jueves, 18 de febrero de 2010

Gracias Don Chávez.

La visita del Rector Mayor a Haití ha dejado huellas en el corazón de los salesianos, ha plantado semillas de esperanza. No sólo por las palabras de estímulo repetidas más de una vez en diversas circunstancias.  "Haití tiene que renacer".  Sino también por la presencia entre la gente, la visita a todas las obras golpeadas por el terremoto, los encuentros realizados con el Consejo de la Visitaduría, con las autoridades de Port-au-Prince y con los socorristas.

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Los Salesianos de Haití han expresado su agradecimiento de diversas maneras. Don Ducange Sylvain, nuevo superior de la Visitaduría  de Haití, lo ha hecho en nombre de todos durante el breve discurso de conclusión de la visita.

Significativa es la dedicatoria que los Salesianos de Haití han escrito sobre un libro fotográfico donado al Rector Mayor, "Haití, retrato de un país". En ella, haciendo referencia a las fechas del desastre y a la visita de Don Chávez, realizada exactamente a un mes, han expresado los sentimientos de agradecimiento:

12 de enero de 2010.
En pocos segundo un sismo terrorífico nos ha puesto de rodillas. Catástrofe apocalíptica. Derrumbes. Muertos. Gritos. Llantos. Desaliento. Desolación. Silencio. Rebelión. Tinieblas. Trauma. Miseria. Desesperación. Manos extendidas hacia el otro. Manos extendidas hacia Dios. “He visto. He escuchado. He comprendido. He descendido.  Anda, libera a mi pueblo" (Éxodo 3, 7-8)

12 de febrero de 2010.
Don Pascual, como el Señor, has visto y has comprendido. GRACIAS por haber comprendido inmediatamente. Por la carta a todos los salesianos, aquella que tu corazón de padre nos ha enviado. Sensibilización. Toma de conciencia. Solidaridad. Fraternidad.
Don Chávez, delante de Dios decimos en confianza que la comunicación que más nos gusta es "la carta abierta de tu persona". ¡Qué corazón de padre! ¡Qué sensibilidad! Gracias padre, para no haber mandado un Moisés. Gracias para haber venido en persona. Gracias por haber reproducido los pasos de Jesús y el corazón de Don Bosco. Por compartir con nosotros desde el sufrimiento por nuestros muertos y desaparecidos hasta la lucha por la vida; desde nuestras ruinas a la refundación, partiendo de la conversión personal y comunitaria.
¡Don Pascual, gracias, gracias!

Vocación sacerdotal: Tema de retiro de Cuaresma con el Papa en el Vaticano

1_13_4808_ Este 21 de febrero, primer domingo de Cuaresma, comienzan los ejercicios espirituales de la Curia Vaticana, con la participación del Papa Benedicto XVI. Este retiro anual se realizará en la capilla Redemptoris Mater. Las meditaciones de este año han sido propuestas por el sacerdote salesiano P. Enrico dal Covolo, y tendrán como tema "’Lecciones’ de Dios y la Iglesia sobre la vocación sacerdotal".

Los ejercicios espirituales tienen el siguiente horario: el domingo 21 de febrero a las 6:00 p.m. adoración eucarística, celebración de las vísperas, meditación, nuevamente adoración. En los días siguientes el horario establece el rezo de laudes a las 09:00 a.m., meditación, a las 10:15 rezo de la hora tercia, meditación a las 5:00 p.m., a las 5:45 p.m. rezo de las vísperas, adoración y bendición eucarística.

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Finalmente el sábado 27 de febrero se rezará laudes a las 09:00 a.m. y se tendrá la meditación conclusiva.

Son en total 17 las meditaciones que se tendrán. Asimismo, se informó que el lunes 22 se rezará por las vocaciones sacerdotales, el martes por los misioneros, el miércoles será una jornada penitencial, el jueves jornada cristológica, el viernes jornada mariana, y el sábado las meditaciones estarán dedicadas al llamado de los primeros "diáconos".

En esta semana de ejercicios espirituales, se suspende todas las audiencias privadas y especiales, incluida la Audiencia General del miércoles 24 de febrero.

Este es el programa de las reflexiones.

Desde el 21 al 27 de febrero el padre Enrico dal Covolo predicará los Ejercicios espirituales a su Santidad Benedicto XVI en la capilla  “Redemptoris Mater”. El tema propuesto, en este año sacerdotal, es: “Lecciones de Dios y de la Iglesia sobre la Vocación sacerdotal”.

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Los Ejercicios Espirituales tendrán inicio, el domingo en la tarde, con una introducción que favorezca la disposición a la escucha y la meditación de los días siguientes. A partir del lunes 22 y hasta el viernes 26 la meditación colocará en escena la reflexión de diferentes figuras sacerdotales de gran profundidad,  una atenta interiorización de los diferentes llamados a la vocación al cual Dios nos llama, utilizando las historias de la biblia como fundamento ejemplar.

Las reflexiones serán guiadas por un tema específico para cada jornada: lunes y martes estarán dedicados a la oración por las vocaciones sacerdotales y misioneras; miércoles será dedicado a la “jornada penitencial”, jueves a la “jornada cristológica” y viernes a la “jornada Mariana”. El sábado 27, dedicado a la conclusión y compromisos de vida.
Están previstos frecuentes momentos de oración y de recogimiento: además de poder celebrar el rezo de las laúdes, la hora tercia y las vísperas, al final de las sesiones de la tarde estará siempre la adoración Eucarística.

El padre Enrico dal Covolo, Postulador General para la causa de los Santos de la Familia Salesiana, es el primero no obispo llamado por el papa Benedicto XVI para cumplir este encargo: antes de él el papa había elegido a los Cardenales Cè, Biffi, Vanhoye y Arinze.

Primer acto de justicia es reconocer el propio mal, dice el Papa en Miércoles de Ceniza

En la Misa de Miércoles de Ceniza que presidió en la Basílica de Santa Sabina en Roma, el Papa Benedicto XVI explicó que el primer acto de justicia que toda persona debe realizar es "reconocer la propia iniquidad", para así comenzar su camino de conversión hacia Cristo, especialmente en este tiempo de Cuaresma.

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Al iniciar su homilía, el Santo Padre resaltó que Dios tiene para el hombre "una indulgencia infinita, animada por una constante y universal voluntad de vida. En efecto, perdonar a alguien equivale a decirle: no quiero que mueras sino que vivas, por encima de todo quiero tu bien".

Ésta, continuó el Papa, es la "absoluta certeza que sostuvo a Jesús en sus cuarenta días en el desierto de Judea, luego del bautismo recibido de Juan en el Jordán. Aquel largo tiempo de silencio y ayuno fue para Él un abandonarse completamente al Padre y su designio de amor, fue eso mismo un ‘bautismo’, es decir una ‘inmersión’ en su voluntad, y en este sentido un anticipo de la Pasión y de la Cruz".

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Tras explicar que Jesús vence las tentaciones del demonio con la fuerza del Amor en un puro acto de humildad, Benedicto XVI explicó que estos 40 días y su misma entrega en la cruz "los ha hecho para salvarnos, y al mismo tiempo para mostrarnos el camino por donde seguirlo. La salvación es un don, una gracia de Dios, pero para que tenga efecto en mi existencia exige mi asentimiento, una acogida que se muestre en los hechos, es decir en la voluntad de vivir como Jesús, de caminar tras Él".

El Papa dijo luego que en la Cuaresma los católicos necesitan renovar su compromiso de seguir siempre al Señor. "En esta perspectiva se comprende también el signo penitencial de las cenizas, que son impuestas en la cabeza de quienes comienzan con buena voluntad el itinerario cuaresmal. Es esencialmente un gesto de humildad, que significa: me reconozco por lo que soy, una criatura frágil, hecha de tierra y destinada a la tierra, pero hecha también a imagen de Dios y destinada a Él".

"Polvo, sí, pero amado, plasmado por su amor, animado por su soplo vital, capaz de reconocer su voz y responderle, libre, y por ello, capaz también de desobedecerle, cediendo a las tentaciones del orgullo y la autosuficiencia", dijo luego Benedicto XVI.

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Al explicar que estas desobediencias tienen su origen en el pecado, el Santo Padre lo describió como "una enfermedad mortal que ingresa listo para inquinar la tierra bendita que es el ser humano".

"Creado a imagen del Santo y Justo, el hombre ha perdido la propia inocencia y ahora puede retornar a ser justo solo gracias a la justicia de Dios, la justicia del amor", agregó.

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Al hablar sobre la justicia de Dios, tema de su mensaje para la Cuaresma 2010, el Pontífice subrayó que "el primer acto de justicia es reconocer la propia iniquidad y reconocer que está enraizada en el ‘corazón’, en el centro mismo de la persona humana. Los ‘ayunos’, los ‘llantos’, los ‘lamentos’ y toda expresión penitencial tienen valor a los ojos de Dios solo sin son signos de corazones sinceramente arrepentidos".

Al hablar luego de la segunda lectura, Benedicto XVI recuerda que San Pablo invita a la reconciliación por medio de Cristo, a quien el Señor "lo hizo pecado en favor nuestro, para que podamos llegar a ser justicia de Dios". Seguidamente recordó un pasaje de su mensaje por Cuaresma: "Gracias a la acción de Cristo, podemos entrar en la ‘justicia más grande’, la del amor".

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Finalmente el Santo Padre resaltó que "la Cuaresma alarga nuestro horizonte, nos orienta hacia la vida eterna. En esta tierra estamos en un peregrinaje, no tenemos una ciudad estable, pero caminamos buscando aquella futura de la que habla la carta a los hebreos. La Cuaresma hace comprender lo relativo de los bienes de esta tierra y así nos hace capaces para las necesarias renuncias, libres para hacer el bien. Abramos la tierra para la luz del cielo, para la presencia de Dios en medio de nosotros".