lunes, 18 de febrero de 2008

Elección de los Asistentes Ad Providentiam.

La última de las elecciones prescritas a la Congregación General ha tenido lugar a lo largo del 18 de febrero.

En la foto el Padre Marcos Recolons



Los cuatro “Asistentes Generales” (ad providentiam en el original latino), elegidos, en orden alfabético, son:

Lisbert D’Souza (Bombay)
James Grummer (Wisconsin)
Federico Lombardi (Italia)
Marcos Recolons (Bolivia)
La elección del admonitor ha recaído en P. Marcos Recolons.

El proceso de la elección de los Asistentes Generales se desarrolla de un modo parecido a la elección del Superior General: aunque no revista el carácter de aislamiento que se prescribe para la elección del General, hay un período de cuatro días para recabar informaciones (murmuratio), un juramento en los términos del que precede a la elección del General, votación en papeleta (no electrónicamente) para cada uno de los cuatro Asistentes, limitación de los que intervienen en la votación (sólo los “electores” con exclusión de los llamados a la Congregación “para tratar de asuntos”), y una severa prohibición, en virtud de santa obediencia, de ambicionar el cargo. Después de la elección de los Asistentes se elige, con la votación de todos los congregados, el admonitor del Padre General.

La elección de los Asistentes y del admonitor debe hacerse “teniendo en cuenta los Consejeros Generales nombrados por el General pero dejando a salvo la libertad de la Congregación General para elegir otras personas”, según se dice en las Normas Complementarias, no. 364.
La función de los cuatro Asistentes Generales (ad providentiam) es asistir al Padre General a nombre de la Compañía.
El capítulo IV de las Constituciones (n. 766 ss) especifica, de algún modo, en qué consiste esa “asistencia”. Se trata de cuidar todo lo que se refiere a los aspectos “externos” en la vida del Padre General (“vestidos, comida y gastos cualesquiera tocantes a la persona del General”), vigilando “para que no se exceda en trabajos o rigor demasiado”, y atendiendo a su ayuda espiritual “si hubiere necesidad”.

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