jueves, 31 de enero de 2013

FIESTA DE DON BOSCO.

En el año 1815 apareció un nuevo astro destinado a irradiar una luz benéfica para toda la humanidad: JUANITO BOSCO!!!


Nació de una familia humilde el 16 de Agosto de 1815 en un pueblito "Y Becchi... en Castelnuovo d'Asti (ahora Castelnuovo Don Bosco). Su santa madre "mamá Margarita" fue educándolo a la fe protegiéndolo de la prepotencia de su hermano mayor Antonio, que no quería que él estudiara...

El niño quedó huérfano por la muerte del padre, pero bajo el cuidado de la madre, fue creciendo en edad y en gracia como el niño Jesús, lleno de ansia de santidad y de apostolado.

Pequeñito ejercía la tarea de catequista en medio de los compañeritos, que reunía frente a la Iglesia transmitiéndoles lo que le enseñaba la mamá o lo que aprendía en los sermones del Párroco, y también divirtiéndolos con sus capacidades de pequeño saltimbanqui y de mago. Dotado de grande inteligencia, fue creciendo en el estudio: siendo pobre, fue alternando el estudio con el trabajo, para costearse los libros. Fue empleado en distintas actividades.

Tiene grande importancia el Sueño-Visión a los 9 años...
Vio un campo lleno de animales feroces, que al rato se transformaron en corderitos. Vio un campo lleno de niños y muchachos, que peleaban, blasfemaban... Indignado Juanito empezó a darles patadas y golpes a derecha y a izquierda. Pero el personaje que apareció lo paró de inmediato diciéndole:.." Juanito, no con golpes, sino con la bondad y la mansedumbre puedes transformar a estos niños y jóvenes en corderitos...". Juanito lloró, no sabiendo cómo hacer.

El Personaje le dijo: "...Juanito, yo te daré la la guía y la maestra"...

En el momento le apareció la Virgen vestida de blanco y de azul... Terminó el sueño: Juanito comprendió la misión a la cual lo destinaba Dios: salvar a la juventud... La Virgen Auxiliadora fue acompañándolo en la adolescencia hasta entrar al seminario de Chieri, hasta el sacerdocio (año 1840).

8 de Diciembre de 1841: se preparaba Don Bosco a rezar la Misa en la Iglesia de San Francisco de Asís. Un chico de 14 años (Bartolomé Garelli) estaba a la puerta de la sacristía mirando. El sacristán lo invitó a ayudar la santa Misa...El chico se excusa por no saber... el sacristán indignado fue a golpearlo con la caña de encender las velas y aquél se escapó. Don Bosco, que vio todo esto se entristeció y dijo.: "Qué has hecho!! es mi amigo...llámalo".... El niño lleno de miedo, regresó y Don Bosco lo trató con mucho cariño y le hizo muchas preguntas. Las respuestas fueron todas negativas: Era un pobre huérfano, no tenía casa, dormía detrás de la puerta de alguna iglesia o bajo los pórticos de Turín, y no sabía nada de religión... Don Bosco lo invitó a rezar con él una Ave María y lo invitó a volver con muchos otros compañeros. En ese momento nació la Obra del Oratorio.



Don Bosco no tenía lugar para el Oratorio y fue juntando a los chicos en cualquier terreno baldío de las afueras de Turín... Cada domingo era un problema por las protestas de los vecinos, que acudían a la policía. Pero un día se le presentó un enviado del Sr. Pirando, que le propuso la venta a buen precio de un tinglado.... Don Bosco lo compró en cuotas. Fue así la "Casa Pinardi"el primer oratorio estable, que fue creciendo de manera milagrosa hasta ser la casa madre de los salesianos con un complejo de grandes construcciones.



La Basílica de María Auxiliadora en Turín fue el monumento material de la gratitud de Don Bosco a la Virgen que "lo había hecho todo..." La construcción de ese maravilloso templo fue milagrosa. Cuando el constructor suspendió los trabajos por falta de pago, Don Bosco quiso pagarle: "Abra las manos...."....Don Bosco arrojó en las manos todo el dinero del monedero (0,40 centavos de aquellos). El constructor se puso pálido...."Esto, " dijo el santo "es lo que puede pagar el pobre Don Bosco, pero pronto lo hará la Virgen y mandará dinero no sólo para la construcción del templo, sino también mandará dinero para la construcción de un gran edificio, para niños pobres"..... y comenzaron los milagros.



Don Bosco quiso agradecer a la Virgen también con un monumento de piedras vivas, fundando con Santa María Dominga Mazzarello el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, la rama femenina de la Obra de Don Bosco.

Don Bosco fue un predestinado, figura de primer plano en la historia de la Iglesia y de la humanidad. Supo realizar una obra religiosa social de gran envergadura y con visión de futuro y sigue creciendo como árbol gigantesco, cuyas ramas se extienden en 124 países de los 5 continentes.



" Dotado de extraordinario talento y fina distinción, pudo ser un gran orador, un gran historiador, un gran estadista:... pudo ser... lo que se hubiera propuesto. Pero se quedó en ser...lo que Dios quiso que fuera:...el hombre que supo amar a todos y hacerse amar por todos...."
(Mons. M. Olaechea s.d.b. - Arzobispo de Valencia)

"Don Bosco es un hombre providencial. En toda su obra se descubre la mano de Dios"
(Papa León XIII)

"...un gigante de enormes brazos que ha logrado abrazar al mundo entero..."
(Cardenal Nina a León XIII)

"Don Bosco es un gigante de santidad. Conviví algunos días con él en los ya lejanos días de mi juventud, desde entonces supe que era Santo..."
(Pio XI)

"Cuando pienso en la obra de Don Bosco, pienso en la multiplicación milagrosa de los panes y peces"
(Mons. Fulton Scheen)

"!San Juan Bosco, su nombre es todo un poema de gracia y de apostolado. Desde una aldea de Piamonte ha llevado la gloria y los triunfos de la caridad de Cristo hasta los más lejanos confines de la tierra..."
(Beato Juan XXIII)

"Don Bosco es un hombre de leyenda..."
(Víctor Hugo)

Fue dotado de grandes dones naturales y sobrenaturales, como los grandes santos. Tuvo el don de profecía, el don de milagros. Se adelantó 100 años al Concilio Vaticano II y eso por su espíritu evangélico.

Don Bosco fue un soñador. A los 9 años Dios le manifestó su misión. Durante toda su vida soñó Oratorios, Colegios, Escuelas Primarias, Secundarias, Escuelas de capacitación laboral, Bachilleratos comerciales, Pedagógicos, Técnicos y Agrícolas, Industriales, Electrónicos, Residencias Universitarias, casas de Retiros Espirituales, Parroquias, Iglesias, Capellanías, Editoriales, Centros de Comunicación Social y misiones para los más desheredados en todas las naciones del mundo....

Soñó la Primera Misión Salesiana en la Patagonia.... Envió la primera expedición de misioneros, que llegaron a Buenos Aires el 14 de diciembre de 1875 al frente del P. Juan Cagliero, (luego obispo y primer cardenal salesiano)

HOY SE CUMPLEN 125 AÑOS DE LA MUERTE DE DON BOSCO.





Al tiempo de la muerte de Don Bosco en 1888 existían 250 casas de la Asociación Salesiana en todo el mundo, que incluían a 130,000 niños, y de los cuales egresaban cada año 18,000 aprendices graduados. En la casa matriz Don Bosco había seleccionado a sus pupilos más brillantes, les enseñó Italiano, Latín, Francés y matemáticas, y esta banda formó un cuerpo de enseñanza para los nuevos hogares que crecían rápidamente en otros lugares. Hasta 1888 más de seis mil sacerdotes habían egresado de las instituciones de Don Bosco, de los cuales 1,200 permanecieron en la asociación. Las escuelas ofrecían desde las primeras instrucciones a los pequeños hasta, para aquellos que lo elegían, seminarios para el sacerdocio.

ELEVACIÓN DE LA ESTATUA DE DON BOSCO EN LA BASILICA DE SAN PEDRO, EL VATICANO.



DON RUA, PRIMER SUCESOR DE DON BOSCO, AL CENTRO, A SU LADO IZQUIERDO DON JUAN CAGLIERO, PRIMER OBISPO Y CARDENAL SALESIANO.



DON RUA IMPARTIENDO SU BENDICIÓN



DON RINALDI Y EL PEQUEÑO EGIDIO VIGANO(SUCESORES DE DON BOSCO, TERCERO Y SEPTIMO)



DON ZIGGIOTTI (QUINTO SUCESOR DE DON BOSCO)



DON EGIDIO VIGANO (SEPTIMO SUCESOR DE DON BOSCO) CON MADRE TERESA



DON FRANCESIA Y DON LEMOYNE



LUIS VARIARA (MISIONERO SALESIANO)





FELIZ FIESTA A TODOS Y BENDICIONES.

NOVENA A DON BOSCO. DÍA 9.

AMOR DE SAN JUAN BOSCO A JESÚS SACRAMENTADO.


De entre las obras de Dios, hay dos que son las más insignes y que mas pasman los juicios de los hombres, y son tan excelentes que, hablando de ellas, el profeta Isaías las llama invenciones de Dios.

La primera fue la encarnación, con la que Dios se unió a nuestra naturaleza, con un nudo tan estrecho, que en una persona quedaron Dios y hombre.

La otra invención de Dios, propia únicamente de su infinito amor,fue la institución del Santísimo Sacramento.

En la primera quedó la naturaleza humana unida con Dios; en esta segunda, Dios hombre se une con nosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre estará en mi y yo en el, dice el Señor. Esta obra es maravillosa recopilación de todas las maravillas.

Quiso que fuésemos el templo y el relicario donde estuviese y se depositase su sacratísima humanidad para ser el alimento y vida de nuestra alma y prenda de nuestra futura resurrección.

A San Juan Bosco se le puede llamar el apóstol de la Eucaristía; difícilmente se podrá encontrar quien en esto lo supere.

Desde niño lo previno la divina providencia.

Siendo pastorcillo de pocos años, solía levantarse cada Domingo muy temprano y cruzando prados y bosques iba al lejano pueblo de Moncucco, para allí reconciliarse y recibir la santa comunión.

Mas tarde, estando en el seminario de Chieri, sus compañeros seminaristas apenas si solían comulgar cada Domingo y en las grandes solemnidades; mas el joven Bosco casi fraudulentamente, comulgaba todos los días en la iglesia contigua al seminario, no reparando en que para poder comulgar se veía obligado a sacrificar su desayuno y a no probar bocado hasta las doce del día.

Parecíale no poder vivir sin la comunión.

Después de ordenado sacerdote, su arma más poderosa para combatir al demonio y hacer santos a sus discípulos, fue la comunión frecuente.

Proclamaba siempre muy alto y por doquiera que suprimir de la educación la confesión y la comunión frecuentes, es desterrar la moralidad, y que no puede haber sólida virtud, si no está apoyada y robustecida por la frecuente comunión.

Así como el maná, escribe San Juan Bosco en su áureo devocionario “el joven instruido”, sirvió de alimento diario a los hebreos, durante todo el tiempo que estuvieron en el desierto hasta el día que entraron en la tierra de promisión, así la santa comunión debería ser nuestro sostén, nuestro pan cotidiano, en medio de los peligros que nos rodean en este mundo, hasta que consigamos la verdadera tierra prometida del paraíso.

No solo es San Juan Bosco el apóstol de la comunión diaria, sino que lo es también de las visitas frecuentes de Jesús Sacramentado.

Decía a los jóvenes:

“¿Queréis que Jesús Sacramentado os conceda muchas gracias?

Visitadlo a menudo.

¿Queréis que os conceda pocas?

Visitadlo pocas veces

¿Queréis que el demonio los asalte?

Haced pocas visitas

¿Queréis que huya de vosotros?

Visitad con frecuencia a Jesús.

¿Queréis ser vencidos?

Dejad de visitar a Jesús.

Hijos míos, la visita a Jesús Sacramentado es un medio muy necesario para vencer al demonio. Por tanto, id con frecuencia a visitar a Jesús y Jamás seréis vencidos por vuestro enemigo”.

Sea pues la Eucaristía el horno donde se inflame nuestro amor a Jesucristo; todo lo podremos, se allanarán todos los obstáculos, si amamos a Jesús Sacramentado; y si somos educadores, haremos reinar a Jesucristo en el corazón de la juventud y aumentaremos el número de sus ministros dando a la iglesia numerosas vocaciones.

PRODIGIOSA CURACIÓN

Sor María Josefa de Massini, hacia nueve años que sufría algunos dolores de estómago, al cabo de los cuales degeneraron en una úlcera tan grave y acompañada de tal postración de fuerzas, que los dos médicos que la asistían no creyeron prudente someterla a una operación quirúrgica.

Todos los remedios humanos resultaron impotentes hasta para traer algún alivio a la enferma.

No quedaba mas recurso que un milagro, y esto fue lo que intentó sor Maria Josefa, llena de fe en la protección de San Juan Bosco de quien era muy devota, empezó pues y terminó una novena: pero sin ningún resultado, el mal se agravaba por momentos; agudos dolores la atormentaban continuamente.

Con todo, no decayó su confianza en Don Bosco; Consiguió una reliquia del santo y empezó una segunda novena.

Al quinto día se le apareció en sueños un venerable sacerdote que le dijo:

“Yo soy Don Bosco y he venido para concederte la gracia que me has pedido, en conformidad con la voluntad de Dios; ten fe y paciencia en sufrir unos pocos días; el domingo te concederé la gracia”.

Al día Siguiente, como quisiesen administrarle a extremaunción, contó el sueño que había tenido y suplicó se la difiriesen hasta el domingo.

Toda la comunidad se unió a las oraciones de la enferma, empezando un triduo a Don Bosco.

En la noche del penúltimo día de la novena, vino de nuevo Don Bosco a consolar a su devota; llevaba sobre el brazo la túnica que las religiosas de aquel convento acostumbraban vestirse los días de fiesta, y la puso sobre el lecho diciéndole:

“Solo te queda un día de sufrimiento, después curarás.
Le dirás a tu confesor que pasado mañana (domingo) te mande levantar con estas palabras “En Nombre de Don Bosco levántate que estás curada””.


Llego el tan suspirado domingo y la enferma se encontraba, si cabe, peor; aquella vida se iba extinguiendo por momentos; todo estaba dispuesto para administrarle la extremaunción. Antes de proceder a ello el confesor le dijo:

- ¿Por que no prueba a levantarse en nombre de Don Bosco?

No tengo fuerzas

– contestó la enferma.

– Y si yo le dijese ¿Levántese por obediencia en nombre de Don Bosco?

– Al pronunciar su confesor estas palabras (refiere la enferma), sentí un súbito estremecimiento de Todo mi ser, pude mover mis miembros y desaparecieron todos mis dolores.

En un momento, sentí que volvía de la muerte a la vida. Estaba completamente curada. Las escenas que a esto sucedieron no son para describirlas.

ORACION

¡Oh bienaventurado Don Bosco! Por el ardiente amor que tuviste a Jesús Sacramentado y por el celo con que propagaste su culto, sobre todo con la asistencia a la santa misa, con la comunión frecuente y con la visita cotidiana, alcánzanos la gracia de crecer mas y más en el amor, y practica de santas devociones y de terminar nuestros días fortalecidos por el celestial alimento de la divina eucaristía.

Así Sea.
Padre nuestro, avemaría y gloria al padre…
San Juan Bosco Rogad por nosotros.

NOVENA A DON BOSCO. DÍA 8.

MARIA AUXILIADORA Y SAN JUAN BOSCO


La devoción a Maria Santísima, invocada bajo el titulo de Auxiliadora de pueblo cristiano, es ya universal. Esta difusión milagrosa es una nueva prueba del patrocinio que la madre de Dios continua dispensando a sus hijos y clara señal de que no nos faltará su acompañamiento en los difíciles tiempos que atravesamos.

Según las revelaciones de los santos (como asegura el padre Fáber), los males que nos afligen no se remediarán sino con un acrecentamiento de la devoción a la santísima Virgen. Si esto es así, no estará lejos nuestra salud, ya que tanto ha progresado el amor a Maria mediante la advocación de Auxiliadora de los Cristianos.

No cabe duda que esta devoción es del agrado de la madre de Dios, ya que ella misma la promovió, suscitando al apóstol que debía difundirla por toda la tierra.

Este no es otro que san Juan Bosco, fundador de la Pía Sociedad Salesiana.

Empieza Maria a formar su apóstol, de edad de nueve años, mostrándole una multitud de animales feroces convertidos en mansos corderillos, diciéndole:

“Esta será tu misión; lo que ves que sucede con estos animales, tu deberás hacerlo con mis hijos”.

Luego con nuevas ilustraciones le va detallando mas la obra que le ha sido confiada y lo va encaminando al sacerdocio, allanando obstáculos casi insuperables.

Ya sacerdote, en sucesivas misiones lo va guiando paso a paso y mostrando circunstancia por circunstancia, todo el desarrollo de la congregación que debía difundir por el mundo esta devoción salvadora; de modo que pudo decir a uno de sus mas amados discípulos:

“Las grandes dificultades que han de surgir están previstas y conozco el modo de vencerlas; veo perfectamente lo que nos ha de suceder; voy adelante en plena luz”.

La misma Virgen le mostró el vastísimo templo que debía erigirle bajo la advocación de Auxilio de los cristianos, templo que seria centro y faro luminoso de donde irradiase la luz de esta devoción por todo el mundo; en el interior están escritas estas palabras:

hic domus mea, inde gloria mea. Esta es mi casa; de aquí saldrá mi gloria.

Y no solamente le mostró el templo sino que le indicó el lugar preciso donde quería que fuese edificado.

“Este lugar” – le dijo – “donde los gloriosos mártires de Turín, Aventor y Octavio, sufrieron el martirio, quiero que sea honrado de un modo especial”.



En otra visión, pareció le estar cerca del lugar en donde actualmente se levanta el templo de Maria Auxiliadora; tres bellísimos jóvenes lo invitaron a acompañarlos y lo presentaron a una señora magníficamente vestida, indecible hermosura, majestad y
esplendor; estaba rodeada de un cortejo de venerables ancianos que parecían príncipes y de otros innumerables personajes ricamente vestidos y de una hermosura deslumbradora.

La señora lo invitó a acercarse y le dijo que aquellos tres jóvenes que lo habían acompañado eran los mártires Solutor, Aventor y Octavio; lo animó a proseguir la obra empezada y a vencer los grandes obstáculos que sin duda encontraría, poniendo toda su confianza en ella y en su divino hijo. El sitio donde estaba el trono en que vio y venero a esta gran señora, es el que actualmente ocupa el altar mayor de la iglesia de Maria Auxiliadora.

Admiremos los designios de la divina providencia, en esta obra de restauración cristiana, mediante el acrecentamiento de la devoción a Maria Auxiliadora y contribuyamos a ella con nuestro esfuerzo en amarla y hacerla amar de otros muchos.


CURACION MILAGROSA

Ana Maccoloni, de Rimini (Italia), sintiese atacada, en octubre de 1930, de bronconeumonía influencial, que persistió hasta noviembre del mismo año.

A mediados de diciembre de 1930, sobrevivió, además, una flebitis que invadió toda la pierna izquierda, quedando privada en absoluto de movimiento e hinchada hasta adquirir doble volumen del normal.
Conviene advertir que si la flebitis en los enfermos jóvenes es siempre grave, lo es mucho más en los de edad avanzada, por el peligro de gangrena y arteriosclerosis.

Por esto los dos médicos de cabecera, conformes en el diagnostico y teniendo en cuenta la mucha edad de la enferma (74 años), mas aún que la propia infección influencial, pronosticaron un probable funesto desenlace.

Es opinión común de los técnicos que la flebitis no puede ser curada de un modo instantáneo. Pues bien, la susodicha Ana, una noche, a fines de aquel mismo año, y después de haber hecho un triduo a San Juan bosco y aplicado sobre el miembro enfermo una reliquia del mismo, sintiese instantánea y perfectamente curada de la flebitis, sin que le haya quedado vestigio alguno de dolores, ni de hinchazón, y recobro en el acto el movimiento y la flexibilidad del miembro afectado.

Que esta curación ha sido perfecta lo atestiguan, además de los médicos de cabecera, los peritos que diez meses después del hecho, reconocieron a la referida Ana.

Dichos tres peritos, nombrados por la Sagrada Congregación De Ritos,
unánimemente con los doctores de cabecera, convinieron en la diagnosis y prognosis y en el reconocimiento del hecho milagroso.

ORACION.

Oh bienaventurado San Juan Bosco: por el amor tiernísimo que tuviste a Maria Auxiliadora, tu madre y maestra, alcánzanos una constante y sincera devoción a tan dulcísima señora, a fin de que, como hijos suyos devotísimos, podamos merecer su valioso patrocinio en esta vida y de un modo especial en la hora de la muerte.

Así sea.

Padre nuestro, avemaría y gloria al padre…
San Juan Bosco Rogad por nosotros.

NOVENA A DON BOSCO, DÍA 7.

CONFIANZA DE SAN JUAN BOSCO EN LA DIVINA PROVIDENCIA


No se cansa Dios en las sagradas escrituras de asegurarnos la continua protección
que nos dispensa.
Dice que estará siempre con nosotros, que no nos abandonará nunca, que nos tiene escritos en sus manos, que si es posible que una madre se olvide de su hijo chiquito, en él no tendrá lugar tal olvido. Buscad, dice, el reino de Dios y su Justicia, todo lo demás se os dará por añadidura.

En vista de esto, exclama San Pedro: Poned toda vuestra solicitud en el Señor, porque el tiene cuidado de Vosotros.

A pesar de ser tan terminales estas aseveraciones del Señor, no nos acabamos de resolver a arrojarnos en los brazos amorosos del padre celestial; toso nos causa turbación e inquietud, olvidando que vivimos bajo el manto amoroso de la divina providencia.

Los santos no incurrieron en este error; precisamente la confianza en Dios es uno de sus distintivos; sin ella no puede haber verdadera santidad.

San Juan Bosco tuvo en alto grado esa confianza; es el santo de la calma imperturbable y del abandono absoluto en las manos de Dios.
Con frecuencia repetía: “Don Bosco es pobre, pero Dios lo puede todo.

El que tiene cuidado de los pajarillos del cielo nos dará lo que necesitamos.
Ah, gente de poca fe” -
decía a los que lo dudaban

– “¿Cuándo nos ha faltado algo? Con la ayuda de esta amorosa providencia, hemos podido edificar iglesias, fundar casas, proveerlas de todo lo necesario y alimentar a nuestros numerosos asilados; de esta obra, Don Bosco no es mas que un humilde instrumento, el artífice es Dios.

Toca pues al artífice, y no al instrumento proveer los medios necesarios y consolidar la obra; nosotros debemos solamente mostrarnos dóciles, dejándonos manejar por el artífice”.

El porvenir no le preocupaba, las deudas no lo abrumaban, las urgentes necesidades lo mantenían en una calma perfecta de espíritu, porque confiaba firmemente en aquel Dios que nos manda decirle todos los días: el pan nuestro de cada día dánosle hoy.

Dios nunca se retiró de su fiel siervo; no esperó en vano en el Señor; a tiempo oportuno, cuando faltaban los socorros humanos, llegaba el auxilio divino, por medios inesperados y prodigiosos.

“Orad” – decía a los niños cuando ocurría alguna necesidad – “y el que pueda recibir la santa comunión; necesito conseguir una gracia de la Virgen, ya os diré cual es”.

En efecto: a los pocos días les decía:

“La santísima virgen hoy mismo nos ha obtenido el señalado favor que le pedimos, démosle gracias y continuemos nuestras oraciones, que el Señor no nos abandonará jamás”.

Estando en una ocasión hospedado con su secretario don Viglietti en el palacio episcopal de Pinerolo, vino un criado a traerle dos Cartas; don Bosco las leyó y se puso a llorar. Asustado el secretario le preguntó la causa del llanto.

“¡Cuánto nos favorece la virgen Santísima!”, contesto; “Mira en esta carta se nos exige el pago del préstamo de unas treinta mil liras, y esta otra es de una noble señora de Bélgica, que nos manda treinta mil liras, para que las gastemos en lo que creamos de mayor gloria de Dios”.

Son a centenares los hechos con que la divina providencia quiso pagar la confianza que el santo había puesto en la generosidad del padre celestial.

A imitación de San Juan Bosco, pongamos nuestra confianza en Dios y experimentemos como él, los amorosos influjos de la divina providencia.


CURACION INSTANTÁNEA.

Catalina Pilenga Lafranchi padecía diátesis artrítica.
El artritismo había interesado de modo especial pies y rodillas, con lesiones orgánicas y en forma gravísima, desde el aspecto funcional, aunque sin que peligrase su vida.

Habiendo resultado inútiles diversas curas que desde 1903 se le fueron aplicando, fue a Lourdes dos veces y no habiendo conseguido el efecto deseado ni siquiera la segunda vez, antes de abandonar el célebre santuario, en mayo de 1931, dirigió a la santísima Virgen una suplica en estos términos:

“Ya que aquí no he obtenido la salud, concededme al menos, por la devoción que tengo a Don Bosco, que sea él quien me la obtenga en Turín”.

La invocación al santo y la confianza en la mediación universal de Maria, resultan aquí evidentes.

Al regresar de Francia, hallándose la pobre enferma en el infeliz estado que de ha dicho, visitó la basílica de Maria Auxiliadora en Turín, el día seis de Mayo.

Ayudada por una hermana suya y por el cochero, bajó del carruaje, entro en el templo, y sentase para orar ante la urna que contiene el cuerpo de San Juan Bosco.

Momentos después, pósese de rodillas y permanece así veinte minutos, se levanta, camina hacia el altar de la virgen, y vuelve a arrodillarse.

Operase entonces en su ánimo una fuerte reacción y dice que se siente curada. Así es en efecto; sin requerir ayuda de nadie y ante la estupefacción de todos los que la habían conocido imposibilitada, anda libremente por sus pies, baja las escaleras; sube al coche, todo sin la menor dificultad.

Hasta el momento presente la curación sigue siendo perfecta, conforme acreditan los tres peritos de la Sagrada Congregación de Ritos, quienes de acuerdo con los médicos de la favorecida, han reconocido el milagro.

ORACION

Oh bienaventurado Juan Bosco que, en medio de tantas pruebas y contradicciones, te mantuviste firme e inquebrantable y esperaste, con toda esperanza humana, llevar a cabo la obra que el señor te encomendó: Alcánzanos la gracia de que confiado cada vez más en la bondad misericordiosa de Jesús, descansemos seguros en sus amorosos brazos en el tiempo y en la eternidad. Así sea.

Padre nuestro, avemaría y gloria al padre…

San Juan Bosco Rogad por nosotros.

NOVENA A DON BOSCO DÍA 6.

bosco80 LO SOBRENATURAL EN SAN JUAN BOSCO

Pocos siglos como el XIX atentaron con tanta saña contra el reinado social de Jesucristo y dijeron con tanto cinismo: no queremos que este reine sobre nosotros.

No se quiere oír hablar de lo sobrenatural y de los misterios. Todo debe ser sometido al fallo de la razón, y no se debe admitir lo que supera la capacidad de la mente humana.
Llegó el hombre en su desvarío hasta querer apagar las estrellas del cielo y borrar el nombre de Dios de la vida individual y social.


En medio de tanto delirio, se levanta Juan Bosco y hace resplandecer sobre las ruinas humeantes de la impiedad y del indiferentismo más desolador la luz de Dios y la realidad de lo sobrenatural.


Los milagros obrados por él a cada paso, los hechos extraordinarios que rodeaban su persona, el dominio que ejercía sobre los corazones y la persuasión que todos tenían de que era un baluarte inexpugnable de la fe que se quería demoler, lo presentaban a los ojos de todos como un mensajero de Dios.


La vida de san Juan Bosco no era más que la voz augusta de Dios, que hablaba al siglo XIX, indiferente y escéptico, el lenguaje de los milagros.
Lo sobrenatural, que no es una cosa tan común en las contingencias de la vida humana, y que aún en la vida de muchos santos se nos presenta como una rareza y una excepción, en San Juan Bosco se hizo tan frecuente, que parecía en el como ordinario y natural.

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Dios Nuestro Señor quiso embellecer como con una aureola divina, el heroísmo y los sacrificios de San Juan Bosco, sirviéndose de él para resucitar muertos, curar enfermedades, escudriñar los secretos de los corazones, conocer las cosas lejanas, leer el porvenir, hablar con los muertos, hacer descender la lluvia de las nubes para fecundizar la
tierra, multiplicar los alimentos y las hostias del tabernáculo.

De todos estos prodigios adorno el Señor la vida de su fiel sirvo; y se podrían citar hechos de cada uno de ellos y de algunos una serie interminable.
Estaban todos tan convencidos en el Oratorio de que Don Bosco conocía los pecados ocultos, que algunos niños, que por el temor de que se los leyese en el frente, no se atrevían a acercarse a él, y si por necesidad tenían que estar en su presencia, ponían la gorra delante de la cara o bajaban los cabellos para que les cubriese la frente, como si esto fuese
suficiente para encubrir la propia conciencia.
Cuando estaba lejos del Oratorio, conocía con precisión todo lo que pasaba en él, aún las cosas que no advertían los mismos superiores.
Si se hubiesen de referir todas las profecías de San Juan Bosco, que tuvieron exacto cumplimiento, se necesitaría un grueso volumen. Predijo públicos acontecimientos y la muerte inminente de grandes personajes; por muchos años no murió alguno en el Oratorio
sin que él predijese su muerte algún tiempo antes.
Demos gracias al Dios omnipotente que así quiso mostrarse admirable en su fiel siervo Don Bosco.

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SAN JUAN BOSCO DEVUELVE LA SALUD A UNA JOVEN


Hacia ya veintinueve meses, en marzo de 1921, la enferma Teresa Callegari yacía en el hospital cívico de San Juan cerca de Piacenza, atormentada de males y más males.
Primeramente, padeció de una artritis aguda postinfecciosa, que se concentro en la rodilla izquierda y en las vértebras; después de bronquitis crónica, enterocolitis y marasmo.

Nadie preveía la mas remota posibilidad de salvarla, cuando, en buena hora, las religiosas que la asistían, conocedoras por haberlo leído en la vida de Don Bosco, de un caso idéntico, que se resolvió Prodigiosamente después de una bendición del ciervo de Dios, hablaron de ello a la enferma. Esta, no sabia nada de Don Bosco, tuvo la inspiración de encomendarse a él.


Inmediatamente comenzó una novena con comunión diaria, a este fin, del cual participaron también algunas compañeras de sala; pero los dolores de los hombros, de las piernas y de los brazos, en vez de disminuir, crecieron fuera de la medida de lo soportable, y tanto, que
la pobre mujer convencida de no alcanzar la gracia, conjuraba a Don Bosco para que la librase de tan terribles tormentos, haciéndola morir.
Entonces se presenta el capellán y la invita a comenzar otra vez la novena.

Al octavo día, 16 de julio, la enferma iba de mal en peor hasta temer un fatal desenlace; las religiosas preparaban todo lo necesario para la extremaunción y tenían dispuesto el vestido conveniente para amortajarla.

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Pero ya estaba próxima la hora señalada por Dios para glorificar a su fiel siervo Don Bosco.
Sonaron las cuatro de la madrugada. La enferma que tenía vuelta la mirada hacia el lado izquierdo, vio que se acercaba un sacerdote de mediana estatura, vestido de negro y con los brazos cruzados.

Estando ya a su lado, le preguntó: ¿Cómo estás? Y ella sorprendida exclamo: ¡Ah!... el sacerdote insistió: ¡Levántate! Respondiéndole: No me es posible. Entonces aquel en piamontés añadió: Mueve las piernas. La enferma, que no había visto nunca un retrato de don Bosco, y que no entendía el piamontés, comprendió sin embargo, que debía mover las piernas. Intentó hacerlo y ambas obedecieron; y las rodillas rígidas después de tanto tiempo, se doblaron. Al instante gritó: ¡Hermana, hermana, muevo las piernas! La hermana acercándose enseguida exclamó: ¿Teresa, estás loca? ¿Es posible? Pero como la religiosa fuese corriendo, le dijo a Teresa: ¡Poco a poco, que vas a tropezar con Don Bosco! No tuvo tiempo para acabar la frase, porque vio que el Sacerdote levantaba las manos con las palmas vueltas hacia ella y sonriendo siempre, retrocedió y se marcho.
Cuando de rehizo del estupor, al sentirse dueña de sus miembros, se incorporó y se sentó en el lecho, entre las exclamaciones se las hermanas y de las enfermas atónitas.


ORACION
Oh Jesús que en medio de un siglo descreído y materialista, rodeaste la persona de San Juan Bosco de vuestra divina luz, haciendo en el tan frecuente lo sobrenatural, que parecía lo ordinario de su vida: concédenos, por su mediación, la gracia de poderte conocer y hacer que otros te conozcan, de poderte amar y hacer que otros te amen, de la manera mas perfecta que le sea posible a una pobre criatura. Así sea.
Padre nuestro, avemaría y gloria al padre…
San Juan Bosco Rogad por nosotros.

NOVENA A DON BOSCO, DÍA 5.

DBoscoTED SAN JUAN BOSCO PADRE Y MAESTRO DE LA JUVENTUD

El educador es un verdadero apóstol puesto que, como los apóstoles ha recibido la divina misión de enseñar.
La salvación del hombre depende principalmente de la educación recibida en la niñez.

En el fondo del corazón de cada niño ha depositado Dios el germen de la felicidad eterna; si una mano experta no lo cultiva cuidadosamente, prevalecerán los vicios y ahogaran las virtudes, que son las únicas que pueden darle la paz en esta vida y la dicha eterna en la otra.


Es, pues, la educación de la juventud la obra de celo por excelencia. A ella fue llamado expresamente nuestro santo con divina vocación, desde sus más tiernos años.


Quiso además Dios y así se manifestó en repetidas visiones, que no solamente él se dedicase a esta tan grande obra de celo, sino que fuese el fundador de dos congregaciones religiosas que perpetuasen su apostolado a favor de la juventud.


Este apostolado no es nuevo en la Iglesia; ya otros educadores y otros santos se dedicaron antes que él a este ministerio. Pero San Juan Bosco se distinguió entre todos, no por la novedad del apostolado, sino por la novedad del método. Hacer del ambiente un ambiente familiar, donde el jovencito entre los mismos cuidados, el mismo afecto, la misma asistenta que hay en el seno de la familia cristiana; unirse a los niños con una entrega completa de si mismo; participar de sus diversiones para vivir su vida misma; amar todo lo que ellos aman para ganarse su mente y corazón con el fin de dulce y fuertemente hacia el bien, fue la feliz innovación que trajo San Juan Bosco al campo de la Pedagogía.
En cada casa Salesiana todos deben formar un solo corazón y una sola alma; el que la dirige es el padre, los demás superiores son otros tantos hermanos y los alumnos son los hermanos menores. El afecto y la confianza unen a los miembros de esta familia.

Los unos por vocación y espíritu de sacrificio, educan paternalmente, y los otros, por fácil correspondencia son verdaderos hijos guiados únicamente por el amor.

Amar sinceramente a los niños y hacerse amar de ellos, he aquí la gran máxima de San Juan Bosco.

Cuando el alumno se convence que los superiores y maestros lo aman y que todos sus cuidados están dirigidos exclusivamente e su bien espiritual y corporal, no solo corresponderá a su amor,
sino que temerá desagradarlos.

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En todo esto, nuestro santo no hacia otra cosa que reproducir en pleno siglo XIX la célebre página del evangelio en que Jesús nos describe el buen pastos que conoce a sus ovejas y camina delante de ellas, que no huye a la llegada del lobo, que no descansa sino cuando todas las ovejas están al reparo, y que día por día, hora por hora, les prodiga toda su vida.
En este sistema de educación se trata de poner en práctica la inspirada pagina de san Pablo en que exalta la divina belleza de la caridad de nuestro Señor Jesucristo, cuando dice:
La caridad es benigna y paciente; todo lo sufre, todo lo espera y lo soporta todo.

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Solo el que este animado de gran celo y de verdadero espíritu de sacrificio podrá cumplir exactamente ese ministerio sublime.
Este sistema establece entre el educador y el alumno un contacto íntimo, familiar, del cual brota parte del alumno un cordial y sincero abandono en manos de su preceptor.


Por esto es que en las casas salesianas se ven juntos en recreos y paseos, en el estudio y en la capilla maestros y alumnos; la autoridad baja de su cátedra y se pone, sin comprometerse, al nivel del joven y lo rodea de una vigilancia asidua y afectuosa. Es el sistema que rompe inexorablemente todas las barreras que un respeto mal entendido
quisiera que levantasen entre maestros y alumnos. En una palabra, el maestro se hace todo para todos, para conquistar los jóvenes para Jesucristo.
Así lo consignó nuestro santo en una carta que escribió a sus hijos desde Roma, después de una de las visiones que mas claramente determinan su sistema educativo. Decía: “mi pedagogía es hija del amor”.
Contribuyamos con nuestras oraciones y limosnas a esta grande obra de
regeneración social cristiana, cooperando a las obras de don Bosco.

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DON BOSCO CURA A UNA RELIGIOSA


Sor Provina Negro, perteneciente a la casa de Hijas de Maria Auxiliadora de Giaveno, tenía una ulcera gástrica, que solo pudo diagnosticarse cuándo no había remedio para tan terrible mal. Los dos meses que estuvo en Turín enferma sometida a tratamiento medico, fueron dos meses de atroces sufrimientos. No podía tragar ni siquiera una gota de líquido; la lengua y el paladar parecían como de leña seca; no le era posible movimiento alguno; decir una sola palabra le producía un tormento indecible, y abrir las manos una conmoción dolorosísima. Ya parecían perdidas para siempre las últimas ilusiones, a las que
tenazmente se aferra el amor instintivo a la vida.
Pues bien, entonces precisamente se despertó en la atribulada alma de la abatida paciente la fe conmovedora de las grandes crisis del dolor, para obtener de San Juan Bosco el remedio que la ciencia medica impotente le negaba. Ardientes súplicas salieron de su corazón impetrando del buen padre la curación suspirada; y a ellas por fin, puso por remate un rasgo de energía y admirable resolución: con el supremo esfuerzo que le presto una ciega confianza en la bondad y valimiento del santo, hizo una bolita de estampa del siervo de Dios, que tenia entre las manos; y después de breve oración y sin preocuparse de la
prohibición de tragar cosa alguna, rápidamente la hizo pasar por la garganta.
Un pujante estremecimiento de vida la sacudió en el instante mismo; sintió como si una oleada de calor vital de la cabeza a los pies la inundase. Y entonces gritó clamorosa:
¡Estoy curada, estoy curada! Llorando de emoción se movía y revolvía sin experimentar la más leve molestia. Intento abandonar el lecho, y se sostuvo perfectamente; trato de andar y anduvo con firmeza. Aquella noche le pareció eterna. Al toque de levantarse se lavó, arreglo su lecho y los objetos de uso personal, y salio para asistió a la misa de comunidad.
¡Cuanto costo vencer la prudente incredulidad de sus superioras y hermanas! Pero, finalmente triunfó de la incertidumbre que presentaba lo ocurrido como si fuera efecto de una simple efímera sugestión. La instantánea curación, entonces completa, se conservó después.

ORACION
Oh Dios, que revestiste a tu siervo Juan Bosco de los esplendores de tu divina paternidad y le diste un corazón capaz de amar a toda la juventud de la tierra, haz que por sus oraciones y por sus meritos, los jóvenes cristianos sigan los caminos de santidad por él trazados, y los pobres jóvenes paganos entren en el redil de Jesucristo, que ha dicho:
“Dejad a los pequeñuelos que vengan a mi”. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Así sea.


Padre nuestro, avemaría y gloria al padre…
San Juan Bosco Rogad por nosotros.