Nicaragua, Granada, julio 2010.- La noticia cayó como balde de agua fría: El aeropuerto Juan Santamaría, de Costa Rica, había sido clausurado por mal tiempo y, por tanto, la urna de Don Bosco no podría viajar a Nicaragua sino hasta el día siguiente. De la incredulidad se pasó a la desilusión para llegar, en muy breve tiempo, a un acelerado reajuste del ya intenso programa inicial. Como que los nicas son gente de armas tomar.
Al día siguiente las cosas sucedieron como si nada hubiera pasado. La recepción oficial en el aeropuerto tuvo el carácter de recepción de un jefe de estado. El propio presidente de la república, Daniel Ortega, le dio la bienvenida subrayando la importancia de Don Bosco como educador en tierra nicaragüense.
De allí en adelante sería un sucederse intenso de encuentros multitudinarios. La ciudad de Granada hospedaría por primero al Padre de los jóvenes. Una caravana bulliciosa de vehículos lo acompañó hasta la entrada de la ciudad, donde hacía rato lo esperaba una muchedumbre impaciente.
Frente a la escuela de las Hijas de María Auxiliadora se recibió a Don Bosco con el calor y color típico de los nicaragüenses: vivas, banda musical, bailes típicos, discursos y mucho bullicio.
La segunda parada tuvo lugar en la Capilla San Juan Bosco, junto al lago, capilla fundada por los salesianos, que tenía adyacente una escuela para una población entonces sumamente pobre. La capilla es atendida ahora por el clero diocesano, pero el amor a Don Bosco no desapareció. Allí también la temperatura, ya calurosa, subió varios grados al aproximarse la caravana. Se repitió la escena de la entrada a la ciudad.
El Colegio de Secundaria de las Hijas de María Auxiliadora fue la tercera parada. Las Hermanas son hábiles en teñir de fino arte este tipo de actos. Ahora al arte se unió un cariño incontenible.
El tiempo apremiaba. Seguía la misa en catedral, programada para las ocho de la noche. Mucho antes de que llegara la urna, la catedral ya estaba repleta. Don Bosco llegó al bello templo acompañado por una muchedumbre fiel. Un largo y emocionado aplauso acogió a Don Bosco al aparecer en la puerta principal.
La misa fue presidida por el nuevo obispo de la diócesis. El inspector y varios sacerdotes salesianos acompañados de sacerdotes diocesanos concelebraron la eucaristía.
Finalizada la celebración eucarística, la urna de Don Bosco fue traslada en procesión de faroles hasta la casa natal de sor María, beata salesiana.
De allí siguió al cercano Colegio Salesiano donde le tenían preparada una vigilia programada hasta el amanecer de mañana.
En horas muy tempranas la urna de Don Bosco proseguirá su peregrinación hacia la cercana ciudad de Masaya, donde lo esperan la Familia Salesiana local y todos sus amigos y amigas.
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