Al presidir el rezo del Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI recordó que la Iglesia alza su voz por los pobres y cuantos sufren, pero aclaró que la esperanza cristiana va más allá de lo terrenoy pide a todos entrar plenamente en la lógica de la fe: creer en Dios, en su diseño de salvación, y al mismo tiempo, involucrarse en la construcción de su Reino.
“La esperanza cristiana va más allá de la legítima espera de una liberación social y política, por eso lo que Jesús ha iniciado es una humanidad nueva que viene ‘de Dios’, pero al mismo tiempo germina en nuestra tierra, en la medida en que ésta se deja fecundar por el Espíritu del Señor”, señaló el Papa.
El Santo Padre explicó que la Iglesia alza su voz por los pobres y por cuantos sufren la violación de sus derechos fundamentales, e invita durante el Adviento a renovar los corazones para vivir en justicia, paz y solidaridad.
“También hoy se eleva la voz de la Iglesia por las poblaciones extenuadas por la miseria y el hambre, por las filas de prófugos, por cuantos sufren graves y sistemáticas violaciones de sus derechos, por todos ellos, la Iglesia se pone como centinela en el monte alto de la fe y anuncia: ‘Ahí está vuestro Dios, Ahí viene el Señor con su poder’ (Is 40,11)”, indicó.
Benedicto XVI explicó que éste anuncio profético se ha realizado en Jesucristo. Él con su predicación y después con su muerte y resurrección, ha explicado Benedicto XVI, ha hecho que las antiguas promesas se cumplieran, inaugurando un éxodo, no sólo terrenal y como tal provisional, sino también radical y definitivo: el paso del reino del mal al reino de Dios; del dominio del pecado y de la muerte, al dominio del amor y de la vida.
“De hecho, la justicia y la paz son dones de Dios, pero necesitan hombres y mujeres que sean ‘tierra buena’, preparada para acoger la semilla de su Palabra”, indicó.
Tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, el Papa recordó que el mensaje de esperanza del Adviento invita a todos, “en este mundo herido por múltiples violencias”, a renovar los corazones para vivir en la justicia, en la paz, en la solidaridad, y en la ayuda mutua.
También evocó al Patriarca de Moscú Alexis II, fallecido el pasado viernes. “Nos unimos en oración a nuestros hermanos ortodoxos para encomendar su alma a la bondad del Señor, para que lo acoja en su Reino de luz y de paz”.
Finalmente, dirigiéndose a los peregrinos de habla hispana, pidió que “en este tiempo de Adviento, la Palabra de Dios nos invita a esperar la venida gloriosa de nuestro Salvador con una conducta santa y religiosa, procurando vivir en paz con Dios, limpios e irreprensibles ante Él. Feliz domingo”.
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