violentos, al alcohol y estupefacientes. En ellos estaba presente la alegría de reunirse y de descubrir juntos un mundo nuevo. ¿Cómo no hacer una comparación con sus coetáneos que, en busca de falsas evasiones, consumen experiencias degradantes que desembocan no raramente en dramáticas tragedias? Este es un típico producto de la llamada ‘sociedad del bienestar’ que para llenar un vacío interior y sin sentido que lo acompaña, induce a probar experiencias nuevas, más emocionantes, más ‘extremas’”.

Seguidamente alertó ante el riesgo que corren las vacaciones de “disiparse en un vano perseguir ilusiones de placer. Pero de esta forma el espíritu no descansa, el corazón no encuentra ni alegría ni paz, sino que termina por estar más cansado y triste que antes. Me he referido a los jóvenes porque son los más sedientos de vida y de experiencias nuevas y por ello quienes corren más peligro”.

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“La reflexión vale para todos: la persona humana se regenera verdaderamente y solamente en la relación con Dios, y Dios se encuentra aprendiendo a escuchar su voz en el interior y en el silencio”, concluyó el Papa.

Seguidamente rezó el Ángelus, saludó a los presentes en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.