Desde el sábado 14 de febrero El Salvador tiene un nuevo Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Luis Escobar Alas, hasta entonces Obispo de San Vicente. Contrario a su predecesor, Mons. Fernando Saenz Lacalle (1995-2008) que es español naturalizado salvadoreño, Mons. Escobar Alas es salvadoreño de nacimiento.
En nuevo arzobispo, que el próximo mes cumplirá 50 años, nació en Suchitoto el 10 de marzo de 1959. Su hoja de vida es sencilla, pero su personalidad, como lo hemos observado en las entrevistas televisadas, es atractiva y refleja una cuidadosa inteligencia, como corresponde al nuevo jefe de la Iglesia Católica salvadoreña.
Monseñor Escobar Alas realizó los estudios eclesiásticos en le Seminario Central San José de la Montaña, en San Salvador y en el Seminario Mayor de Morelia, en México. Obtuvo su Licenciatura en Filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, universidad que data de 1551, confiada a la Compañía de Jesús, y por ello basada en el espíritu ignaciano.
El 15 de agosto de 1982, en medio de la guerra civil, fue ordenado sacerdote. Desde entonces ha sido rector del Seminario Menor diocesano de San Vicente, profesor (no se dice en su biografía de qué) del Seminario Central San José de la Montaña en San Salvador, encargado de la parroquia Nuestra Señora del Pilar en San Vicente y Vicario General de la Diócesis de San Vicente.
Juan Pablo II lo nombró Obispo Auxiliar de la Diócesis de San Vicente, el 19 de enero de 2002, el 23 de marzo del mismo año fue ordenado como Obispo Auxiliar y ascendió a Obispo titular de la misma diócesis el 4 de junio de 2005. Un mes después, el 9 de julio, sería ordenado en el cargo.
El 14 de febrero de 2009 es ordenado Arzobispo Metropolitano de San Salvador. Su diócesis, además de San Salvador, incluye los departamentos de La Libertad y Cuscatlán. La diócesis fue creada como por el papa Gregorio XVI, en 1842. En 1913, el papa Pío X la elevó a la dignidad de arquidiócesis metropolitana. Desde su creación nueve prelados han ocupado la silla episcopal, Monseñor Escobar Alas es el décimo.
Se dice que la arquidiócesis puede perder el Departamento de La Libertad, pues el Vaticano está considerando separarlo y convertirlo en una nueva diócesis.
No hay que hacer lectura alguna, aunque su declaración sorprendió a muchos, que recién nombrado arzobispo metropolitano, monseñor José Luis Escobar Alas, pidió a los salvadoreños en el sábado en su alocución inaugural, no exaltar la figura del asesinado monseñor Oscar Arnulfo Romero para no afectar su proceso de canonización en el Vaticano. El Vaticano inició a mediados de la década de 1990 el proceso en favor de monseñor Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980.
El arzobispo, no solamente Mons. Escobar Alas, sino que en general, goza de un estatus superior al de los “simples” obispos; generalmente está al frente de una diócesis particularmente importante, ya sea por su tamaño, su relevancia histórica o por ambas, llamada arquidiócesis. Cuando un obispo se convierte en arzobispo no está siendo, de ningún modo, ordenado ni está recibiendo ningún sacramento; en contraste (en los ritos anglicano, católico romano y ortodoxo) alguien que es ordenado obispo está siendo consagrado.
Ofrecemos a Mons. Escobar Alas nuestra más calurosa bienvenida y le deseamos todo lo mejor en el desempeño de su cargo. La Iglesia Católica sigue siendo la más grande e importante de El Salvador y aunque el Estado sea laico, los salvadoreños en su gran mayoría somos católicos. Todos nosotros, unidos, pediremos al Creador que bendiga al nuevo arzobispo y que ilumine el camino que tiene por delante.
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