viernes, 2 de enero de 2009

Familia Salesiana: Un vasto movimiento de personas para la salvación de los jóvenes

“Hacer de la Familia Salesiana un vasto movimiento de personas para la salvación de los jóvenes” constituye el corazón del Aguinaldo que el Rector Mayor, don Pascual Chávez, confía durante el 2009 a los diversos grupos –religiosos y laicos- que se inspiran en el carisma de Don Bosco.

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Por la tarde del 31 de diciembre, don Chávez ha presentado oficialmente su Aguinaldo en la Casa Generalicia de las Hijas de María Auxiliadora ante la nueva Superiora General, Madre Yvonne Reungoat, y ante algunas representantes de su Consejo General. Además de las hermanas de la Casa Generalicia misma, del Auxilium y de las comunidades de formación de las FMA en Roma, han estado presentes también algunas Hijas de María Auxiliadora de la inspectoría romana.

El encuentro, cordial y sencillo, se ha desarrollado en un clima de familiaridad. Luego de una breve introducción, don Chávez dio paso a la proyección del vídeo comentario que acompaña desde hace algunos años el texto del Aguinaldo dirigido a los grupos de la Familia Salesiana.

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Fruto de la estrecha colaboración entre el Dicasterio para la Comunicación Social y Missioni Don Bosco-Media Centre de Turín, el DVD del Aguinaldo se presenta como un subsidio válido para presentar, profundizar y para animar respecto al tema propuesto.  La realización del DVD, iniciada inmediatamente después del anuncio del tema Aguinaldo, ha sido posible también gracias a la colaboración de varias inspectorías salesianas que han contribuido enviando material en vídeo.

Los aguinaldos que el Rector Mayor ha ofrecido a la Familia Salesiana en los últimos tres años han sido una invitación a trabajar en forma coordinada y precisa para poder dar una especial atención a la familia, promover la vida y renovar el compromiso educativo; en cambio la de este año está centrada en la identidad y la misión de los grupos –religiosos y laicos- nacidos del corazón, de la mente y de la experiencia pastoral de Don Bosco quien, escuchando al Espíritu, supo responder a las necesidades de los jóvenes, de la Iglesia y de la sociedad.

El Papa invita a combatir la pobreza inmoral a través de la pobreza evangélica

Distingue entre la pobreza “elegida por Dios” y la pobreza “que Dios no quiere”

El Papa exhortó hoy al mundo a combatir la pobreza “que ofende a la dignidad del hombre” a través de la sobriedad y la solidaridad, fruto de la pobreza evangélica que Jesús eligió al hacerse hombre,  durante la Misa la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y Jornada Mundial de la Paz.

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El Papa dedicó su intervención, en presencia del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, como es tradición en esta Jornada, a recordar su Mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Paz de este año, “Combatir la pobreza, construir la paz”.

En la homilía, explicó que existe una distinción entre una pobreza evangélica y una pobreza “que Dios no quiere”, e invitó a todos a combatir la segunda a través de la primera: “ Por una parte, la pobreza elegida y propuesta por Jesús, por otra la pobreza que hay que combatir para hacer al mundo más justo y solidario”.

Respecto a la primera, el Papa explicó que Jesús al hacerse hombre quiso ser también pobre: “El nacimiento de Jesús en Belén nos revela que Dios eligió la pobreza para sí mismo en su venida en medio de nosotros. El amor por nosotros ha empujado a Jesús no sólo a hacerse hombre, sino a hacerse pobre”, añadió.

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Sin embargo, existe “una pobreza, una indigencia, que Dios no quiere y que hay que combatir”, afirmó; “una pobreza que impide a las personas y a las familias vivir según su dignidad; una pobreza que ofende a la justicia y a la igualdad y que, como tal, amenaza la convivencia pacífica”.

Esta pobreza, centro del mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año, no sólo es material, dijo, sino que “entran también las formas de pobreza no material que se encuentran incluso en las sociedades ricas o desarrolladas: marginación, miseria relacional, moral y espiritual”.

Esta pobreza a gran escala, que se refleja en “plagas difundidas como las enfermedades pandémicas, la pobreza de los niños y la crisis alimentaria”, y que el Papa relacionó con el fenómeno de la globalización, requiere que las naciones “mantengan alto el nivel de la solidaridad”.

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Particularmente el Papa denunció la carrera armamentística que se está llevando a cabo en los últimos años, que definió como “inaceptable” y “contraria a los Derechos Humanos”.

Ante esta situación, afirma que la actual crisis económica supone “un banco de pruebas: ¿Estamos preparados para leerla, en su complejidad, como desafío para el futuro y no sólo como una emergencia a la que dar respuestas a corto plazo? ¿Estamos dispuestos a hacer juntos una revisión profunda del modelo de desarrollo dominante, para corregirlo de forma concertada y a largo plazo?”

“Lo exigen, en realidad, más aún que las dificultades financieras inmediatas, el estado de salud ecológica del planeta y, sobre todo, la crisis cultural y moral, cuyos síntomas son evidentes desde hace tiempo en todo el mundo”, añadió.

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El Papa invitó a establecer un “círculo virtuoso” entre la pobreza “que elegir” y la pobreza “que combatir”: “para combatir la pobreza inicua, que oprime a tantos hombres y mujeres y amenaza la paz de todos, es necesario redescubrir la sobriedad y la solidaridad, como valores evangélicos y al mismo tiempo universales”, explicó.

“No se puede combatir eficazmente la miseria, si no se intenta 'hacer igualdad', reduciendo el desnivel entre quien derrocha lo superfluo y quien no tiene siquiera lo necesario”, afirmó.

Esta pobreza evangélica, que como voto está reservado sólo a algunos, recuerda a todos “la exigencia de no apegarse a los bienes materiales y el primado de las riquezas del espíritu”, explicó el pontífice.

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“La pobreza del nacimiento de Cristo en Belén, además de objeto de adoración para los cristianos, es también escuela de vida para cada hombre. Ésta nos enseña que para combatir la miseria, tanto material como espiritual, el camino que recorrer es el de la solidaridad, que ha empujado a Jesús a compartir nuestra condición humana”, concluyó.

Por último, el Papa explicó que el mundo nuevo traído por Cristo consiste en “una revolución pacífica”, “no ideológica, sino espiritual, no utópica sino real, y por esto necesitada de infinita paciencia, de tiempos quizás larguísimos, evitando toda ruptura y recorriendo el camino más difícil: la vía de la maduración de la responsabilidad en las conciencias”.

“Esta es la vía evangélica a la paz, el camino que también el Obispo de Roma está llamado a recorrer con constancia cada vez que prepara el anual Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz”, añadió.

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En una publicación reciente un joven se hacia esta pregunta para el significativa: ¿Los jerarcas de la Iglesia en El Salvador se acordarán de los pobres?

Por un lado acá esta su respuesta, la IGLESIA SIEMPRE HA ESTADO Y ESTARÁ ACOMPAÑANDO A LOS POBRES Y NECESITADOS pues como dice el Papa no hay ideologías, ni utopías y nosotros como laicos debemos de tener esa MADURACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD EN NUESTRAS CONCIENCIAS Y AYUDAR A LOS OTROS A TENERLAS, PRICIPALMENTE A LOS JÓVENES enseñarles a se SOBRIOS Y SOLIDARIOS.

Benedicto XVI dedica a los jóvenes su última reflexión del 2008

El Papa Benedicto XVI dedicó a los jóvenes sus últimas reflexiones del año 2008, durante la celebración de las Primeras Vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios y el solemne Te Deum, de acción de gracias.

El Papa quiso dedicar a los jóvenes, de la misma forma que la Noche de Navidad habló sobre los niños, esta última reflexión del año, y les pidió que duden “en elegir un estilo de vida que no siga la mentalidad hedonista actual”.

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“La sociedad necesita ciudadanos que no se preocupen sólo de sus propios intereses, porque, como recordé el día de Navidad, “el mundo va a la ruina si cada uno piensa sólo en sí mismo”, afirmó el Papa.

Por otro lado, les pidió generosidad a la hora de responder a la llamada divina, a “no tener miedo de la tarea apostólica que el Señor os confía”. “Las crecientes necesidades de la evangelización requieren numerosos obreros en la viña del Señor: no dudéis en responderle con prontitud si Él os llama”.

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“El Espíritu Santo os asegura la fuerza necesaria para dar testimonio de la alegría de la fe y de la belleza de ser cristianos”, añadió.

Se dirigió también a los padres de los jóvenes, y les pidió “dar testimonio a las nuevas generaciones de la alegría que brota del encuentro con Jesús, el cual naciendo en Belén no ha venido a quitarnos algo, sino a dárnoslo todo”.

Los jóvenes, explicó el Papa, “ llevan imborrable en su corazón la pregunta sobre el sentido de la existencia humana”, y alabó una iniciativa puesta en marcha en la diócesis de Roma por grupos de padres que “buscan nuevas vías para ayudar a sus propios hijos a responder a los grandes interrogantes existenciales”.

Afrontar los retos actuales

En su saludo también a la diócesis de Roma recalcó la necesidad de “formar operadores pastorales” que “puedan afrontar los desafíos que la cultura moderna presenta a la fe cristiana”.

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Invitó especialmente a responder “a la actual situación de emergencia educativa”, mediante una mayor presenta en este campo, y especialmente, mediante una sinergia mayor “entre las familias, la escuela y las parroquias para una evangelización profunda y para una animosa promoción humana, capaces de comunicar a cuantos más posibles la riqueza que brota del encuentro con Cristo”.

“El encuentro con Cristo, vosotros lo sabéis bien, renueva la existencia personal y os ayuda a contribuir a la construcción de una sociedad justa y fraterna. Es por tanto que, como creyentes, podemos dar una gran contribución también para superar la actual emergencia educativa”, añadió, precisamente porque “la presencia de Cristo es un don que debemos saber compartir con todos”.

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“La presencia de numerosas y cualificadas instituciones académicas en Roma y la muchas iniciativas promovidas por las parroquias nos hacen mirar con confianza al futuro del cristianismo en esta ciudad”, añadió.

Reflexionando también sobre el significado de la solemnidad de María Madre de Dios, el Papa explicó que “a misma Virgen nos recuerda qué gran regalo nos ha hecho Jesús con su nacimiento, qué precioso tesoro constituye para nosotros su Encarnación”.

“Viniendo al mundo, el Verbo eterno del Padre nos ha revelado la cercanía de Dios y la verdad última sobre el hombre y sobre su destino eterno; ha venido a quedarse con nosotros para ser nuestro apoyo insustituible, especialmente en las inevitables dificultades de cada día”, añadió.

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Al mismo tiempo, invitó a los fieles a dar gracias por el año que concluye, en “alabanza y acción de gracias a Aquel que nos hace el don del tiempo, oportunidad preciosa de hacer el bien; unamos la petición de perdón por no haberlo quizás empleado siempre útilmente”.

Concluyó el Papa que en la Navidad “Jesús viene a ofrecer su Palabra como lámpara que guía nuestros pasos; viene a ofrecerse a sí mismo y de Él, nuestra esperanza cierta, debemos saber dar razón de nuestra existencia cotidiana, consciente de que solamente en el misterio del Verbo encarnado encuentra verdadera luz el misterio del hombre”.