22 de mayo: por los Fieles Católicos
Sean conscientes de que pueden ser buenos ciudadanos tratando de ser verdaderos cristianos; comprométanse cada vez más en la difusión de los valores morales y del evangelio entre los numerosos conciudadanos que todavía no conocen a Cristo.
LA EXPERIENCIA MARIANA DE DON BOSCO
"La Virgen María indicó a Don Bosco su campo de acción entre los
jóvenes, y lo guió y sostuvo constantemente.
Creemos que María está presente entre nosotros y continúa sumisión de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos" (C.8).
1. APERTURA DE DON BOSCOS A DIVERSAS INVOCACIONES MARIANAS.
Para Don Bosco, María no es solamente objeto de veneración y de fe,
sino una experiencia vital que condiciona en muchas ocasiones sus
opciones más profundas y su modo de vivir la propia espiritualidad.
María es, para él, una persona viva y operante que ilumina su camino,
sostiene sus esfuerzos y le ayuda de muchas maneras, incluso en
ocasiones de manera extraordinaria.
No podemos considerar a Don Bosco únicamente como el propagador e
impulsor de la invocación de "Auxiliadora de los cristianos".
Sólo captaremos la experiencia mariana de Don Bosco si analizamos la
trayectoria de su vida y admiramos su confianza personal en María,
"Pastora y Maestra". Maestra concedida por quien es el verdadero
"Maestro", Jesús, el Señor, a quien Don Bosco sigue con firmeza y
decisión.
En este breve recorrido sobre la vida de Juan Bosco (Don Bosco,
después) podremos caer en la cuenta de que Don Bosco es, ante todo,
un cristiano, un creyente que se forma en la espiritualidad de su tiempo,
la asimila, la hace opción personal y le ayuda en su seguimiento de
Jesús.
Con el tiempo adaptará esta espiritualidad común cristiana a sus
intuiciones pedagógicas y a su propuesta de vida espiritual.
Pero durante todo el camino de su crecimiento y madurez espiritual va
tomando las invocaciones marianas que las circunstancias y lugares
por donde pasa le ofrecen.
No sería correcto pensar que Juan Bosco entendió e invocó a María como "Auxiliadora" desde los primeros años de su vida.
Fue en sus últimos veinte años cuando se convirtió en "apóstol decidido de tal invocación".
Comenzando por invocaciones muy populares, va madurando y va creciendo como empeño personal también en su forma de ver y expresar su confianza en la Virgen María. Juan Bosco creyente ejemplar nos ofrece el ejemplo de lo que ha podido ser nuestro propio camino de madurez espiritual mariana.
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