sábado, 24 de marzo de 2012

FELIZ CUMPLEAÑOS PADRE CORO

TODAS LAS GENERACIONES, DE JÓVENES LE ESTAMOS AGRADECIDOS POR SU TRABAJO Y DEDICACIÓN.

HOY SOMOS LO QUE SOMOS GRACIAS A ESA MANO AMIGA QUE NOS SUPO GUIAR Y ORIENTAR.

IGLESIA JOVEN A SIDO EL PROYECTO DONDE VARIOS ENCONTRAMOS A JESUCRISTO A MARIA SANTISIMA, A DON BOSCO.

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GRACIAS PADRE Y AUNQUE NO ESTAMOS CERCA, SIEMPRE EN NUESTRO CORAZÓN ESTARÁ EL RECUERDO Y SUS PALABRAS, ASI ES QUE LE DESEAMOS QUE TENGA UN MUY FELIZ CUMPLEAÑOS.

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ESTE PASTELITO LO PARTIREMOS HOY EN CASA EN SU NOMBRE.

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HOY SE ENCUENTRA ENTRE LOS GRANDES, PERO SIEMPRE CON EL CARIÑO DE TODOS NOSOTROS.

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CORO MARIANO

MARTIRIO DE MONS. ROMERO, Conmemoramos 32 AÑOS.

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lunes, 19 de marzo de 2012

San José, Casto Esposo de la Virgen María

HOY CELEBRAMOS SU DIA

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En el Plan Reconciliador de Dios, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el santo custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima de la Virgen María.

San Mateo (1,16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3,23), su padre era Helí. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.

Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero o albañil. San Justino lo confirma, y la tradición ha aceptado esta interpretación.

Nuestro Señor Jesús fue llamado "Hijo de José", "el carpintero" (Jn 1,45; 6,42; Lc 4,22).

Como sabemos no era el padre natural de Jesús, quién fue engendrado en el vientre virginal de la Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios, pero José lo adoptó amorosamente y Jesús se sometió a él como un buen hijo ante su padre. ¡Cuánto influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María!

ppsanjose130309 Modelo de silencio y de humildad

Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. En los relatos no conocemos palabras expresadas por él, tan sólo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. Es un caso excepcional en la Biblia: un santo al que no se le escucha ni una sola palabra. Es, pues, el "Santo del silencio".

Su santidad se irradiaba desde antes de los desposorios. Es un "escogido" de Dios; desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor. No es que haya sido uno de esos seres que no pronunciaban palabra, fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta antiguo: "sean pocas tus palabras". Es decir, su vida sencilla y humilde se entrecruzaban con su silencio integral, que no significa mero mutismo, sino el mantener todo su ser encauzado a cumplir el Plan de Dios. San José, patrono de la vida interior, nos enseña con su propia vida a orar, a amar, a sufrir, a actuar rectamente y a dar gloria a Dios con toda nuestra vida.

Vida virtuosa

san_jose Su libre cooperación con la gracia divina hizo posible que su respuesta sea total y eficaz. Dios le dio la gracia especial según su particular vocación y, al mismo tiempo, la misión divina excepcional que Dios le confió requirió de una santidad proporcionada.

Se ha tratado de definir muchas veces las virtudes de San José: "Brillan en el, sobre todo las virtudes de la vida oculta: la virginidad, la humildad, la pobreza, la paciencia, la prudencia, la fidelidad que no puede ser quebrantada por ningún peligro, la sencillez y la fe; la confianza en Dios y la mas perfecta caridad. Guardo con amor y entrega total, el deposito que se le confiara con una fidelidad propia al valor del tesoro que se le deposito en sus manos."

San José es también modelo incomparable, después de Jesús, de la santificación del trabajo corporal. Por eso la Iglesia ha instituido la fiesta de S. José Obrero, celebrada el 1 de mayo, presentándole como modelo sublime de los trabajadores manuales.

Amor virginal

La concepción del Verbo divino en las entrañas virginales de María se hizo en virtud de una acción milagrosa del Espíritu Santo, sin intervención alguna de San José. Este hecho es narrado por el Evangelio y constituye uno de los dogmas fundamentales de nuestra fe católica: la virginidad perpetua de María. En virtud a ello, San José a recibido diversos títulos: padre nutricio, padre adoptivo, padre legal, padre virginal; pero ninguna en si encierra la plenitud de la misión de San José en la vida de Jesús.

San José ejerció sobre Jesús la función y los derechos que corresponden a un verdadero padre, del mismo modo que ejerció sobre María, virginalmente, las funciones y derechos de verdadero esposo. Ambas funciones constan en el Evangelio. Al encontrar al Niño en el Templo, la Virgen reclama a Jesús:"Hijo, porque has obrado así con nosotros? Mira que tu padre y yo, apenados, te buscábamos". María nombra a San José dándole el título de padre, prueba evidente de que él era llamado así por el propio Jesús, pues miraba en José un reflejo y una representación auténtica de su Padre Celestial.

La relación de esposos que sostuvo San José y Virgen María es ejemplo para todo matrimonio; ellos nos enseñan que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un don de Dios. San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús. La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.

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Dolor y Alegría

Desde su unión matrimonial con María, San José supo vivir con esperanza en Dios la alegría-dolor fruto de los sucesos de la vida diaria.

En Belén tuvo que sufrir con la Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el Jesús, Hijo de Dios. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".(Lc 2,33).

Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: "Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle" (Mt 2,13). San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.

San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto.

Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor sin exigir nada, siendo modelo ejemplar de esa amorosa obediencia que como hijo debe a su Padre en el cielo.

Lo mas probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla mas de él. De estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San José estaba muerto.

Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y el Venerable Beda dice que fue enterrado en el Valle de Josafat.

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Patrono de la Iglesia Universal

El Papa Pío IX, atendiendo a las innumerables peticiones que recibió de los fieles católicos del mundo entero, y, sobre todo, al ruego de los obispos reunidos en el concilio Vaticano I, declaró y constituyó a San José Patrono Universal de la Iglesia, el 8 de diciembre de 1870.

¿Que guardián o que patrón va darle Dios a su Iglesia? pues el que fue el protector del Niño Jesús y de María.

Cuando Dios decidió fundar la familia divina en la tierra, eligió a San José para que sea el protector y custodio de su Hijo; para cuando se quiso que esta familia continuase en el mundo, esto es, de fundar, de extender y de conservar la Iglesia, a San José se le encomienda el mismo oficio. Un corazón que es capaz de amar a Dios como a hijo y a la Madre de Dios como a esposa, es capaz de abarcar en su amor y tomar bajo su protección a la Iglesia entera, de la cual Jesús es cabeza y María es Madre.

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Devoción a San José

Una de las mas fervientes propagadoras de la devoción a San José fue Santa Teresa de Ávila. En el capítulo sexto de su vida, escribió uno de los relatos mas bellos que se han escrito en honor a este santo:

"Tomé por abogado y protector al glorioso San José, y encomiéndeme mucho a el. Vi claro que así de esta necesidad, como de otras mayores, este padre y señor mío me saco con mas bien de lo que yo le sabia pedir. No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa tan grande las maravillosas mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; de este santo tengo experiencia que socorre en todas las necesidades, y es que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, que como tenia nombre de padre, y le podía mandar, así en el cielo hace cuanto le pide. Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios".

Otros santos que también propagaron la devoción a San José fueron San Vicente Ferrer, Santa Brígida, San Bernardino de Siena (que escribió en su honor muy hermosos sermones) y San Francisco de Sales, que predicó muchas veces recomendando la devoción al Santo Custodio.

viernes, 9 de marzo de 2012

¿Cómo saber a qué me llama Dios?

Uno de los grandes retos que deberás enfrentar en tu vida es el de encon­trar tu lugar en la sociedad y en la Iglesia.

Para ti, que buscas tu vocación, te propongo 7 pasos que te pueden ayu­dar a discernir el proyecto de Dios sobre tu vida.

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1. Ora ¿Qué debo hacer, Señor? (Hch 22,10).

La vocación no depende sólo de ti, sino también de Dios. Por eso, para descubrirla y tener la valentía para seguirla, hace falta el diálogo con Jesús.

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2. Presta Atención. “Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos y aunque yo hacía esfuerzos por ahogarlo, no podía” (Jer 20,9)

Para poder descubrir lo que Dios quiere de ti, hace falta aprender a escuchar, experimentar, darte cuenta de tus deseos, miedos, inquietudes, proyectos. Para eso necesitas ahondar en torno a ti y en tu interior. Escúchate a ti mismo y a personas que desean tu bien. ¿A qué se inclina tu corazón? ¿Por qué te atrae este o el otro estado de vida? Aprende a mirar a tu alrededor e interpretar los signos de Dios.

Sólo si aprendes a escuchar, a mirar y estar atento, podrás descubrir los signos de la llamada de Dios. En esta etapa podrás llegar a decir: “Tal vez Dios me está llamando a la vida religiosa, o al matrimonio o a vivir como laica o laico comprometido.”

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3. Tranquilízate. Acuérdate que no estás decidiendo hoy hacer un compromiso para toda la vida. Simplemente estás explorando la posibilidad de este camino en la vida. A veces, al comenzar el discernimiento vocacional, nos llenamos de todo tipo de temores. Es normal experimentar cierta ansiedad en esta etapa. Conviene confrontar esos temores directamente con la ayuda de la dirección espiritual. Si no, te pueden paralizar.

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4. Infórmate. Los caminos para realizar la vocación son muy diversos. No es suficiente querer ser feliz y pensar que se está escogiendo el mejor camino. Es conveniente explorar, conocer los diferentes tipos de vocación, consulta a personas que puedan orientarte y hablarte un poco de cada una. Recuerda que esta información no puede condicionar tú opción, al contrario debe ampliar tus horizontes y proporcionarte elementos valiosos para hacer un discernimiento claro y sereno.

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5. Conoce. Si es posible conoce matrimonios que vivan una verdadera vida como esposos y como padres, acércate a comunidades religiosas y/o sacerdotales, pasa unos días con la comunidad. Visita tu parroquia y conoce los apostolados que realizan en bien de los más pobres y necesitados. Esto te permite conocer de primera mano las distintas vocaciones y tener una idea más clara de cada una.

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6. Ve tomando tu propia decisión o al menos descartando aquel camino vocacional que tal vez no elegirías. Durante el tiempo de discernimiento puede ayudar un acompañamiento espiritual. También puedes leer libros que te orienten acerca del camino que posiblemente vayas a elegir.

Decidir seguir adelante en el camino vocacional es difícil. Ante una posible o primera opción tal vez sentirás tus miedos, incertidumbres y limitaciones. Como el profeta Jeremías dirás, “¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho!” (lee Jer 1,7) Y sin embargo, con todas tus limitaciones, a lo mejor Dios te está llamando. No seguir adelante en el proceso equivale a decidir que no quieres continuar en la búsqueda de la voluntad de Dios para tu vida.

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7. Concreta tu decisión a cada paso en la acción. No esperes una visión o una comunicación extraordinaria de Dios; ni te dejes vencer por el miedo. Pon los medios que estén a tu alcance para realizar lo que vas descubriendo como la voluntad de Dios en tu vida.