sábado, 15 de agosto de 2009

El Papa pide consagrar a sacerdotes del mundo a la Virgen Asunta

El Papa Benedicto XVI presidió este sábado a las 8:00 a.m. -hora local- en la capilla de Santo Tomás de Villanueva, en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, la Solemnidad de la Asunción de la Virgen; y durante el Ángelus que presidió a mediodía ante miles de fieles, invitó a consagrar a los sacerdotes, en el marco del “Año Sacerdotal” a la Virgen Asunta.

2364

El Pontífice recordó que en el "corazón" del mes de agosto, la Iglesia celebra la Asunción de la Virgen María como "ocasión privilegiada para meditar sobre el sentido último de la existencia humana, ayudados por la liturgia de hoy que nos invita a vivir en este mundo siempre orientados a los bienes eternos, para compartir la misma gloria de María, nuestra Madre".

El Pontífice pidió "volver los ojos hacia la Madre, Estrella de la Esperanza" en el contexto del Año Sacerdotal que tiene como patrono al Santo Cura de Ars, "de quien quisiera -prosiguió- "extraer pensamientos y testimonios", especialmente para que "nosotros sacerdotes revivamos el amor y la veneración al a Virgen Santísima".

2360

Al respecto el Papa recordó que San Juan María Vianney "hablaba de la Virgen con devoción y al mismo tiempo con confianza e inmediatez", y citó al Santo Cura de Ars: "La Santa Virgen es inmaculada, adornada de todas las virtudes que la hacen tan bella y agradable a la Santísima Trinidad"

2366

"Estas expresiones -explicó el Santo Padre- transparentan el celo del sacerdote, que, movido por un anhelo apostólico, se  goza al hablar de María a los fieles, y no se cansa jamás de hacerlo".

2362

Incluso un misterio difícil como el de la Asunción, el Cura de Ars, "sabía presentarlo con imágenes eficaces, por ejemplo: 'el hombre es creado para el cielo. El demonio rompió la escalera que nos conducía. Nuestro Señor, con su Pasión, nos construyó otra… La Santísima Virgen está en lo alto de la escalera y la sostiene con sus dos manos'", explicó el Papa, citando siempre al Cura de Ars.

2369

"El Santo Cura de Ars se sentía atraído sobre todo por la belleza de María, belleza que coincide con su ser Inmaculada, la única creatura concebida sin sombra de pecado"; dijo el Papa; quien recordó que San Juan María Vianney consagró varias veces su parroquia a la Virgen, recomendándole a las madres de hacer lo mismo cada mañana con sus hijos".

2361

“Queridos hermanos y hermanas, hagamos nuestros los sentimientos del Santo Cura de Ars. Y con la misma fe, dirijámonos a  María Asunta al  cielo, confiándole de modo particular a los sacerdotes del mundo entero", concluyó.

La Asunción de la Virgen María

Concebida sin pecado original, fue llevada al cielo en cuerpo y alma.

assumption_2008_sp

La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.
Este día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado.

También, tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las virtudes. Se coronó con estas virtudes.

La maternidad divina de María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento.
María cumplió perfectamente con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la llevó a llegar a la gloria de Dios.
En la Tierra todos queremos llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza. María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que ella posee nos sirve de esperanza.
María tuvo una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios.

Ella es nuestra Madre del Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.

The_Assumption_vig
Un poco de historia


El Papa Pío XII definió como dogma de fe la Asunción de María al Cielo en cuerpo y alma el 1 de noviembre de 1950.
La fiesta de la Asunción es “la fiesta de María”, la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en su honor. Este día festejamos todos los misterios de su vida.

Es la celebración de su grandeza, de todos sus privilegios y virtudes, que también se celebran por separado en otras fechas.
Este día tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre, María. ¡Qué bien supo Ella corresponder a éstas! Por eso, por su vivencia de las virtudes, Ella alcanzó la gloria de Dios: se coronó por estas virtudes.

María es una obra maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado original y, por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios.
En la Tierra todos queremos llegar a Dios y por este fin trabajamos todos los días, ya que ésa es nuestra esperanza. María ya lo ha alcanzado. Lo que ella ya posee nos anima a nosotros a alcanzarlo también.
María tuvo una enorme confianza en Dios, su corazón lo tenía lleno de Dios. Vivió con una inmensa paz porque vivía en Dios, porque cumplió a la perfección con la voluntad de Dios durante toda su vida. Y esto es lo que la llevó a gozar en la gloria de Dios. Desde su Asunción al Cielo, Ella es nuestra Madre del Cielo.

portadajulio3

Sugerencias para vivir la fiesta:

  • Tener una imagen de la Virgen María en el momento de la Asunción y poner junto de ésta un florero para repartir una flor con un letrero de una virtud propia de la Virgen para que cada uno medite en esta virtud y deposite la flor.
  • Coronar a la virgen María poniéndole una corona y explicando al mismo tiempo por que llegó al Cielo en cuerpo y alma.
  • Llevar y ofrecer flores a la Virgen.
  • Rezar el Rosario en familia con mucha devoción.