lunes, 18 de febrero de 2008

RENATO ZIGGIOTTI (1892 - 1983), QUINTO SUCESOR DE DON BOSCO

Rector Mayor de 1952 a 1965


Llegó al vértice después de auténticas experiencias “de rancho”, habiendo sido militar y luego maestro y animador de los jóvenes.

Después de las experiencias de Consejero General y de Vicario, dirigió la Congregación en los años difíciles de la postguerra, estimulándola a la unidad en la vida espiritual fervorosa y en el carisma de Don Bosco.

Don Ziggiotti fue el primer Rector Mayor salesiano que, "una vez pasada la generaciòn que había crecido en la escuela directa del fundador Don Bosco”, consideró "un deber entrar en los altos rangos” después de un servicio excepcional.

Su rectorado postbélico quedó marcado - fuera de las actividades propias de gobierno - por una extraordinaria vuelta al mundo, que llevó al Superior al contacto directo con la realidad de la Congregación, le hizo conocer a todos los hermanos, le facilitó el modo de confirmar y animar programaciones generosas, y, sobre todo, lo estimuló a reconstruir en el espíritu la unidad comunitaria que las vicisitudes bélicas habían insidiado en años de separaciones y segregaciones.



Supo trabajar democráticamente, como en clima de fiesta, pero no por ello menos incisivamente.

Si tenía el don del mando, que en parte le provenía de sus “orígenes” militares, con él disimulaba también una gran interioridad.

Vivía de Dios, vivía de la Iglesia.
Vivía de la Virgen y de Don Bosco.
En consecuencia, vivía para sus hermanos y para su misión.



Tan poco se peocupó de sí mismo que, después del Concilio - en el que había participado con mente y corazón de verdadero hijo de la Iglesia -, se anuló renunciando a su cargo de Superior y retirándose humildemente, pasando primero a ser Rector del Santuario de Don Bosco, en el Colle de los Becchi y, luego, a Albaré, en su dulce tierra veneciana, hasta la última meta.

Foto del 25 de enero de 1956. Llegada del P. Renato Ziggiotti, Rector Mayor de la Sociedad Salesiana, al Colegio “San Julián” de Güines.



El Rector Mayor entra al Colegio es saludado por la tropa de boy scouts.



Tres niños ofrecen al Rector Mayor un ramo de flores en señal de bienvenida.



Video Angeles de Dios

Elección de los Asistentes Ad Providentiam.

La última de las elecciones prescritas a la Congregación General ha tenido lugar a lo largo del 18 de febrero.

En la foto el Padre Marcos Recolons



Los cuatro “Asistentes Generales” (ad providentiam en el original latino), elegidos, en orden alfabético, son:

Lisbert D’Souza (Bombay)
James Grummer (Wisconsin)
Federico Lombardi (Italia)
Marcos Recolons (Bolivia)
La elección del admonitor ha recaído en P. Marcos Recolons.

El proceso de la elección de los Asistentes Generales se desarrolla de un modo parecido a la elección del Superior General: aunque no revista el carácter de aislamiento que se prescribe para la elección del General, hay un período de cuatro días para recabar informaciones (murmuratio), un juramento en los términos del que precede a la elección del General, votación en papeleta (no electrónicamente) para cada uno de los cuatro Asistentes, limitación de los que intervienen en la votación (sólo los “electores” con exclusión de los llamados a la Congregación “para tratar de asuntos”), y una severa prohibición, en virtud de santa obediencia, de ambicionar el cargo. Después de la elección de los Asistentes se elige, con la votación de todos los congregados, el admonitor del Padre General.

La elección de los Asistentes y del admonitor debe hacerse “teniendo en cuenta los Consejeros Generales nombrados por el General pero dejando a salvo la libertad de la Congregación General para elegir otras personas”, según se dice en las Normas Complementarias, no. 364.
La función de los cuatro Asistentes Generales (ad providentiam) es asistir al Padre General a nombre de la Compañía.
El capítulo IV de las Constituciones (n. 766 ss) especifica, de algún modo, en qué consiste esa “asistencia”. Se trata de cuidar todo lo que se refiere a los aspectos “externos” en la vida del Padre General (“vestidos, comida y gastos cualesquiera tocantes a la persona del General”), vigilando “para que no se exceda en trabajos o rigor demasiado”, y atendiendo a su ayuda espiritual “si hubiere necesidad”.

Fotos de 1991 y 1993

Marcelo Aviles de la Comunidad de Jerusalem he tenido la genlileza de enviarme estas fotografías, las cuales me han sacado carcajadas, muchos recuerdos y un par de lagrimas.



















Gracias a nuestro amigo Marcelo Aviles por este envió, por cierto el tiene un blog el cual les invito a visitar:

http://marceloaviles.blogspot.com/

El Papa propone “los dos pilares” de la Cuaresma


Al reflexionar sobre el pasaje de la Transfiguración del Señor durante la oración del Ángelus de este domingo al mediodía, el Papa Benedicto XVI propuso este pasaje, junto al del primer domingo de Cuaresma, como los “pilares” de este tiempo y de toda la vida cristiana.

“Prosiguiendo el camino penitencial, la liturgia, después de habernos presentado el domingo pasado las tentaciones de Jesús en el desierto, nos invita a reflexionar sobre el evento extraordinario de la Transfiguración en el monte”, dijo el Pontífice.

El Papa señaló que mientras el pasaje de la tentación es “preludio del gran duelo final de la Pasión, la Transfiguración “anticipa la gloria de la Resurrección”.

Por un lado “vemos a Jesús plenamente hombre”, por otro; “contemplamos al Hijo de Dios, que diviniza nuestra humanidad”.

“De esta manera –prosiguió- podemos decir que estos dos domingos fungen de columnas sobre las cuales se apoya todo el edificio de la Cuaresma hasta la Pascua, e incluso toda la estructura de la vida cristiana, que consiste esencialmente en el dinamismo pascual: de la muerte a la vida”.

El monte Tabor, explicó el Santo Padre, “es el lugar elevado respecto a la existencia cotidiana, donde se respira el aire puro de la creación”. “Es el lugar de la oración, donde se está en la presencia del Señor”, agregó.

“La Transfiguración es un acontecimiento de oración: orando Jesús se sumerge en Dios, se une íntimamente a Él, adhiere con su propia voluntad la voluntad de amor del Padre, y así la luz lo invade y aparece visiblemente la verdad de su ser: Él es Dios, Luz de Luz”; señaló el Papa, al indicar la relación de las vestiduras blancas y radiantes de Jesús en el Bautismo.

“Aquí está el punto crucial: la Transfiguración es anticipo de la resurrección, pero ésta presupone la muerte. Jesús manifiesta a los Apóstoles su gloria, para que tengan la fuerza de enfrentar el escándalo de la cruz, y comprendan que es necesario pasar a través de muchas tribulaciones para llegar al Reino de Dios”, dijo el Papa.

El Pontífice concluyó: “Para entrar en la vida eterna es necesario escuchar a Jesús, seguirlo por el camino de la cruz, llevando como Él la esperanza de la resurrección. ‘Spe salvi’, salvados por la esperanza. Hoy podemos decir: ‘Transfigurados por la esperanza’”.

Nuevo documento precisa pasos para las causas de beatificación


El Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para la causa de los santos, presentó este lunes en el Vaticano la instrucción "Sanctorum Mater", un documento que explica con precisión el camino que hay que seguir para llevar adelante un proceso de beatificación y canonización.

El Purpurado portugués destacó que el documento no es, como había anticipado la prensa secular, un "endurecimiento" de las condiciones necesarias para proclamar un beato o un santo; sino una "aclaración" de las normas y leyes ya vigentes en la Iglesia para las causas de la beatificación.

"El documento es para ayudar que estas normas puedan ser aplicadas con una mayor atención y cuidado" por quienes llevan adelante una causa de beatificación, especialmente a nivel diocesano, la primera fase de todo proceso.

Refiriéndose a los motivos de la publicación, el Purpurado explicó que que los veinticinco años transcurridos desde la promulgación por parte de Juan Pablo II de la Constitución Apostólica "Divinus perfectionis Magister" y de las "Normae servandae" de la Congregación para las Causas de los Santos han confirmado "que algunas disposiciones no se han puesto en práctica en algunas diócesis con la debida precisión", de modo que el dicasterio "se ha visto obligado en algunas ocasiones a hacer alguna aclaración o a pedir a las curias diocesanas que corrijan los errores".

En su introducción, el documento explica que se pretende "aclarar las disposiciones de las leyes vigentes en las causas de los Santos, facilitar su aplicación e indicar los modos de su ejecución, tanto en los próximas procesos como en los antiguos".

El texto explica luego con detalle cómo se ha de probar la "fama de santidad" –que debe ser reconocida como tal por un gran número de fieles- así como la "heroicidad de virtudes", es decir, la vivencia de las virtudes cristianas de manera excepcional.

Otros puntos del texto explican detalles sobre el proceso de recolección de documentos y de testimonios necesarios para iniciar una causa, y se pide evitar preguntas a los testigos con formulaciones "capciosas, engañosas o que sugieran respuestas".

Al respecto, se señalan criterios claros sobre cómo identificar a las personas que pueden ser testigos, así como los que no lo pueden ser, como, por ejemplo, los confesores habituales.

Otro de los puntos recogidos en el documento es el relativo al uso de nuevas tecnologías, que no existían hace 25 años, como el computador.

"Sanctorum Mater" explica al respecto que se puede hacer uso de una grabadora para registrar los testimonios; pero concluida la declaración, ésta deberá ser escuchada nuevamente por el testigo, por si desea corregir, suprimir o aumentar algo; para luego corroborar sus palabras con una firma.

También se admite el uso del computador para recoger las declaraciones o redactar las actas del procedimiento.

En el pasado, todos los testimonios eran recogidos por escrito, a mano o en máquina de escribir, y debían ser archivados físicamente. Hoy en día es posible conservar copias digitales; aunque todo testimonio debe llevar la firma del declarante.

Finalmente, el texto puntualiza las normas sobre la identificación, tratamiento y conservación de las reliquias de los beatificados y canonizados.

Szabolcs Sajgó, SJ

Szabolcs Sajgó es el antiguo provincial de Hungría, que tuvo que vivir por mucho tiempo en el exilio durante el regimen comunista.



Durante muchos años la curia de la provincia de Hungría estuvo ubicada en Toronto (Canadá) razón por la cual los jesuitas húngaros están aún muy presentes en aquella zona. Tras la congregación, el Padre Sajgó se incorporará como pastor de la comunidad católica húngara en Toronto.