El Papa Benedicto XVI presidió este sábado a las 8:00 a.m. -hora local- en la capilla de Santo Tomás de Villanueva, en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, la Solemnidad de la Asunción de la Virgen; y durante el Ángelus que presidió a mediodía ante miles de fieles, invitó a consagrar a los sacerdotes, en el marco del “Año Sacerdotal” a la Virgen Asunta.
El Pontífice recordó que en el "corazón" del mes de agosto, la Iglesia celebra la Asunción de la Virgen María como "ocasión privilegiada para meditar sobre el sentido último de la existencia humana, ayudados por la liturgia de hoy que nos invita a vivir en este mundo siempre orientados a los bienes eternos, para compartir la misma gloria de María, nuestra Madre".
El Pontífice pidió "volver los ojos hacia la Madre, Estrella de la Esperanza" en el contexto del Año Sacerdotal que tiene como patrono al Santo Cura de Ars, "de quien quisiera -prosiguió- "extraer pensamientos y testimonios", especialmente para que "nosotros sacerdotes revivamos el amor y la veneración al a Virgen Santísima".
Al respecto el Papa recordó que San Juan María Vianney "hablaba de la Virgen con devoción y al mismo tiempo con confianza e inmediatez", y citó al Santo Cura de Ars: "La Santa Virgen es inmaculada, adornada de todas las virtudes que la hacen tan bella y agradable a la Santísima Trinidad"
"Estas expresiones -explicó el Santo Padre- transparentan el celo del sacerdote, que, movido por un anhelo apostólico, se goza al hablar de María a los fieles, y no se cansa jamás de hacerlo".
Incluso un misterio difícil como el de la Asunción, el Cura de Ars, "sabía presentarlo con imágenes eficaces, por ejemplo: 'el hombre es creado para el cielo. El demonio rompió la escalera que nos conducía. Nuestro Señor, con su Pasión, nos construyó otra… La Santísima Virgen está en lo alto de la escalera y la sostiene con sus dos manos'", explicó el Papa, citando siempre al Cura de Ars.
"El Santo Cura de Ars se sentía atraído sobre todo por la belleza de María, belleza que coincide con su ser Inmaculada, la única creatura concebida sin sombra de pecado"; dijo el Papa; quien recordó que San Juan María Vianney consagró varias veces su parroquia a la Virgen, recomendándole a las madres de hacer lo mismo cada mañana con sus hijos".
“Queridos hermanos y hermanas, hagamos nuestros los sentimientos del Santo Cura de Ars. Y con la misma fe, dirijámonos a María Asunta al cielo, confiándole de modo particular a los sacerdotes del mundo entero", concluyó.
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