Esta es una de las tantas caras de la realidad infantil en El Salvador Chicos que abandonaron lo maravilloso de la infancia y la adolescencia para trabajar y asumir roles paternales.
Susana Aracely Ramírez de 8 años junto a su prima Patricia de 16 trabaja en la elaboración de fulminantes en la cohetería de la familia.
Un niño vende tomates, cebollas y aguacates el centro de San Salvador. De esa forma se gana la vida y ayuda a su casa.
Un menor ofrece verduras a los compradores del mercado Central. Con el dinero de la venta el niño colabora con el sustento de su familia.
Niños durante la zafra cerca del ingenio La Cabaña en Aguilares. Muchos menores de edad trabajan en la corta para ayudar a sus padres debido a la precaria situación de muchas familias en el campo.
Douglas Dagoberto Hernández de 11 años quien vende pan en su bicicleta circula cerca del INFRAMEN ofreciendo su producto a las personas de dicha zona.
Michael Alexander Castellanos Flores de 10 años trabaja por las mañanas en un taller del bulevar Constitución en San Salvador. Estudia por la tarde en la escuela Metropolitana de la colonia San Ramón. De su trabajo percibe diez dólares a la semana.
Este pequeño que prefirió no ser identificado ayuda a sus padres en la venta de recuerdos y juguetes tradicionales en el Parque Zoológico Nacional los días de semana por la mañana y los fines de semana todo el día.
Guadalupe Noemy Guzmán Vásquez de 11 años, ofrece frutas en un taller de Mejicanos. La niña es residente de Ciudad Futura, en Mariona y ayuda a su madre con el negocio para el sustento de toda la familia.
Brenda Azucena de 16 años, reside en las faldas del volcán de San Salvador. Ella vende flores en el mercado de Santa Tecla, La Libertad, Viaja todas las madrugadas desde su casa además de estudiar en el Centro Escolar del cantón El Progreso.
Luis Antonio de 13 años, originario de Quezaltepeque, La Libertad, vende retazos de tela para trapeador en el Parque Daniel Hernández de Santa Tecla.
A nivel mundial, la agricultura es el sector en donde se encuentra el mayor índice de trabajo infantil, pero en el casco urbano también persiste.
Una joven descansa en las faldas del volcán de Izalco después de haber descendido el Cerro Verde. Los jóvenes guías turísticos realizan este trabajo sin goce de sueldo en el Cerro Verde, lo único que los sostiene son las donaciones que les dan los turistas al guiarlos.
Jervin Sánchez de 8 años, vende cinchos en el mercado La Tiendona para ayudar a su padre en la "rebusca". No estudia. El Gobierno no ha realizado estudios serios que indiquen la cantidad de niños trabajadores en El Salvador.
Las residentes en la comunidad El Cañito, cerca de la colonia Costa Rica lavan su ropa ayudando de esta forma en las labores de sus hogares. El trabajo infantil es una de las peores formas de explotación en América Latina.
Eduardo Tobar, de 13 años, trabaja de aprendiz en un taller de enderezado y pintura en Mejicanos. El joven estudia séptimo grado en el Centro Escolar 22 de Junio.
César y Willian caminan para conseguir un poco de agua cerca de la comunidad El Tanque, cerca de la Universidad de El Salvador.
A pesar de su trabajo, estos pequeños encuentran un momento para jugar a las escondidas en la parte trasera de este microbús. El trabajo infantil es una de las formas más comunes de explotación en América Latina.
Jervin Sánchez de 8 años, vende cinchos junto a su padre Carlos Sánchez de 31 años, en el mercado La Tiendona.
Salvador Díaz de 16 años, trabaja limpiando rábanos a un puesto de venta en La Tiendona. Trabaja para ganarse el sustento de él y sus hermanos.
Carlos Alberto Rivera de 10 años, vende zapatos mientras los hermanos Salvador y Walter Díaz ayudan por unos centavos en puestos de venta en La Tiendona. Muchos niños trabajan en el lugar en un ambiente peligroso donde han ocurrido violaciones y raptos de menores.
Salvador Díaz de 16 años, trabaja haciendo cualquier cosas a cambio de dinero en La Tiendona donde labora junto a su hermano luego de que sus padres los abandonaran. Viven con sus abuelos.
Carlos Alberto de 10, y su hermano José Manuel Rivera de 12 años, venden zapatos en La Tiendona. Afirman que un buen día venden hasta $ 12 dólares vendiendo unos seis pares de zapatos.
Un joven recorre la avenida España en horas del medio día ofreciendo sus productos. El artículo 32 de la Convención sobre los Derechos del Niño, dice: Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social.
Una joven estudiante baja de un autobús del transporte colectivo luego de ofrecer refrescos a los pasajeros%2C como parte del trabajo que realiza después de su jornada escolar. El trabajo infantil es una de las peores formas de explotación y abuso ya que pone en peligro la salud, seguridad y educación de los más chicos.
Menores de edad permanecen atentos a la señal de alto del Centro de Convenciones y Ferias para vender sus productos. Es normal ver en las calles de San Salvador a menores de edad ganándose el sustento diario, algunas veces sus padres o familiares no trabajan y dependen de la venta que los menores realizan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario