“Gracias a la audaz decisión del Gobierno australiano de reconocer las injusticias cometidas en el pasado contra los pueblos indígenas, se están dando ahora pasos concretos con el fin de alcanzar una reconciliación basada en el respeto recíproco” dijo el Papa Benedicto XVI durante su recibimiento Oficial en la Casa de Gobierno este jueves, al comenzar su intensa jornada.
“Justamente estáis tratando de colmar la diferencia entre los australianos indígenas y los no indígenas en lo que se refiere a la expectativa de vida, los planes educativos y las oportunidades económicas”.
El Primer Ministro de Australia, Kevin Rudd, junto con otras personalidades del Gobierno incluyendo al General Mayor Michael Jeffery, el Premier Morris Iema, y el Gobernador General de NSW Marie Bashir estrecharon la mano del Pontífice además de algunos Obispos que estuvieron presentes.
En su discurso de bienvenida el Primer Ministro dijo al Papa Benedicto XVI que era recibido no solo por los católicos, sino por los australianos de todas las religiones. "Su Santidad, usted es bienvenido como Apóstol de la paz, en tiempos en que una voz de paz es una voz que todos necesitamos", señaló Rudd.
Además de mencionar el tema de los aborígenes, el Pontífice expresó en su discurso su inmensa alegría por compartir con los jóvenes: “Es para mí una alegría rezar con ellos, compartir con ellos y celebrar la Eucaristía junto con ellos. La JMJ me llena de confianza ante el futuro de la Iglesia y el futuro de nuestro mundo”, dijo.
Posteriormente, se refirió la Iglesia en Australia como una de las más jóvenes y cosmopolitas, destacando la diversidad y pluralidad de culturas. Habló del importante papel que han jugado los católicos en la construcción de la Nación mencionando a la beata Mary Mackillop, resaltando su figura como ejemplo de esperanza en medio de la adversidad: “su ejemplo de santidad ha llegado a ser fuente de inspiración para todos los australianos”.
Luego el Pontífice mencionó la importancia de proteger el medio ambiente y el compromiso que Australia ha tomado frente a esta urgente tarea: “noto que Australia se está comprometiendo seriamente en afrontar la propia responsabilidad de cuidad el ambiente natural”.
Se refirió a Australia como un “territorio particularmente fértil para el diálogo ecuménico e interreligioso… Espero con ilusión encontrar a los representantes locales de las diferentes comunidades cristianas y de otras religiones… sin embargo, estoy aquí ante todo para reunirme con los jóvenes, tanto de Australia como otra parte del mundo”.
Al ritmo del himno oficial del Vaticano, el Santo Padre caminó por las afueras de la Casa de Gobierno saludando a algunos visitantes y a miembros de la prensa.
Al finalizar la ceremonia, dos niños ofrecieron al Pontífice un ramo de flores que llevó consigo a su papamóvil, para partir a la visita de la tumba de la Beata australiana Mary Mackillop.
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