lunes, 22 de agosto de 2011

Vigilia de la JMJ: MJS Presente

El Movimiento Juvenil Salesiano estaba presente. Los sectores C2 y limítrofes acogieron a más de siete mil jóvenes del MJS.

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Ni el calor, ni la lluvia, ni el viento impidieron a los jóvenes participar en la conclusión de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud.

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Por horas camisetas, gorras, morrales y banderas llenaron de colorido las calles que conducían a las entradas del aeródromo. La gente desde los balcones y las ventanas ayudaba con la distribución de agua a los acalorados peregrinos.

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Después, a la entrada, venía la identificación de los sectores y principales servicios –capillas, puntos de descanso, abastecimiento de agua, servicios higiénicos – el posicionamiento en las áreas asignadas, colocar el lugar para el sueño, conocer los vecinos llenaron las horas de espera. La animación del palco supo comprometer muy bien a la enorme muchedumbre que cada vez crecía más y más; cantos, llamados, avisos y también la oración del rosario.

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La llegada y la visita del Papa a la Fundación “Instituto San José” fueron seguidas a través de las inmensas pantallas y llegado a Cuatro Vientos la alegría y el festejo se transformaron en recogimiento y el silencio. La Cruz y el icono de María fueron llevados al gran palco. Cinco jóvenes – de Estados Unidos, Filipinas, Kenia, Alemania y Reino Unido – presentaron sus propios testimonios de vida cristiana.

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La Vigilia, pasada por la lluvia y el viento, no entorpecieron la participación de los jóvenes. Mientras el diácono leía el evangelio, la onda de viento y de lluvia, partiendo desde el fondo y llegando al palco, envistieron el lugar de Cuatro Vientos creando algunos problemas técnicos e interrumpiendo al Pontífice al inicio de su discurso. Inmediatamente un aplauso caluroso acompaño el momento junto con el slogan  ”Esta es la juventud del Papa!”.

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Después de la interrupción, durante varios minutos, el Papa dirigió a los jóvenes su discurso. “Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra”.

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Y luego, los invitó a la adoración eucarística “a pedir a Dios que os ayude a descubrir vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que él nos proponga”.

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A muchos, el Señor los llama al matrimonio, en el que un hombre y una mujer, formando una sola carne (cf. Gn 2, 24), se realizan en una profunda vida de comunión. Es un horizonte luminoso y exigente a la vez. Un proyecto de amor verdadero que se renueva y ahonda cada día compartiendo alegrías y dificultades, y que se caracteriza por una entrega de la totalidad de la persona. Orare por vosotros con toda el alma y orad también por mí”. Los jóvenes recibieron muy bien la invitación del Papa.

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En Cuatro Vientos se creó un gran silencio durante el tiempo de la adoración. De rodillas, de pie o sentados, los jóvenes dirigieron su oración y sus ansias al Señor de la Vida. Antes de la solemne bendición, Benedicto XVI consagró los jóvenes al Sagrado Corazón de Jesús. Al final de la Vigilia el Papa saludó con simpatía los jóvenes diciendo “Firmes en la fe……….habéis resistido a la lluvia”.

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El número estimado de los presentes fue abrumador. La calidad de la participación de los jóvenes en la Vigilia, sobre todo en el momento de la adoración, fue altísima. Las imágenes proyectadas por la televisión española manifestaron la seriedad de la participación y la voluntad de disponerse a la escucha del sucesor de Pedro.