miércoles, 17 de febrero de 2010

Cuaresma es camino de conversión a Cristo, dice el Papa Benedicto XVI

En la Audiencia General de este miércoles en el Aula Pablo VI, el Papa Benedicto XVI señaló que "iniciamos hoy, Miércoles de Ceniza, el camino cuaresmal, que dura cuarenta días y que nos conduce a la alegría de la Pascua del Señor" y explicó que este tiempo es un especial camino de conversión a Cristo que "es el camino por el que todos estamos llamados a caminar en la vida".

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Recordando la fórmula "Convertíos y creed en el Evangelio" de la imposición de las cenizas, el Santo Padre afirmó que "convertirse significa cambiar dirección en el camino de la vida. Es ir contracorriente, donde la ‘corriente’ es el estilo de vida superficial, incoherente e ilusoria, que a menudo nos arrastra, nos domina y nos hace esclavos del mal o prisioneros de la mediocridad moral".

Sin embargo, prosiguió, "con la conversión se tiende a la medida más alta de la vida cristiana, se confía en el Evangelio vivo y personal, que es Jesucristo. Su persona es la meta final y el sentido profundo de la conversión, es el camino por el que todos estamos llamados a caminar en la vida, dejándonos iluminar por su luz y sostener por su fuerza que mueve nuestros pasos".

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"El ‘convertíos y creed en el Evangelio’ no está solo en el inicio de la vida cristiana, sino que acompaña todos sus pasos, se renueva y difunde en todas sus expresiones. Cada día es momento favorable y de gracia, también cuando no faltan las dificultades y la fatiga, las caídas, cuando tenemos la tentación de abandonar el camino del seguimiento de Cristo y de cerrarnos en nosotros mismos, en nuestro egoísmo, sin darnos cuenta de la necesidad que tenemos de abrirnos al amor de Dios en Cristo, para vivir la misma lógica de justicia y de amor".

Benedicto XVI subrayó que "frente al miedo innato del fin, y sobre todo en el contexto de una cultura que tiende en tantos modos a censurar la realidad y la experiencia humana de la muerte, la liturgia cuaresmal nos recuerda, por un lado, la muerte, invitándonos al realismo y a la sabiduría, pero por otro, nos impulsa sobre todo a acoger y a vivir la novedad inesperada que la fe cristiana desvela en la realidad de la misma muerte".

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"El ser humano es polvo y al polvo volverá, pero es polvo precioso a los ojos de Dios, porque Él ha creado al hombre destinándolo a la inmortalidad. También el Señor Jesús quiso compartir libremente con cada hombre la fragilidad, en particular a través de su muerte en la cruz; pero precisamente esta muerte, llena de su amor por el Padre y por la humanidad, ha sido la vía para la resurrección gloriosa, por medio de la cual Cristo se ha convertido en fuente de una gracia dada a cuantos creen en Él y participan de su misma vida divina".

El Papa resaltó que la imposición de la ceniza "es una invitación a recorrer el tiempo de Cuaresma como una inmersión más consciente y más intensa en el misterio pascual de Jesús, en su muerte y resurrección, mediante la participación en la Eucaristía y en la vida de caridad, que nace de la Eucaristía y en la que halla su cumplimiento".

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"Con la imposición de la ceniza renovamos nuestro compromiso de seguir a Jesús, dejándonos transformar por su misterio pascual, para vencer el mal y hacer el bien, para hacer morir a nuestro ‘hombre viejo’ ligado al pecado y hacer nacer al ‘hombre nuevo’ transformado por la gracia de Dios", concluyó.

En su saludo en español el Santo Padre se dirigió de manera particular "a los miembros de la Universidad Francisco de Vitoria, de Pozuelo de Alarcón, a los profesores y alumnos de distintos Institutos de España, así como a los demás grupos venidos de México y otros países latinoamericanos. Durante la Cuaresma, tiempo de oración y penitencia, invoquemos con confianza la protección y el auxilio de la Virgen María, la primera creyente en Jesucristo. Muchas gracias".

Hoy: Miércoles de Ceniza

ceniza01 Comienza la CUARESMA, tiempo de penitencia de renovación interior para prepararnos a la PASCUA DEL SEÑOR. La liturgia nos invita sin cesar en estos cuarenta días a purificar nuestra alma y a recomenzar de nuevo.

No podemos dejar pasar este día miércoles de ceniza sin fomentar en nuestra alma un deseo profundo y eficaz de volver una vez mas, como el hijo prodigo, para estar mas cerca del Señor. ” Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios…ahora es el tiempo de la gracia; ahora es el día de la salvación.”(2 Cor 5, 20-6, 2)

artFLa Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

art10La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

 

 

miercoles-ceniza Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.


Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.


La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia.
La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad.
Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.


Tradición


En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua.
Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos).
En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma.
Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua.
Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.
Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo.
Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana.
La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.


Significado simbólico de la Ceniza

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La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia.
En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27.
El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado).
Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual.
Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.


Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.