jueves, 21 de agosto de 2008

Santidad no es un lujo de pocos, sino destino de todo bautizado, afirma el Papa

En la Audiencia General de ayer miércoles realizada en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI explicó que la experiencia humana y espiritual de los santos, "demuestra que la santidad no es un lujo" sino en realidad "el destino común de todos los hombres llamados a ser hijos de Dios, la vocación universal de todos los bautizados".

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Al poner como ejemplo en su mensaje a los santos que la Iglesia recuerda en estos días de agosto, como a San Juan Eudes, San Bernardo de Claraval, San Pío X o Santa Rosa de Lima, "primera santa canonizada del continente latinoamericano, del que es patrona principal", el Santo Padre destacó que la experiencia espiritual y material de ellos "demuestra que la santidad no es un lujo, no es un privilegio de pocos, tampoco es una meta imposible para el hombre normal; es en realidad, el destino común de todos los hombres llamados a ser hijos de Dios, la vocación universal de todos los bautizados".

Seguidamente precisó que "la santidad se ofrece a todos; pero naturalmente no todos los santos son iguales; son de hecho, como he dicho, el espectro de la luz divina. Y no necesariamente un gran santo es aquel que posee carismas extraordinarios. De hecho, hay muchísimos cuyos nombres solo conoce Dios, porque en la tierra han llevado una existencia aparentemente muy normal. Y son estos llamados santos 'normales' los que son habitualmente queridos por Dios".

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A continuación el Pontífice explicó cómo el ejemplo de los santos "testimonia que, solo cuando se está en contacto con el Señor, se es reflejo de su paz y su alegría y se está en la posibilidad de difundir por doquier la serenidad, la esperanza y el optimismo".

"Queridos hermanas y hermanos –continuó el Papa– día tras día la Iglesia nos ofrece entonces la posibilidad de caminar en compañía de los santos. Escribía Hans Urs von Balthasar que los santos constituyen el comentario más importante del Evangelio, su actualización en lo cotidiano y por ello representan para nosotros una vía real de acceso a Jesús".

Por ello, alentó: "¡Cuán importante y provechoso es el esfuerzo de cultivar el conocimiento y la devoción de los santos, además de la meditación cotidiana de la Palabra de Dios y un amor filia hacia la Virgen!"

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Seguidamente alentó a "tomar la biografía y los escritos de los santos o santas, porque cada día del año se nos ofrece la oportunidad de familiarizarnos con nuestros celestes patrones".

Finalmente el Papa Benedicto XVI hizo votos para que el ejemplo de los santos constituya para todos una nueva primavera y que "¡Nos dejemos por ello atraer de la fascinación sobrenatural de la santidad! ¡Que nos obtenga esta gracia María, la Reina de todos los Santos, Madre y Refugio de los pecadores!"

Conducta ejemplar de sacerdotes invita a otros a responder al llamado de Dios, dice Benedicto XVI

Al saludar a los fieles en lengua española al concluir la Audiencia General de hoy, el Papa Benedicto XVI recordó que la conducta ejemplar de su sacerdote es una invitación "para que otros respondan con generosidad a la llamada del Señor".

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Dirigiéndose a un grupo de sacerdotes de Toledo, España, el Santo Padre explicó que "la conducta ejemplar de un sacerdote y el testimonio de su amor a Dios y a los hermanos son fuente de gracias incesantes para el pueblo de Dios y una invitación constante para que otros respondan con generosidad a la llamada del Señor. Os bendigo a todos con afecto".

El Pontífice también encomendó a los sacerdotes en sus oraciones "para que continuéis aspirando cotidianamente a la santidad, ejerciendo vuestro ministerio con alegría, sencillez de corazón y fidelidad al Evangelio y a la Iglesia".

El Papa también saludó a los peregrinos polacos y se solidarizó con las víctimas y damnificados de las tempestades y huracanes que han asolado al país. "A cuantos de cualquier modo estén sufriendo a causa de estos estragos, les quiero asegurar mi cercanía espiritual y mi recuerdo en la oración".

Finalmente el Santo Padre se dirigió en italiano a los jóvenes, a los enfermos y a los esposos jóvenes, a quienes invitó a "dedicar siempre más tiempo a la formación cristiana, para ser fieles discípulos de Cristo, Camino, Verdad y Vida".