Como es tradición, también este año el Santo Padre Benedicto XVI presidió la Eucaristía, en ocasión de la Solemnidad de la Asunción de María, en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva de Castel Gandolfo, confiada al cuidado de los hijos de Don Bosco.
Además de los numerosos fieles de la parroquia y de la comunidad salesiana que la anima, han estado presentes entre los concelebrantes don Pascual Chávez Villanueva, Rector Mayor de los Salesianos, e don Adriano Bregolín, su Vicario.
Sobre el sentido de la fiesta, el Papa ha subrayado que esta “nos empuja a alzar la mirada hacia el cielo. Y no un cielo hecho de ideas abstractas, tampoco un cielo imaginario creado por el arte, sino el cielo de la verdadera realidad que es Dios mismo: Dios es el cielo. Es Él nuestra meta, la meta y la morada eterna de la que provenimos y hacia la cual tendemos”.
Entre las distintas reflexionas propuestas, el Papa ha recordado además que “ante el triste espectáculo de tanto gozo falso y al mismo tiempo de tanto angustiante dolor que abunda en el mundo, hemos de aprender de Ella (María) a volvernos nosotros mismos signos de esperanza y de consuelo, debemos anunciar con nuestra vida la resurrección de Cristo”.
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