lunes, 2 de junio de 2008

ACCIDENTE EN EL AEROPUERTO TONCONTIN EN HONDURAS.

Un avión de la aerolínea salvadoreña TACA se salió de la pista el viernes cuando aterrizaba en el aeropuerto de la capital de Honduras, embistiendo automóviles en la calle, en un accidente que habría dejado varios muertos, según medios locales. En el accidente murieron el piloto, el salvadoreño César D'Antonio; el presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el nicaragüense Harry Brautigam, y Jean Chantal Neele, esposa del embajador de Brasil en Honduras, Brian Michael Fraser Neele. Además, fallecieron Josué Rolando Aguilar y Gustavo Tróchez, cuyo vehículo fue impactado por el avión.

El vuelo 390, que procedía de San Salvador con 130 personas a bordo, se estrelló a las 9:45 a.m. de este viernes en medio del mal tiempo contra una pequeña tienda de comida después de arrollar a varios vehículos. Los servicios de emergencia intentaban sacar a gente atrapada en los hierros del Airbus 320, que quedó partido en tres pedazos al norte de la pista.

El vuelo 390 cubría la ruta San Salvador-Tegucigalpa- San Pedro Sula-Miami.

Brautigam, murió en el accidente, aparentemente debido a un paro cardiaco.

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Es impresionante el desastre y sobretodo lamentable la perdida de vidas, conozco este aeropuerto y si es demasiado pequeño para este tipo de aviones.

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Según las autoridades solamente 7 personas han fallecido pero muchas se encuentran hospitalizadas.

Nuestra condolencia a los familiares de los fallecidos.

Debemos de estar siempre preparados para cuando se nos llame a la casa del Padre.

Ojalá las autoridades tome las medidas necesarias para evitar este tipo de tragedias.

En mes del Sagrado Corazón, el Papa recuerda que Cristo es el Corazón del mundo

ppangelus060108 El Papa Benedicto XVI dedicó la meditación del Ángelus dominical a la celebración del Sagrado Corazón de Jesús que tradicionalmente marca todo el mes de junio, y recordó que cuando se detiene en  silencio, con os sentidos de la fe, el hombre puede percibir “la presencia de Cristo, corazón del mundo”.

Ante unos 40 mil fieles que llegaron a la Plaza de San Pedro para acompañar el rezo de la oración mariana, el Papa explicó que el Corazón de Cristo es un “símbolo de la fe cristiana, particularmente amado tanto por el pueblo como por los místicos y los teólogos, pues expresa de una manera sencilla y auténtica la buena noticia del amor, resumiendo en sí el misterio de la encarnación y de la Redención”.

El Santo Padre señaló que la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, es la “tercera y última de las fiestas que han seguido al Tiempo Pascual, tras la Santísima Trinidad y el Corpus Christi”.

“Esta sucesión hace pensar en un movimiento hacia el centro: un movimiento del espíritu guiado por Dios mismo. Desde el horizonte infinito de su amor, Dios ha querido ingresar en los límites de la historia y la condición humana, ha tomado un cuerpo y un corazón, para que podamos contemplar y encontrar el infinito en el finito”, agregó.

El Papa aseguró que “toda persona necesita un centro para su propia vida, un manantial de verdad y de bondad al que recurrir ante la sucesión de las diferentes situaciones y en el cansancio de la vida cotidiana”.

“Cada uno de nosotros, cuando se detiene en silencio, necesita sentir no sólo el palpitar de su corazón, sino, de manera más profunda, el palpitar de una presencia confiable, que se puede percibir con los sentidos de la fe y que, sin embargo, es mucho más real: la presencia de Cristo, corazón del mundo”, señaló.

Benedicto XVI invitó a los fieles a “renovar en el mes de junio su propia devoción al Corazón de Cristo, valorando también la tradicional oración de ofrecimiento del día y teniendo presentes las intenciones que propongo a toda la Iglesia”.

Asimismo, explicó que “junto al Sagrado Corazón de Jesús, la liturgia nos invita a venerar el Corazón Inmaculado de María” a quien se pidió encomendarse “con gran confianza”.

Finalmente, invocó “la materna intercesión de la Virgen para las poblaciones de China y Myanmar golpeadas por calamidades naturales y para todos aquellos que atraviesan situaciones de dolor, de enfermedades y de miseria material y espiritual que marcan el camino de la humanidad”.

Según datos oficiales, el número de víctimas mortales causadas por el terremoto registrado en el suroeste del país el 12 de mayo asciende a 69 mil  y los desaparecidos suman más de 18 mil.

El ciclón que azotó Myanmar causó más de 134 mil muertos y desaparecidos y 2,5 millones de damnificados.

Como es habitual, al final del Ángelus, el Papa saludó a los miles de presentes en diferentes idiomas, entre ellos español. Tuvo palabras de afectos para los fieles de la Parroquia de San Andrés Apóstol, de Moral de Calatrava (España), e invitó a los hispanohablantes a “escuchar la Palabra de Dios, a acogerla en vuestro corazón con docilidad y a llevarla a la práctica con diligencia”.