lunes, 28 de enero de 2008

NOVENA A DON BOSCO, DIA 7.

CONFIANZA DE SAN JUAN BOSCO EN LA DIVINA PROVIDENCIA


No se cansa Dios en las sagradas escrituras de asegurarnos la continua protección
que nos dispensa.
Dice que estará siempre con nosotros, que no nos abandonará nunca, que nos tiene escritos en sus manos, que si es posible que una madre se olvide de su hijo chiquito, en él no tendrá lugar tal olvido. Buscad, dice, el reino de Dios y su Justicia, todo lo demás se os dará por añadidura.

En vista de esto, exclama San Pedro: Poned toda vuestra solicitud en el Señor, porque el tiene cuidado de Vosotros.

A pesar de ser tan terminales estas aseveraciones del Señor, no nos acabamos de resolver a arrojarnos en los brazos amorosos del padre celestial; toso nos causa turbación e inquietud, olvidando que vivimos bajo el manto amoroso de la divina providencia.

Los santos no incurrieron en este error; precisamente la confianza en Dios es uno de sus distintivos; sin ella no puede haber verdadera santidad.

San Juan Bosco tuvo en alto grado esa confianza; es el santo de la calma imperturbable y del abandono absoluto en las manos de Dios.
Con frecuencia repetía: “Don Bosco es pobre, pero Dios lo puede todo.

El que tiene cuidado de los pajarillos del cielo nos dará lo que necesitamos.
Ah, gente de poca fe” -
decía a los que lo dudaban

– “¿Cuándo nos ha faltado algo? Con la ayuda de esta amorosa providencia, hemos podido edificar iglesias, fundar casas, proveerlas de todo lo necesario y alimentar a nuestros numerosos asilados; de esta obra, Don Bosco no es mas que un humilde instrumento, el artífice es Dios.

Toca pues al artífice, y no al instrumento proveer los medios necesarios y consolidar la obra; nosotros debemos solamente mostrarnos dóciles, dejándonos manejar por el artífice”.

El porvenir no le preocupaba, las deudas no lo abrumaban, las urgentes necesidades lo mantenían en una calma perfecta de espíritu, porque confiaba firmemente en aquel Dios que nos manda decirle todos los días: el pan nuestro de cada día dánosle hoy.

Dios nunca se retiró de su fiel siervo; no esperó en vano en el Señor; a tiempo oportuno, cuando faltaban los socorros humanos, llegaba el auxilio divino, por medios inesperados y prodigiosos.

“Orad” – decía a los niños cuando ocurría alguna necesidad – “y el que pueda recibir la santa comunión; necesito conseguir una gracia de la Virgen, ya os diré cual es”.

En efecto: a los pocos días les decía:

“La santísima virgen hoy mismo nos ha obtenido el señalado favor que le pedimos, démosle gracias y continuemos nuestras oraciones, que el Señor no nos abandonará jamás”.

Estando en una ocasión hospedado con su secretario don Viglietti en el palacio episcopal de Pinerolo, vino un criado a traerle dos Cartas; don Bosco las leyó y se puso a llorar. Asustado el secretario le preguntó la causa del llanto.

“¡Cuánto nos favorece la virgen Santísima!”, contesto; “Mira en esta carta se nos exige el pago del préstamo de unas treinta mil liras, y esta otra es de una noble señora de Bélgica, que nos manda treinta mil liras, para que las gastemos en lo que creamos de mayor gloria de Dios”.

Son a centenares los hechos con que la divina providencia quiso pagar la confianza que el santo había puesto en la generosidad del padre celestial.

A imitación de San Juan Bosco, pongamos nuestra confianza en Dios y experimentemos como él, los amorosos influjos de la divina providencia.


CURACION INSTANTÁNEA.

Catalina Pilenga Lafranchi padecía diátesis artrítica.
El artritismo había interesado de modo especial pies y rodillas, con lesiones orgánicas y en forma gravísima, desde el aspecto funcional, aunque sin que peligrase su vida.

Habiendo resultado inútiles diversas curas que desde 1903 se le fueron aplicando, fue a Lourdes dos veces y no habiendo conseguido el efecto deseado ni siquiera la segunda vez, antes de abandonar el célebre santuario, en mayo de 1931, dirigió a la santísima Virgen una suplica en estos términos:

“Ya que aquí no he obtenido la salud, concededme al menos, por la devoción que tengo a Don Bosco, que sea él quien me la obtenga en Turín”.

La invocación al santo y la confianza en la mediación universal de Maria, resultan aquí evidentes.

Al regresar de Francia, hallándose la pobre enferma en el infeliz estado que de ha dicho, visitó la basílica de Maria Auxiliadora en Turín, el día seis de Mayo.

Ayudada por una hermana suya y por el cochero, bajó del carruaje, entro en el templo, y sentase para orar ante la urna que contiene el cuerpo de San Juan Bosco.

Momentos después, pósese de rodillas y permanece así veinte minutos, se levanta, camina hacia el altar de la virgen, y vuelve a arrodillarse.

Operase entonces en su ánimo una fuerte reacción y dice que se siente curada. Así es en efecto; sin requerir ayuda de nadie y ante la estupefacción de todos los que la habían conocido imposibilitada, anda libremente por sus pies, baja las escaleras; sube al coche, todo sin la menor dificultad.

Hasta el momento presente la curación sigue siendo perfecta, conforme acreditan los tres peritos de la Sagrada Congregación de Ritos, quienes de acuerdo con los médicos de la favorecida, han reconocido el milagro.

ORACION

Oh bienaventurado Juan Bosco que, en medio de tantas pruebas y contradicciones, te mantuviste firme e inquebrantable y esperaste, con toda esperanza humana, llevar a cabo la obra que el señor te encomendó: Alcánzanos la gracia de que confiado cada vez más en la bondad misericordiosa de Jesús, descansemos seguros en sus amorosos brazos en el tiempo y en la eternidad. Así sea.

Padre nuestro, avemaría y gloria al padre…

San Juan Bosco Rogad por nosotros.

Dos Relatos.

El siguiente es el relato verídico de un hombre llamado Víctor.

Al cabo de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendicidad para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.

Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un
club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al
mismo.

Víctor le pidió al hombre unas monedas para poder comprarse algo de
comer.

- Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste. La
mujer, que oyó la conversación, preguntó:

- ¿Qué quería ese pobre hombre?

- Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido.

- Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento aquí afuera!

- Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el dinero para beber.

-¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo.

Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron, avergonzado, quería alejarse corriendo de allí, pero en ese momento oyó la amable voz de la mujer que le decía:

- Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer, aunque la situación está difícil, no pierda las esperanzas. En alguna parte hay un empleo para usted.

Espero que pronto lo encuentre.

-¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de nuevo y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza..

-Estará usted comiendo El Pan de Cristo! Compártalo -dijo ella con una cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.

Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo, encontró un lugar barato donde comer, gastó la mitad de lo que la señora le había dado y resolvío guardar lo que le sobraba para otro día, comería el pan de Cristo dos días. Una vez más, aquella descarga eléctrica corría por su interior.

¡El Pan de Cristo!

-¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente para mí mismo.
Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había aprendido en la escuela dominical. En ese momento pasó a su lado un anciano.

-Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-. Tengo que compartir el pan de Cristo.

- Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena comida?

El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento.

- ¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena fortuna hasta que se sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.

Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de pan en su servilleta de papel.

- ¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó.

- No, no.. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar, la ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo dejé, tenía hambre.

Le voy a llevar el pan.

- El Pan de Cristo!. Recordó nuevamente las palabras de la mujer y tuvo la extraña sensación de que había un tercer Convidado sentado a aquella mesa. A lo lejos las campanas de una iglesia parecían entonar a los dos el viejo himno que le había sonado antes en la cabeza.

Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó a engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado.

- Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño.
El Pan de Cristo alcanzará también para ti.
El niño había cambiado totalmente de semblante.
Se puso de pie y comenzó a vender el periódico con entusiasmo.

- Hasta luego -dijo Víctor al viejo-.

En alguna parte hay un empleo para usted. Pronto dará con el. No desespere.

- ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-.

Esto que hemos comido es el Pan de Cristo.
Una señora me lo dijo cuando me dio aquellas monedas para comprarlo.
El futuro nos deparará algo bueno.

Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el perro que le olfateaba la pierna.

Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba grabado el nombre del dueño. Víctor recorrió el largo camino hasta la casa del dueño del perro y llamó a la puerta.

Al salir éste y ver que había encontrado a su perro, se puso contentísimo, de golpe la expresión de su rostro se tornó seria.
Estaba por reprocharle a Víctor que seguramente había robado el perro para cobrar la recompensa, pero no lo hizo, Víctor ostentaba un cierto aire de dignidad que lo detuvo.

En cambio dijo:

- En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa.

¡Aquí tiene!

Víctor miró el billete medio aturdido.

- No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo quería hacerle un bien al perro.

- Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso, le interesará un empleo?

Venga a mi oficina mañana, me hace mucha falta una persona íntegra como usted.

Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo himno que recordaba de su niñez volvió a sonarle en el alma, se titulaba:

"Parte el Pan de Vida"...

"NO OS CANSEIS DE DAR, PERO NO DEIS LAS SOBRAS, DAD HASTA SENTIRLO, HASTA QUE DUELA".
QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR NUESTRA CRUZ Y SEGUIRLO, AUNQUE DUELA.


¡QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!

Señor Jesús:

"Te amo mucho, te necesito para siempre, estás en lo más profundo de mi corazón, bendice con tus néctares corporales, a mi familia, mi casa, mi hogar, mi empleo, mis finanzas, mis sueños, mis proyectos y a mis amigos".


















Solo hay una salida para los sufrimientos, pasando por ellos,
Dios nunca te dará más de lo que puedes cargar.
Así que.

Carga tu cruz y regocíjate en el premio.


Aprendamos a cargar nuestra cruz sin renegar y solo pidamos al Señor fuerza y fortaleza para salir adelante y salir triunfadores.

Cualquiera sea tu cruz
Cualquiera sea tu dolor
siempre Habra un resplandor , atardecer
despues de la lluvia .....

quizas puedas tropezar
quizas hasta caer.....
pero Dios siempre esta listo
a responder tu llamada ......


Dios siempre enviará arcoiris
despues de la lluvia

Celebrando con el Corazón de Don Bosco

El día de ayer, los grupos juveniles, EPRE, EJE, DON BOSCO E IGLESIA JOVEN, Celebrarón durante todo el día a nuestro fundador DON BOSCO con unas Olimpiadas.



La celebración dio inicio a las 8:00 a.m. con la Santa Eucaristia, y luego la catequesis donde se presento el AGUINALDO DEL RECTOR MAYOR: EDUQUEMOS CON EL CORAZÓN DE DON BOSCO.



Luego fue una mañana de juegos, BKB, FUTBOL,



Al finalizar una competencia de conocimiento salesiano.



Todos los grupos pusieron su mejor esfuerzo.



Alegria y animación no faltarón en el Salón Don Bosco.



Cantos y dinamicas tampoco faltaron.



Los participantes muy atentos.



El MJS, Movimiento Juvenil Salesiano.



Fue una celebración muy unida por los 4 grupos



Eje se llevo el concurso de Salesianidad con 22 puntos.



Al finalizar todos muy alegres y satisfechos.



Iglesia Joven también con esta celebración dio inicio formalmente a los CRECIMIENTOS EN LOS NIVELES DE PRECOMPROMISO Y COMPROMISO.